Reconstrucción Europea Postguerra: Cooperación, Instituciones y el Plan Marshall

1.3. Cooperación internacional. Las nuevas instituciones multilaterales

A pesar del gran esfuerzo bélico y de los enormes daños humanos y materiales, y a pesar del odio desplegado, la recuperación económica y la paz se lograron de forma muy rápida. El milagro de la recuperación económica de Europa era una realidad en 1950. En 1949 los países de Europa occidental habían superado ampliamente los niveles prebélicos de producción industrial. La voluntad de cooperación entre todos los países y la ausencia de medidas revanchistas fueron clave para la rápida recuperación. En efecto, en contraste con el espíritu punitivo con los vencidos del Tratado de Versalles de 1919, en 1945 se impuso un espíritu de concordia y el deseo de construir un futuro en paz. Incluso los procesos judiciales contra los nazis, fascistas y colaboracionistas fueron suaves y se hizo un generoso esfuerzo para diferenciar entre alemanes y nazis, e italianos y fascistas. En la creación de este ambiente de concordia y de apuesta por un futuro de paz y prosperidad, desempeñaron un papel fundamental los ciudadanos y los políticos convencidos de que otra Europa era posible, que la guerra era el mayor de los males y que había que evitar, a toda costa, un nuevo conflicto europeo. A los políticos les movía un anhelo de paz y seguridad, que entendían no sólo como ausencia de guerra, sino también como la existencia de una sociedad más justa, más solidaria y más democrática. La ayuda para la reconstrucción llegó principalmente a través de dos canales distintos, pero su parte más sustancial provino de América. Los ejércitos aliados, fueron distribuyendo raciones alimenticias de emergencia y medicamentos a las depauperadas poblaciones civiles, al tiempo que las liberaban del enemigo. El otro canal de ayuda fue la Administración de Ayuda y Reconstrucción de las Naciones Unidas. Distribuyó más de 20 millones de toneladas de alimentos, ropa, mantas y medicamentos. Los Estados Unidos corrieron con más de dos tercios del coste y los demás miembros de las Naciones Unidas con el resto. Después de 1947 el trabajo de la UNRRA dio paso a la Organización Internacional de Refugiados y la Organización Mundial de la Salud. A través de este organismo se distribuyó una cuantiosa ayuda que salvó de la muerte por inanición a millones de europeos. A diferencia de Europa, los Estados Unidos surgieron de la guerra más fuertes que nunca. Exentos de daños directos, sus industrias y agricultura se beneficiaron de la alta demanda en tiempos de guerra, lo que les permitió una utilización plena de su capacidad, la modernización tecnológica y la expansión. Muchos economistas americanos y funcionarios del gobierno temían una fuerte recesión después de la guerra, pero cuando se suprimió el racionamiento y los controles de precios, la reprimida demanda de bienes que habían escaseado debido a la guerra creó una inflación de postguerra que para 1948 había doblado los precios. A pesar de las privaciones que acarreó la inflación a las personas que vivían de un sueldo fijo, mantuvo activa la maquinaria de la industria y permitió a los Estados Unidos extender la ayuda económica necesaria para la reconstrucción de Europa y de otras tierras devastadas por la guerra y sumidas en la pobreza.

1.3.1. La Conferencia de Bretton Woods y el retorno al multilateralismo. Las instituciones internacionales

Una de las tareas más urgentes a las que tuvieron que enfrentarse los pueblos de Europa una vez que sus necesidades vitales fueron satisfechas fue la de restaurar la ley, el orden y la administración pública. Un elemento crucial de la recuperación europea fue la plena implicación norteamericana en el proceso. Triunfaron los partidarios de implicarse en la reconstrucción, en la paz y en la creación de un nuevo orden mundial, bajo la hegemonía norteamericana. La ayuda económica estadounidense hizo posible la recuperación, y su paraguas militar garantizó la supervivencia de Europa. En todos los países la sociedad exigía reformas políticas, sociales y económicas. La respuesta a esas exigencias en la esfera económica obligó a la nacionalización de los sectores claves de la economía a la extensión de la seguridad social y los servicios sociales, y mejores oportunidades educacionales. Incluso los Estados Unidos aprobaron la Employment Act de 1946, que creaba el Consejo de Asesores Económicos del Presidente y comprometía al gobierno federal a mantener un alto nivel de empleo.

