Carlos I de España y V de Alemania fue coronado emperador (1519) a pesar de la oposición de las potencias europeas (Francisco I de Francia y Enrique VIII, rey de Inglaterra) con la idea de rescatar la antigua idea del Sacro Imperio Romano de Carlomagno. La idea era alcanzar el máximo poder sobre los príncipes alemanes y los reyes europeos como defensor de la cristiandad en el momento en el que se extendía el protestantismo. Consiguió reunir bajo su persona un conjunto de estados heterogéneos que tenían lenguas, culturas e instituciones diferentes: los territorios alemanes y el título de emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, los derechos sobre el ducado de Milán, los Países Bajos, el Franco Condado, el Charoláis, los reinos de Castilla (junto con las posesiones africanas y las tierras americanas), Aragón, Navarra, Nápoles, Sicilia y Cerdeña. 5 Política exterior de Carlos I A pesar del ideal imperial transmitido por sus propagandistas, la política exterior de Carlos V no tenía ningún otro objetivo que la defensa de su herencia dinástica. Para ello, tuvo que recurrir casi constantemente a la guerra (a veces simultánea) contra tres enemigos principales: 1.El rey de Francia. 2.El sultán del Imperio otomano («el turco», según denominación de la época). 3.Y los príncipes alemanes protestantes. Para los intereses de Castilla y Aragón, la defensa del Mediterráneo occidental frente a los turcos era prioritaria. Sin embargo, el monarca dio preferencia a la hegemonía en Europa. Con este fin, emprendíó guerras por todo el continente y empleó los instrumentos heredados de Fernando de Aragón: una eficaz red de embajadores y un poderoso ejército que ya había combatido en Italia. A este último se sumó un número creciente de mercenarios, organizados en tercios: el tercio era la unidad básica de la infantería en el ejército de Carlos V y sus sucesores. Estaba formado por cerca de tres mil hombres, entre los que había mil quinientos lanceros o piqueros (equipados con una pica), mil rodeleros (con espada y rodela o escudo, luego sustituidos por el mosquete, un arma de fuego ligera) y quinientos arcabuceros (armados con arcabuz). Los lanceros rodeaban a los rodeleros formando un cuadrado; los arcabuceros y la artillería los apoyaban situados en otro lugar. Estas formaciones militares eran muy difíciles de romper por el enemigo. La política exterior y las guerras fueron posibles gracias a la financiación proporcionada por el oro y sobre todo, la plata procedentes de las Indias, que empezaron a llegar en cantidades considerables a partir de 1530. Las principales consecuencias de esta política exterior fueron: -La hegemonía de los Habsburgo en Italia (a costa de Francia) y un considerable prestigio militar en tierra (victorias de Pavía o San Quintín). -Sin embargo, no se logró crear una flota que detuviese a los turcos en el Mediterráneo, ni tampoco se pudo contener la difusión del protestantismo por el norte y centro de Europa (que rompíó la unidad religiosa del Sacro Imperio). -Por último, los elevados gastos militares dejaron una pesada herencia de deudas y acreedores al hijo de Carlos V, Felipe II, y limitaron a su vez los objetivos de su política exterior. El Imperio hispánico de Felipe II. En 1556, tras la ceremonia de abdicación de Bruselas del Carlos I, Felipe II accede al trono como rey de España, sin la dignidad imperial de Alemania, ni los territorios austríacos que pasan a manos de su tío Fernando. A pesar de esta división los territorios que recibe en herencia son inmensos, abarcando todos los continentes. Desde Europa a Filipinas, pasando por América y algunos puntos en el norte de África.A todos estos territorios, patrimonio de la monarquía española y gobernados desde España (Madrid será la primera capital oficial del Estado desde 1561), se añadirán los correspondientes a Portugal y su Imperio, a partir de 1580, tras la proclamación de Felipe II como rey de Portugal (Unidad Ibérica). La unidad ibérica: la incorporación de Portugal en 1580 Felipe II pretendía consolidar la supremacía del Imperio hispánico, de ahí la necesidad de incorporar Portugal. Tras la muerte sin descendencia del rey Sebastián I de 6 Portugal, reclamó el trono por ser hijo de Isabel de Portugal y nieto de Manuel el Afortunado. La nobleza y el alto clero se inclinaron por Felipe y el bajo clero y las clases populares por don Antonio, prior de Crato. Las tropas dirigidas por el duque de Alba invadieron el país en 1580, y Felipe II fue reconocido rey de Portugal en las Cortes de Tomar de 1581. Así se conseguía la unidad peninsular, fruto de la política matrimonial de los Reyes Católicos. La política exterior de Felipe II: Felipe II heredó de su padre los fundamentos ideológicos de su política internacional: la defensa