TEMA 10: TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS DEL Siglo XIX: LAS DESAMORTIZACIONES.
INTRODUCCIÓN
España a comienzos del siglo XIX, seguía siendo un país con una estructura propia del Antiguo Régimen. Poseía una
sociedad eminentemente agrícola, en la que el sistema de propiedad seguía siendo predominio de unos pocos
(Iglesia, nobleza y municipios), y una baja productividad y bajo poder adquisitivo por parte del sector agrario.
La aparición de cambios socioeconómicos producidos a mediados de siglo por el avance del ideario del liberalismo
económico, supuso la sustitución del régimen señorial de corte casi feudal a un sistema capitalista de mercado.
TRANSFORMACIONES AGRARIAS EN EL Siglo XIX: LAS DESAMORTIZACIONES.
Para llevar a cabo un proceso de modernización económica del país fue necesario realizar una modificación a nivel
jurídico que anulara el caduco e improductivo sistema antiguorregimental, llevando a cabo una serie de
transformaciones como fueron la disolución del régimen señorial, la abolición del diezmo eclesiástico, la
desaparición del sistema de Mesta, la eliminación de los mayorazgos y el desarrollo de una política de
desamortización.
En España hasta el Siglo XIX seguían existiendo muchas tierras pertenecientes a manos muertas, es decir,
propiedades que no se podían vender. Tal concepto era totalmente incompatible con el liberalismo económico,
donde predominaba la ley de mercado. Habían tierras amortizadas a manos de la Iglesia, tanto pertenecientes al
clero secular como regular. Los ayuntamientos también dispónían de tierras que podían ser baldíos (tierras no
cultivadas), bienes propios o arbitrios (que se arrendaban para obtener unas rentas y tierras comunales).
La desamortización en sí, consistíó en enajenar con o sin indemnización las tierras amortizadas para venderlas a
particulares en subasta pública. Con ello se quería conseguir la introducción del sector agrario dentro de la economía
de mercado y un mejor reparto de tierras, además de aumentar así la productividad para desarrollar una agricultura
más próspera. Sin embargo el reparto de tierras no se logró, porque los bienes puestos a subasta fueron adquiridos
por nobles o burgueses acomodados, propiciando el aumento de los latifundios.
Los antecedentes históricos del proceso de desamortización fueron: A mediados del Siglo XVIII y principios del XIX,
se produce la venta de los bienes de los Jesuitas y la Desamortización de Godoy; durante el Siglo XIX, tienen lugar las
disposiciones aprobadas en las Cortes de Cádiz; durante el Trienio Liberal, se produce la Desamortización de
Mendizábal y la de Mádoz; y desde finales del Siglo XIX hasta el primer cuarto del Siglo XX, se produce la
desamortización de montes.
Se calcula que se desamortizaron entre siete y diez millones de hectáreas (entre el 15% y 20% de toda la superficie
del país). Se aportó cerca de 15.000 millones de reales al erario público, cifra que sólo representó un 5% de todo el
ingreso público, con lo cual no resolvíó los problemas económicos de la hacienda estatal.
DESAMORTIZACIÓN DE MENDIZÁBAL: DESAMORTIZACIÓN ECLESIÁSTICA.
La desamortización del ministro de Hacienda, Mendizábal, fue la más importante de todas. Fue llevada a cabo
durante la regencia de Mª Cristina en 1835, afectando sobre todo, a los bienes pertenecientes a la Iglesia. Los
objetivos que pretendía eran de carácter económico, político, social e ideológico. Los económicos se basaron en
rebajar el déficit del Estado y amortizar la deuda pública, creando riqueza al convertir en propiedad privada los
bienes desamortizados. También se buscaba ampliar la base social del liberalismo aumentando el número de
propietarios privados que, agradecidos, apoyarían al régimen liberal de Isabel II, así como obtener fondos para el
ejército liberal a fin de ganar la guerra carlista y asestar un golpe a la Iglesia por su apoyo a los carlistas consiguiendo
que dejara de subvencionarlos.
