La Reforma Educativa durante la Segunda República
Durante la Segunda República, se implementaron medidas significativas en el ámbito educativo:
- Se promovió una enseñanza laica, inspirándose en el modelo de la Institución Libre de Enseñanza y limitando la influencia de la Iglesia en la educación.
- Se construyeron nuevos colegios e institutos, mejorando las condiciones y salarios del profesorado.
- Se impulsaron centros de formación docente y se fortaleció la Junta para la Ampliación de Estudios.
- Se acercó la cultura al entorno rural mediante las «misiones pedagógicas», en las que participó activamente Federico García Lorca, con proyecciones de películas y representaciones teatrales, entre otras actividades.
Estas reformas reflejaban el espíritu reformista de la Segunda República. Sin embargo, su profundidad y rápida implementación generaron oposición en diversos sectores (monárquicos, algunos militares, pequeños propietarios, la Iglesia, terratenientes), que percibían una amenaza a sus intereses. La división entre los partidos del Gobierno y los sucesos de Casas Viejas debilitaron al Gobierno, que perdió las elecciones de 1933.
El Gobierno Conservador (1933-1936)
La derrota de los republicanos de izquierdas y socialistas en 1933, dio paso a la victoria de los partidos de derechas, destacando la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas) liderada por Gil Robles. Se estableció un Gobierno de coalición con apoyo de las derechas, marcando un giro conservador en la República.
Se frenaron reformas previas, como la agraria. Entre los partidos y sindicatos de izquierdas (PSOE, republicanos de izquierdas, UGT, CNT…) se extendió la sensación de que el nuevo Gobierno traicionaba los principios de la República. Esto condujo a la crisis de 1934:
- Estalló una revolución en varias regiones de España, especialmente relevante en Asturias, liderada por una alianza de socialistas, anarquistas y comunistas, muchos de ellos mineros. El Gobierno reprimió duramente esta revolución utilizando al ejército de Marruecos, bajo la coordinación del general Franco.
- En Cataluña, se produjo un levantamiento por temor a la pérdida del Estatuto de Autonomía, llegando a proclamarse «el Estado catalán dentro de la República española». El Ejército restableció la autoridad del Gobierno conservador en Cataluña.
Como resultado de la crisis, las cárceles se llenaron de presos políticos. La coalición de derechas se fracturó debido a casos de corrupción que involucraban a miembros del Gobierno, en un contexto de creciente tensión política con sindicatos y partidos de izquierdas.
El Gobierno del Frente Popular (1936)
Los partidos de izquierdas se unieron en la coalición del Frente Popular, ganando las elecciones de febrero de 1936, frente a los partidos de derechas, que se presentaron divididos.
Se formó un nuevo Gobierno de izquierdas presidido por Manuel Azaña. Entre otras medidas, se decretó la liberación de los presos políticos encarcelados tras la crisis de 1934.
Durante meses, el Gobierno intentó reanudar las reformas pendientes. Sin embargo, la conflictividad social y civil (enfrentamientos violentos, asesinatos y atentados entre Falange y los comunistas, socialistas y anarquistas) hacía prever un nuevo estallido revolucionario o un pronunciamiento militar.
La derecha, liderada por José Calvo Sotelo, se oponía al Gobierno del Frente Popular. Calvo Sotelo fue acusado de incitar a un golpe militar. Su asesinato precipitó los acontecimientos, y un sector del Ejército preparó un golpe de Estado.
La Guerra Civil Española (1936-1939)
El 17 de julio de 1936, un sector del Ejército se sublevó en Marruecos contra el Gobierno del Frente Popular. El 18 de julio, esta sublevación militar, apoyada por carlistas, monárquicos y falangistas, y dirigida por el general Emilio Mola y, posteriormente, por el general Franco, triunfó en varias capitales andaluzas, Galicia, Castilla y León, Álava, Navarra, parte de Aragón, norte de Extremadura, Canarias y Baleares (excepto Menorca). El Gobierno republicano mantuvo su autoridad en el resto del país. Esta situación desencadenó la Guerra Civil (1936-1939).
Las potencias internacionales acordaron, en agosto de 1936, la creación de un Comité de no Intervención, para evitar la participación externa en el conflicto. A pesar de ello, el general Franco recibió apoyo de Italia y Alemania, que proporcionaron tropas, aviones y armamento a cambio de concesiones mineras. El Gobierno de la República contó con la ayuda de la Unión Soviética, que suministró material bélico a cambio del oro del Banco de España depositado en Moscú, y de las Brigadas Internacionales (unidades militares de voluntarios extranjeros que lucharon en España a favor del Gobierno republicano).
Durante tres años, se libraron intensas batallas. El ejército rebelde, mejor equipado, se impuso en el Estrecho, en los alrededores de Madrid, en el norte (bombardeo de Guernica) y, posteriormente, en la zona del Ebro. La represión fue brutal en ambos bandos.
La superioridad armamentística del ejército rebelde y las discrepancias internas en el Gobierno de la República llevaron al triunfo de los sublevados. Tras entrar en Barcelona y Madrid, ocuparon en pocos días los últimos territorios republicanos (Valencia, Alicante…).
El 1 de abril de 1939, Franco proclamó su victoria tras la rendición del ejército republicano. Medio millón de personas habían muerto. Miles de españoles se exiliaron (muchos a Francia). Las represalias contra los vencidos fueron sistemáticas en los años siguientes. El general Franco se convirtió en el nuevo jefe del Estado, estableciendo una dictadura como caudillo de España. La guerra puso fin a los anhelos regeneracionistas anteriores y España se transformó en un Estado totalitario.