del catolicismo y de la superioridad del Imperio hispánico en Europa. En consecuencia, su política tendrá como ejes la guerra con Francia (herencia inacabada de su padre), contra los turcos, el problema de Flandes y el enfrentamiento con Inglaterra. La ofensiva contra los turcos en el Mediterráneo: Lepanto (1571) El reinado de Felipe II coincidíó con el máximo esplendor turco bajo Solimán el Magnífico, los otomanos amenazaron todo el Mediterráneo al apoderarse de Chipre y Túnez. Ante ello, se coaligaron la monarquía hispánica, Venecia y el Papado (Santa Liga) y armaron una gran escuadra. El enfrentamiento se dio en el golfo de Lepanto, y significó una gran victoria de los cristianos, que alejó el problema turco del Mediterráneo occidental durante años. La rebelión de los Países Bajos. A partir de 1566 el problema fundamental del reinado de Felipe II fue la sublevación de los Países Bajos (Flandes). En ella se mezclaban cuestiones religiosas (la expansión del protestantismo) y políticas (el deseo de la nobleza flamenca de gozar de autonomía política). Felipe II no toleró el protestantismo en sus posesiones ni los deseos autonomistas, enviando al duque de Alba para reprimir la sublevación. Con la ayuda de algunos príncipes protestantes alemanes, de los hugonotes franceses y el apoyo de Inglaterra, los rebeldes, dirigidos por Guillermo de Orange, consiguieron prácticamente independizar una parte del territorio:
El norte (Uníón de Utrecht); mientras que el sur (Uníón de Arrás), de mayoría católica se mantuvo fiel a Felipe II. La paz se firmó con el acuerdo de nombrar a Isabel Clara Eugenia, hija del rey español, y a su marido el archiduque Alberto, regentes de los Países Bajos, con el compromiso de que el hijo que tuvieran sería el nuevo rey, y en caso de no tener descendencia, el territorio volvería a los Austrias españoles. El conflicto se prolongó, con treguas y altibajos, hasta 1648. Los enfrentamientos con Francia e Inglaterra: La Armada Invencible.Los conflictos con Francia continuaron hasta que se produjo la victoria de San Quintín (1557) y la firma de la paz de Cateau-Cambresis (1559), que dio lugar a un período de tranquilidad. Inglaterra había sido, desde el reinado de los Reyes Católicos aliada de la Corona española frente a Francia. El primer matrimonio de Felipe II fue con María Tudor, reina de Inglaterra y católica, pero al morir sin descendencia, el trono pasó a su hermanastra, la reina Isabel I (1558). Ésta, de religión anglicana, apoyó a los protestantes de Flandes y apoyó a los corsarios que atacaban los barcos españoles. Felipe II decidíó enfrentarse a Inglaterra y preparó una gran flota para atacarla (Armada Invencible). La expedición fue un desastre y la Invencible regresó diezmada y vencida (1588). 7 En 1584 estalló una Guerra Civil en el país vecino entre católicos y protestantes, allí llamados hugonotes, que llevó a Felipe II a apoyar a los primeros. Así manténía a sus ejércitos implicados en tres frentes: los Países Bajos, Inglaterra y Francia. Sin resolver ninguno de los problemas, el rey moría en Septiembre de 1598 en El Escorial.
El norte (Uníón de Utrecht); mientras que el sur (Uníón de Arrás), de mayoría católica se mantuvo fiel a Felipe II. La paz se firmó con el acuerdo de nombrar a Isabel Clara Eugenia, hija del rey español, y a su marido el archiduque Alberto, regentes de los Países Bajos, con el compromiso de que el hijo que tuvieran sería el nuevo rey, y en caso de no tener descendencia, el territorio volvería a los Austrias españoles. El conflicto se prolongó, con treguas y altibajos, hasta 1648. Los enfrentamientos con Francia e Inglaterra: La Armada Invencible.Los conflictos con Francia continuaron hasta que se produjo la victoria de San Quintín (1557) y la firma de la paz de Cateau-Cambresis (1559), que dio lugar a un período de tranquilidad. Inglaterra había sido, desde el reinado de los Reyes Católicos aliada de la Corona española frente a Francia. El primer matrimonio de Felipe II fue con María Tudor, reina de Inglaterra y católica, pero al morir sin descendencia, el trono pasó a su hermanastra, la reina Isabel I (1558). Ésta, de religión anglicana, apoyó a los protestantes de Flandes y apoyó a los corsarios que atacaban los barcos españoles. Felipe II decidíó enfrentarse a Inglaterra y preparó una gran flota para atacarla (Armada Invencible). La expedición fue un desastre y la Invencible regresó diezmada y vencida (1588). 7 En 1584 estalló una Guerra Civil en el país vecino entre católicos y protestantes, allí llamados hugonotes, que llevó a Felipe II a apoyar a los primeros. Así manténía a sus ejércitos implicados en tres frentes: los Países Bajos, Inglaterra y Francia. Sin resolver ninguno de los problemas, el rey moría en Septiembre de 1598 en El Escorial.