En el plano internacional, la planificación para la postguerra había empezado durante la guerra misma. El Congreso norteamericano aprobaba la Ley de Préstamo y Arriendo, que proporcionaba una generosa ayuda militar para todos los países cuya defensa se consideraba vital para Estados Unidos. En ese mismo año, Franklin Roosevelt y Winston Churchill firmaron la Carta Atlántica, que comprometía a sus respectivos países a emprender la instauración de un sistema comercial multilateral en lugar del bilateralismo de la década de 1930. En sucesivas conferencias internacionales, los dirigentes soviéticos y norteamericanos, acompañados por los británicos, diseñaron el nuevo mapa político europeo de la paz. Además, surgió un impulso de cooperación que propició la creación de las Naciones Unidas, con el propósito de erradicar la guerra como medio de solución de los conflictos entre las naciones. Desde el punto de vista de la reconstrucción económica, el protagonismo correspondió a la Conferencia de Bretton Woods (1944), en la que británicos y norteamericanos diseñaron el futuro marco de las relaciones económicas internacionales y en la que se sentaron las bases para la creación de dos instituciones internacionales fundamentales, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) tendría la responsabilidad de dirigir la estructuración de los intercambios entre las diversas monedas mundiales, y también la de financiar los desequilibrios en los pagos a corto plazo entre los países. El Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo (BIRD), también conocido como el Banco Mundial, concedería préstamos a largo plazo para la reconstrucción de las economías devastadas por la guerra y, finalmente, para el desarrollo de las naciones más pobres del mundo. Las conferencias de Bretton Woods también estudiaron la creación de una Organización Internacional de Comercio pero no llegó a crearse. Lo más que pudo conseguirse fue la creación de un organismo que favoreciese el comercio internacional, reduciendo las barreras cuantitativas y arancelarias al mismo. Nació el GATT, (Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio), mucho más limitado. Los firmantes se comprometían a extender la cláusula de la nación más favorecida a los demás, a intentar reducir los aranceles, eliminar cuotas, y a consultar mutuamente antes de hacer cambios de políticas importantes. En aquellas negociaciones también se habló de que los organismos anteriores estarían en la base del crecimiento de la edad de oro. Sin embargo, los acuerdos de Bretton Woods no resolvían los problemas inmediatos de Europa. La creación de la UNRRA respondía a las necesidades de alimentación, vestimenta y sanitarias. No obstante, fue el ERP, el Plan Marshall, el proyecto que culminó la implicación política y económica en la reconstrucción de Europa y en su defensa militar frente a la URSS. Las relaciones entre Estados Unidos y la URSS se habían empezado a deteriorar nada más acabar la guerra y la desconfianza y los recelos eran mutuos. La acuñación del término telón de acero por W. Churchill marcó un paso importante en la guerra fría que el Plan Marshall terminó por hacer oficial.

1.3.2. El Programa de Recuperación Económica

Para mediados o finales de 1947 la mayoría de las naciones de Europa occidental, habían vuelto a su nivel de producción industrial anterior a la guerra. Pero los niveles de producción anteriores a la guerra estaban lejos de ser satisfactorios. No cabía duda de que quedaba mucho por hacer. En medio del caos monetario y financiero de la década de 1930, prácticamente todos los países europeos y muchos otros adoptaron controles de cambio, sus monedas no eran convertibles. Como contrapartida de esto, estaban las transacciones bilaterales de mercancías, una causa fundamental de la reducción del volumen del intercambio comercial. Estos controles, continuaron por necesidad durante la guerra. El remedio para la escasez se encontraba en ultramar. La ayuda norteamericana, contribuyeron a atenuar la escasez de dólares durante los dos primeros años de la postguerra. En 1947 se veía que la recuperación inmediata de la postguerra estaba en serio peligro. Por otra parte, el incremento de la guerra fría entre los Estados Unidos y la URSS, suscitó en las autoridades americanas dudas sobre la estabilidad política del occidente de Europa. El 5 de junio de 1947 el general George C. Marshall, pronunció un discurso en el que anunció que si las naciones de Europa presentaban una petición unificada y coherente de ayuda, el gobierno de los Estados Unidos tendría una respuesta solidaria. Este fue el origen del llamado Plan Marshall.