Con la desamortización de los bienes eclesiásticos, además de buscar recursos para sanear las arcas del Estado, se
pretendía transferir la propiedad eclesiástica a propiedad individual y activa. Mendizábal prohibíó a los obispos que
ordenaran más religiosos y suprimíó conventos y congregaciones, excepto los dedicados al cuidado de enfermos y
enseñanza a pobres. Esto supónía desmantelar el poder económico de la Iglesia, a la que consideraba uno de los
pilares básicos del Antiguo Régimen. El Estado se comprometía a asegurar la sustentación del clero secular.
Los bienes expropiados en manos del Estado se subastarían públicamente en lotes que no se podían acumular,
aunque hubo compradores que utilizaron testaferros para comprar varios lotes. Los cuatro millones de hectáreas
que el Estado desvinculó, apenas sirvieron para hacer frente a los problemas financieros y además, los campesinos
más pobres fueron los más perjudicados, ya que no pudieron acceder a las nuevas tierras en venta. La
desamortización provocó la aparición de un nuevo latifundismo burgués y se completó con los decretos de supresión
de señoríos y mayorazgos.
3.-DESAMORTIZACIÓN CIVIL DE MÁDOZ:
Durante el bienio progresista en 1855 se llevó a cabo la llamada Ley de Desamortización de Pascual Mádoz, la cual
venía a completar la llevada a cabo por Mendizábal. Con esta ley se pretendía concluir la venta de los bienes del
clero, lo que trajo problemas con la Santa Sede al no respetar lo establecido en el Concordato de 1851, rompiendo
las relaciones con Roma. Además también amplió la venta de tierras de bienes propios y baldíos de los
ayuntamientos, por lo que se la conoce como “desamortización civil”.
Por lo que se refiere a los bienes civiles, la desamortización de Mádoz fue total, aunque tampoco sirvió para realizar
una reforma agraria. Las medidas de Mádoz, no consiguieron nada más que acrecentar el malestar social y crear
tensiones en el campo, que veían empeorada su situación. La Desamortización de Mádoz tenía varios objetivos:
– Objetivos financieros: propónía con la recaudación, amortizar la deuda pública y equilibrar los presupuestos
generales del Estado, evitando así el déficit.
– Objetivos económicos: dar un poderoso impulso a la riqueza pública, al capitalismo en el campo y destinar parte de
lo recaudado a subvencionar el ferrocarril (algo prioritario para ellos)
– Objetivos políticos y sociales: defensa de las instituciones liberales, de la monarquía constitucional.
En cuanto a las consecuencias sociales, son muy profundas por tres razones:
1º Razón social: La Desamortización de Mádoz, desamortizaba los bienes de propios y comunales, que solían ser
explotados en condiciones muy ventajosas por los campesinos del lugar con pocos recursos. La privatización de esos
bienes comunales y de propios, acababa con el recurso a esos bienes que habían sido un elemento adicional para
subsanar las precarias condiciones campesinas.
2º Razón social: La desamortización trae aquí un efecto positivo, porque aunque fue aplicada como la de
Mendizábal, esta parcelación de la de Mádoz estuvo mucho más vigilada, las fincas estuvieron mucho más divididas
que en tiempos de Mendizábal, con lo que hay mayores compradores de fincas.
3º Razón social: también positiva, porque se desamortizaban también los censos agrarios, pero antes de proceder a
la pública subasta de esos censos, se le ofrecía al censatario que pudiese redimir el censo (comprar de nuevo algo
que se había vendido, poseído o tenido por alguna razón o título) y convertirse así en pleno propietario.
4.-REPERCUSIONES DE LAS DESAMORTIZACIONES
Fueron muy variadas y existieron grandes diferencias regionales y locales:
– Económicas: Se implantó la economía liberal basada en la propiedad privada plena y libre, y en la libertad de
mercado. El Estado consiguió disminuir la Deuda pública, pero no eliminarla. Con la desamortización eclesiástica se
vendieron bienes por valor de 5.000 millones de reales. Las ventas de la desamortización civil produjeron al Estado
870 millones de reales. Aumentó la superficie cultivada, pero acompañada de deforestación por culpa de la tala
masiva de montes. Donde los nuevos propietarios invertían, aumentó la producción agraria, especialmente de trigo y
vid; pero otros sólo buscaban ganancias rápidas y seguras.
