La Prehistoria en la Península Ibérica
Pueblos Prerromanos y Colonizaciones Históricas
Fenicios, Griegos y Cartagineses
Los pueblos prerromanos son los núcleos de población previos a la conquista romana. Son colonizaciones de pueblos indoeuropeos y comerciantes mediterráneos que se instalan en la península a lo largo del primer milenio. En algunos de los pueblos colonizados no había escritura y sabemos de ellos gracias a la protohistoria. La península se dividió en tres áreas culturales: celtas al noreste, íberos en el arco Mediterráneo y celtíberos en el centro. Por una parte, los celtas y celtíberos eran de organización tribal y estaban agrupados en castros fortificados y dedicados a la agricultura y ganadería. Los íberos, por otra parte, habitaban en pueblos amurallados con élite militar y con una economía agraria y metalúrgica. No obstante, antes de estos pueblos, habitaban los **tartessos**, cuya fuente de riqueza era el comercio de metales con otros pueblos, entre ellos los fenicios, y la minería; y era un reino evolucionado.
En busca de materias primas llegaron colonos procedentes del Mediterráneo Oriental aportando dos modalidades: la factoría por los fenicios, que era un pueblo comerciante en la costa de Cádiz y que difundió la escritura; y la colonia por los griegos que, a diferencia de los fenicios, se establecieron en un sitio definitivo, por la costa catalana y levantina con colonias como Ampurias, y destacaba el cultivo de la vid y el olivo. Tuvieron una gran influencia cultural en los íberos. Por último, los cartagineses sustituyeron a los fenicios cuando Tiro fue conquistada. Su actividad principal fue el comercio de metales y destaca la ciudad de Cartago Nova.
Conquista y Romanización de Hispania
El Legado Cultural Romano
La conquista de la Península se puede dividir en tres etapas. A final del siglo tercero, Roma se quedó con la Península tras ganar la Segunda Guerra Púnica, y se dividió en dos provincias: la Ulterior y la Citerior. A mediados del siglo segundo hubo una fuerte oposición indígena en la Meseta, que tuvo dos focos: Celtiberia con centro en Numancia, que resistió un asedio de diez años y que causó enormes pérdidas a los romanos, pero que finalmente fue conquistada por Escipión; y Lusitania, que evitó un enfrentamiento directo y participó en la guerra de guerrillas en la que iban tropas no profesionales las cuales murieron. Acabó siendo conquistado por culpa de un delator, por lo que solo les quedaba conquistar el norte cuando hubo un parón por el inicio de las guerras civiles. Y por último, en el siglo primero, la resistencia de los cántabros y los astures fue vencida, pero debido a su carácter insumiso, hubo que mantener dos legiones para su control, una en León y otra al sur de Navarra.
Se denomina **romanización** al proceso de asimilación de la cultura, sociedad, política y economía romanas por parte de los pueblos que habitaban la Península Ibérica. La romanización se inicia con la conquista de Hispania en el siglo III a.C. Los romanos establecieron la división y las estructuras administrativas provinciales, extendieron la vida urbana convirtiendo a la ciudad en foco de romanización y convirtieron el latín en el idioma común. Introdujeron el derecho romano, el cristianismo y la cultura romana (personaje destacable: Séneca). Y también como modo de romanización los romanos utilizaron las obras públicas como por ejemplo los teatros, los anfiteatros y los acueductos.
Las Invasiones Bárbaras y el Reino Visigodo
Instituciones y Cultura
En el siglo V, Hispania fue invadida por pueblos bárbaros (vándalos, suevos y alanos). Los visigodos entraron en la península para ayudar a Roma y, con la caída del imperio romano y la derrota de Vouillé ante los francos, se asentaron en la meseta central (con capital en Toledo) en 507. Los suevos ocupaban Gallaecia y los bizantinos el litoral mediterráneo.
La **homogenización** fue un proceso de unificación de Hispania realizado progresivamente por los reyes visigodos a nivel territorial con Leovigildo, que acabó con el reino suevo y con Suintila, que acabó con el imperio bizantino; religioso con Recaredo; y legislativo con Recesvinto y el *Liber Iudiciorum* (Fuero Juzgo). El carácter débil de la monarquía y las disputas de la nobleza favorecieron la caída de la monarquía goda en el 711. La monarquía visigoda era muy débil ya que la aristocracia y los obispos participaban en la elección del rey, había derrocamientos frecuentes. El rey gobernaba con ayuda de dos instituciones integradas por la nobleza: el *Officium Palatinum*, que se encargaba de la administración central, y el *Aula Regia*, donde se realizaban las funciones consultivas. Además, celebraron numerosas asambleas político-religiosas denominadas concilios. Los Concilios de Toledo eran convocados por el rey, presididos por un arzobispo e integrados por el estamento privilegiado. Al estar formadas por el poder político y religioso, se debatía y legislaba sobre estas cuestiones.