Los Ministros de Exteriores francés y británico consultaron inmediatamente a su colega soviético y le invitaron a reunirse con ellos en París para discutir una respuesta europea a la proposición de Marshall. Con una diligencia desacostumbrada en los asuntos diplomáticos, representantes de dieciséis naciones se reunieron en París el 12 de julio de 1947, confiriéndose el título de Comité de Cooperación Económica Europea (CCEE). Incluía a todas las naciones democráticas de Europa occidental. Finlandia y Checoslovaquia mostraron interés por participar, pero fueron llamados al orden por la Unión Soviética; ni ésta ni ninguno de los países del este de Europa estuvo representado. La España de Franco no fue invitada y Alemania, aún sometida a ocupación militar, no tenía un gobierno que la representara. Aún había que convencer al pueblo americano y al Congreso de que la ayuda económica a Europa podía ser útil. La Administración Truman presionó fuertemente para lograr el favor de la opinión pública, y en la primavera de 1948 el Congreso aprobó la Foreing Assitance Act, bajo la que se desarrolló el Programa de Reconstrucción Europea. Pero en Europa no había total unanimidad sobre los objetivos del programa. En conjunto, el ERP había canalizado unos 13.000 millones de dólares de ayuda económica en forma de préstamos y concesiones de los Estados Unidos a Europa para principios de 1952. Esto permitió a los países de la OECE conseguir importar del área del dólar artículos que en Europa escaseaban.

Alemania, al principio, ocupó una posición anómala en el Programa de Reconstrucción Europea. Tras su derrota en mayo de 1945, los jefes de Estado de los Estados Unidos, el Reino Unido y la URSS se reunieron en Postdam, para determinar el destino de Alemania, pero decidieron prolongar la ocupación militar. La decisión no pretendía dividir al país de forma permanente, sino mientras resultara lo más conveniente. Según se fueron desarrollando los acontecimientos entre Rusia y los aliados occidentales, llevaron a estos últimos a dar cada vez más autonomía a los alemanes en sus zonas de ocupación. El resultado final fue la división de Alemania en dos estados diferentes: la República Federal Alemana y la República Democrática Alemana. Berlín, se dividió en cuatro y después a dos. En ausencia de un gobierno alemán, el Consejo Aliado de Control sirvió como autoridad suprema oficial. La Conferencia de Postdam había impuesto a los alemanes el desmantelamiento de la industria de armamento y otras industrias pesadas, reparaciones a los vencedores y a las víctimas de la agresión nazi, estricto control de la capacidad productiva alemana y un vigoroso programa de desnazificación, incluyendo el juicio de los líderes nazis como criminales de guerra. De hecho, sólo este último objetivo se cumplió. Mientras tanto, Alemania Occidental se iba integrando en el Programa de Recuperación Europea. En mayo de 1949 la República Federal Alemana fue una realidad. Para no ser menos, la Unión Soviética estableció poco después la llamada República Democrática Alemana. En septiembre se levantó el bloqueo de Berlín. Con Alemania Occidental totalmente integrada en la OECE y en el Plan Marshall, la recuperación económica de Europa occidental podía considerarse resuelta, pero todavía no se había acabado todo. El Plan Marshall terminó en 1952; había superado las expectativas de algunos de sus participantes e incluso las de algunos de sus creadores, pero quedaban todavía problemas serios por resolver.

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