– Sociales: La burguésía urbana, junto a la nobleza, fue la principal compradora de bienes desamortizados y se
convirtió en terrateniente. Ambas eran las únicas que podían comprar porque tenían dinero y títulos de la Deuda.
Los campesinos se vieron privados de los bienes comunales y aunque algunos accedieron a la propiedad, la mayoría
siguieron sin poder competir con los grandes terratenientes. El número de jornaleros sin tierras aumentó y empeoró.
Fue una ocasión perdida de realizar una reforma agraria. El clero estaba muy molesto con los liberales,
encontrándose una parte en gran pobreza, no pudiendo continuar con sus obras de beneficencia. Estas medidas
contribuyeron al asentamiento de la sociedad burguesa en España. Los moderados hicieron cuanto pudieron para
detener el proceso desamortizador, a pesar de ser la burguésía la más beneficiada con la compra de los bienes
desamortizados, la cual totalmente conservadora, no supo aprovechar este proceso para invertir en industria, lo que
retrasará el desarrollo industrial del país.
– Políticas: Como había previsto Mendizábal, los beneficiarios de la desamortización apoyaron al régimen liberal. Las
relaciones con el Vaticano se rompieron hasta la firma del Concordato de 1851, en que el Estado moderado se
declaraba confesionalmente católico y se comprometíó a sufragar los gastos del clero a cambio de que la Iglesia
reconociera las ventas de bienes desamortizados.
CONCLUSIÓN:
El proceso de desamortización tanto religiosa como civil, se planteó con prioridades exclusivamente
recaudatorias para poder remediar la situación catastrófica de la Hacienda estatal. No se pudo crear una clase media
de propietarios campesinos , como se pretendía, ni tampoco poder llevar a cabo una reforma agraria contundente,
tan necesaria para el avance industrial que el país ya necesitaba.
INTRODUCCIÓN
España a comienzos del siglo XIX, seguía siendo un país con una estructura propia del Antiguo Régimen. Poseía una
sociedad eminentemente agrícola, en la que el sistema de propiedad seguía siendo predominio de unos pocos
(Iglesia, nobleza y municipios), y una baja productividad y bajo poder adquisitivo por parte del sector agrario.
La aparición de cambios socioeconómicos producidos a mediados de siglo por el avance del ideario del liberalismo
económico, supuso la sustitución del régimen señorial de corte casi feudal a un sistema capitalista de mercado.
TRANSFORMACIONES AGRARIAS EN EL Siglo XIX: LAS DESAMORTIZACIONES.
Para llevar a cabo un proceso de modernización económica del país fue necesario realizar una modificación a nivel
jurídico que anulara el caduco e improductivo sistema antiguorregimental, llevando a cabo una serie de
transformaciones como fueron la disolución del régimen señorial, la abolición del diezmo eclesiástico, la
desaparición del sistema de Mesta, la eliminación de los mayorazgos y el desarrollo de una política de
desamortización.
En España hasta el Siglo XIX seguían existiendo muchas tierras pertenecientes a manos muertas, es decir,
propiedades que no se podían vender. Tal concepto era totalmente incompatible con el liberalismo económico,
donde predominaba la ley de mercado. Habían tierras amortizadas a manos de la Iglesia, tanto pertenecientes al
clero secular como regular. Los ayuntamientos también dispónían de tierras que podían ser baldíos (tierras no
cultivadas), bienes propios o arbitrios (que se arrendaban para obtener unas rentas y tierras comunales).
La desamortización en sí, consistíó en enajenar con o sin indemnización las tierras amortizadas para venderlas a
particulares en subasta pública. Con ello se quería conseguir la introducción del sector agrario dentro de la economía
de mercado y un mejor reparto de tierras, además de aumentar así la productividad para desarrollar una agricultura
más próspera. Sin embargo el reparto de tierras no se logró, porque los bienes puestos a subasta fueron adquiridos
por nobles o burgueses acomodados, propiciando el aumento de los latifundios.