Evolución Política de Al-Ándalus
Conquista, Emirato y Califato de Córdoba
La rápida conquista musulmana de la península se debió a la fragilidad de la monarquía visigoda y del afán musulmán de expansión internacional. Los musulmanes iniciaron la conquista por la petición de ayuda de los hijos de Witiza, cuando Rodrigo se apoderó del trono. En 711, los musulmanes, liderados por Tariq y Musa, derrotaron a Rodrigo, último rey visigodo, en la batalla de Wadi Lakka. La península quedó ocupada, a excepción del norte, en tres años.
El dominio musulmán de al-Ándalus se dividió en tres etapas. Primero tuvo lugar el **emirato dependiente** (711-756) de los califas Omeyas de Damasco. En 756, Abderramán I, que sobrevivió a la revolución abasí, se estableció en al-Ándalus e inauguró el **emirato independiente**, rompiendo su dependencia política del califato de Bagdad. El emirato alcanzó su máximo esplendor con Abderramán II, sobre todo a nivel cultural. Este periodo se caracteriza por diversos problemas como el avance de los cristianos en el norte, la expansión de los francos y las diferencias de etnias. En 929, el emir Abderramán III se proclamó califa, rompiendo los lazos religiosos con el califato de Bagdad. Se inició el **califato de Córdoba**, el periodo más brillante del Islam hispano. Abderramán III fundó Medina Azahara e hizo frente a los fatimíes y al avance cristiano. Aunque su hijo hizo las paces con los cristianos, Almanzor llevó a cabo numerosas campañas militares contra los cristianos. A su muerte en 1002, el califato entró en crisis y desapareció en 1031, quedando al-Ándalus dividido en los llamados reinos de Taifas.
Al-Ándalus: Crisis del Siglo XI
Reinos de Taifas e Imperios Norteafricanos
Las luchas internas generadas a la muerte de Almanzor (1002) desembocaron en la fragmentación de al-Ándalus en 1031 en numerosos reinos independientes de taifas. Sin su unidad, al-Ándalus era demasiado débil para hacer frente a la Reconquista cristiana. Las taifas pagaron parias a los cristianos a cambio de protección militar. Los cristianos conquistaron Toledo en 1085, por lo que la taifa de Badajoz pidió ayuda a los almorávides en 1086. Estos unificaron las taifas y frenaron el avance de los cristianos en batallas como Consuegra, Sagrajas y Uclés. A principios del siglo XII, las revueltas anti almorávides por su radicalismo islamista proporcionaron su retirada, comenzando los segundos reinos taifas. A finales de este siglo, las taifas reclamaron el apoyo de los almohades, que unificaron de nuevo al-Ándalus y detuvieron a los cristianos, destacando la batalla de Alarcos. En 1212, los almohades fueron derrotados en la batalla de las Navas de Tolosa que, junto al descontento del pueblo por su radicalismo islamista, provocan su abandono de al-Ándalus. La división de los terceros reinos de taifas facilitó el avance cristiano hacia el sur. A mediados del siglo XIII solo quedaba el reino nazarí de Granada, ya que su emir firmó un acuerdo con Castilla por el cual pagaba parias y reconocía vasallaje a su rey. En 1492, los Reyes Católicos conquistaron Granada.
Al-Ándalus: Organización Económica y Social
Al-Ándalus está asociado a un importante desarrollo económico. La agricultura experimentó numerosos avances como la práctica del regadío, el uso de nuevas técnicas (noria) y la difusión de nuevos cultivos como arroz, algodón y azafrán. En la ganadería, la prohibición islámica de comer cerdo propulsó el ganado ovino y equino. La minería y la actividad artesanal tuvieron gran auge, destacando la producción textil (seda nazarí), de papel y cerámica. En cuanto al comercio, se vio favorecido por la acuñación de la moneda: el dinar de oro y el dírhem de plata. El comercio interior tenía lugar en el zoco de las ciudades, y en el exterior, al-Ándalus comercializaba con países islámicos.
En cuanto a la sociedad, se fue islamizando a medida que se afianzaba el poder político en al-Ándalus. La sociedad andalusí estaba formada por la aristocracia (*jassa*), integrada por la minoría árabe, y las clases populares (*amma*), de bereberes (del norte de África), muladíes (cristianos convertidos al islam), mozárabes (cristianos) y judíos. Los mozárabes y judíos tenían la obligación de pagar ciertos tributos. A escala cultural, el dominio musulmán realizó aportaciones como el sistema de numeración y el desarrollo de las ciencias, como la medicina, las matemáticas y la filosofía. Entre su legado artístico destacan la mezquita de Córdoba, la Alhambra de Granada, la torre de la Giralda de Sevilla y la ciudad palatina de Medina Azahara.