Los antecedentes históricos del proceso de desamortización fueron: A mediados del Siglo XVIII y principios del XIX,
se produce la venta de los bienes de los Jesuitas y la Desamortización de Godoy; durante el Siglo XIX, tienen lugar las
disposiciones aprobadas en las Cortes de Cádiz; durante el Trienio Liberal, se produce la Desamortización de
Mendizábal y la de Mádoz; y desde finales del Siglo XIX hasta el primer cuarto del Siglo XX, se produce la
desamortización de montes.
Se calcula que se desamortizaron entre siete y diez millones de hectáreas (entre el 15% y 20% de toda la superficie
del país). Se aportó cerca de 15.000 millones de reales al erario público, cifra que sólo representó un 5% de todo el
ingreso público, con lo cual no resolvíó los problemas económicos de la hacienda estatal.
DESAMORTIZACIÓN DE MENDIZÁBAL: DESAMORTIZACIÓN ECLESIÁSTICA.
La desamortización del ministro de Hacienda, Mendizábal, fue la más importante de todas. Fue llevada a cabo
durante la regencia de Mª Cristina en 1835, afectando sobre todo, a los bienes pertenecientes a la Iglesia. Los
objetivos que pretendía eran de carácter económico, político, social e ideológico. Los económicos se basaron en
rebajar el déficit del Estado y amortizar la deuda pública, creando riqueza al convertir en propiedad privada los
bienes desamortizados. También se buscaba ampliar la base social del liberalismo aumentando el número de
propietarios privados que, agradecidos, apoyarían al régimen liberal de Isabel II, así como obtener fondos para el
ejército liberal a fin de ganar la guerra carlista y asestar un golpe a la Iglesia por su apoyo a los carlistas consiguiendo
que dejara de subvencionarlos.
Con la desamortización de los bienes eclesiásticos, además de buscar recursos para sanear las arcas del Estado, se
pretendía transferir la propiedad eclesiástica a propiedad individual y activa. Mendizábal prohibíó a los obispos que
ordenaran más religiosos y suprimíó conventos y congregaciones, excepto los dedicados al cuidado de enfermos y
enseñanza a pobres. Esto supónía desmantelar el poder económico de la Iglesia, a la que consideraba uno de los
pilares básicos del Antiguo Régimen. El Estado se comprometía a asegurar la sustentación del clero secular.
Los bienes expropiados en manos del Estado se subastarían públicamente en lotes que no se podían acumular,
aunque hubo compradores que utilizaron testaferros para comprar varios lotes. Los cuatro millones de hectáreas
que el Estado desvinculó, apenas sirvieron para hacer frente a los problemas financieros y además, los campesinos
más pobres fueron los más perjudicados, ya que no pudieron acceder a las nuevas tierras en venta. La
desamortización provocó la aparición de un nuevo latifundismo burgués y se completó con los decretos de supresión
de señoríos y mayorazgos.
3.-DESAMORTIZACIÓN CIVIL DE MÁDOZ:
Durante el bienio progresista en 1855 se llevó a cabo la llamada Ley de Desamortización de Pascual Mádoz, la cual
venía a completar la llevada a cabo por Mendizábal. Con esta ley se pretendía concluir la venta de los bienes del
clero, lo que trajo problemas con la Santa Sede al no respetar lo establecido en el Concordato de 1851, rompiendo
las relaciones con Roma. Además también amplió la venta de tierras de bienes propios y baldíos de los
ayuntamientos, por lo que se la conoce como “desamortización civil”.
Por lo que se refiere a los bienes civiles, la desamortización de Mádoz fue total, aunque tampoco sirvió para realizar
una reforma agraria. Las medidas de Mádoz, no consiguieron nada más que acrecentar el malestar social y crear
tensiones en el campo, que veían empeorada su situación. La Desamortización de Mádoz tenía varios objetivos:
– Objetivos financieros: propónía con la recaudación, amortizar la deuda pública y equilibrar los presupuestos
generales del Estado, evitando así el déficit.
– Objetivos económicos: dar un poderoso impulso a la riqueza pública, al capitalismo en el campo y destinar parte de
lo recaudado a subvencionar el ferrocarril (algo prioritario para ellos)
– Objetivos políticos y sociales: defensa de las instituciones liberales, de la monarquía constitucional.
En cuanto a las consecuencias sociales, son muy profundas por tres razones:
1º Razón social: La Desamortización de Mádoz, desamortizaba los bienes de propios y comunales, que solían ser
explotados en condiciones muy ventajosas por los campesinos del lugar con pocos recursos. La privatización de esos
bienes comunales y de propios, acababa con el recurso a esos bienes que habían sido un elemento adicional para
subsanar las precarias condiciones campesinas.
2º Razón social: La desamortización trae aquí un efecto positivo, porque aunque fue aplicada como la de
Mendizábal, esta parcelación de la de Mádoz estuvo mucho más vigilada, las fincas estuvieron mucho más divididas
que en tiempos de Mendizábal, con lo que hay mayores compradores de fincas.
3º Razón social: también positiva, porque se desamortizaban también los censos agrarios, pero antes de proceder a
la pública subasta de esos censos, se le ofrecía al censatario que pudiese redimir el censo (comprar de nuevo algo
que se había vendido, poseído o tenido por alguna razón o título) y convertirse así en pleno propietario.
4.-REPERCUSIONES DE LAS DESAMORTIZACIONES
Fueron muy variadas y existieron grandes diferencias regionales y locales:
– Económicas: Se implantó la economía liberal basada en la propiedad privada plena y libre, y en la libertad de
mercado. El Estado consiguió disminuir la Deuda pública, pero no eliminarla. Con la desamortización eclesiástica se
vendieron bienes por valor de 5.000 millones de reales. Las ventas de la desamortización civil produjeron al Estado
870 millones de reales. Aumentó la superficie cultivada, pero acompañada de deforestación por culpa de la tala
masiva de montes. Donde los nuevos propietarios invertían, aumentó la producción agraria, especialmente de trigo y
vid; pero otros sólo buscaban ganancias rápidas y seguras.
– Sociales: La burguésía urbana, junto a la nobleza, fue la principal compradora de bienes desamortizados y se
convirtió en terrateniente. Ambas eran las únicas que podían comprar porque tenían dinero y títulos de la Deuda.
Los campesinos se vieron privados de los bienes comunales y aunque algunos accedieron a la propiedad, la mayoría
siguieron sin poder competir con los grandes terratenientes. El número de jornaleros sin tierras aumentó y empeoró.
Fue una ocasión perdida de realizar una reforma agraria. El clero estaba muy molesto con los liberales,
encontrándose una parte en gran pobreza, no pudiendo continuar con sus obras de beneficencia. Estas medidas
contribuyeron al asentamiento de la sociedad burguesa en España. Los moderados hicieron cuanto pudieron para
detener el proceso desamortizador, a pesar de ser la burguésía la más beneficiada con la compra de los bienes
desamortizados, la cual totalmente conservadora, no supo aprovechar este proceso para invertir en industria, lo que
retrasará el desarrollo industrial del país.
– Políticas: Como había previsto Mendizábal, los beneficiarios de la desamortización apoyaron al régimen liberal. Las
relaciones con el Vaticano se rompieron hasta la firma del Concordato de 1851, en que el Estado moderado se
declaraba confesionalmente católico y se comprometíó a sufragar los gastos del clero a cambio de que la Iglesia
reconociera las ventas de bienes desamortizados.
CONCLUSIÓN:
El proceso de desamortización tanto religiosa como civil, se planteó con prioridades exclusivamente
recaudatorias para poder remediar la situación catastrófica de la Hacienda estatal. No se pudo crear una clase media
de propietarios campesinos , como se pretendía, ni tampoco poder llevar a cabo una reforma agraria contundente,
tan necesaria para el avance industrial que el país ya necesitaba.