Reformismo Borbónico y Decretos de Nueva Planta: Centralización y Unificación en el Siglo XVIII

El Reformismo Borbónico y los Decretos de Nueva Planta

Los Decretos de Nueva Planta se enmarcan en la política llevada a cabo por los Borbones a lo largo del siglo XVIII, cuyo objetivo fue lograr un sistema de gobierno más moderno y eficaz para España, así como mejorar las condiciones de vida de los habitantes del país, siguiendo las ideas de la Ilustración. Este proyecto se conoce como reformismo borbónico, y más tarde se enmarca en el despotismo ilustrado.

Las principales medidas políticas que adoptaron fueron el centralismo y la uniformización de la Administración, así como la reforma de los órganos de gobierno. Aplicaron la concepción de la monarquía absoluta y una política regalista.

Los Decretos de Nueva Planta y la Unificación Administrativa

Para conseguir la unificación administrativa y la centralización del poder, Felipe V promulgó los Decretos de Nueva Planta, como resultado de la Guerra de Sucesión (Aragón y Valencia, 1707; Mallorca, 1715 y Cataluña, 1716). Estas medidas legislativas suprimían los organismos, fueros y privilegios de los reinos de la Corona de Aragón, e implantaban, en su lugar, el modelo jurídico, político y administrativo de Castilla. Mantuvo, sin embargo, los fueros de los territorios vascos y de Navarra.

A la vez se tomaron otras medidas como:

  • Se implantaron las instituciones castellanas como las Audiencias y los corregimientos.
  • El castellano pasó a ser la única lengua de la Administración en todo el país.
  • Se suprimieron los privilegios fiscales, se anularon los privilegios militares, y se obligó a prestar «servicio de armas».
  • Las Cortes de Castilla pasaron a ser las Cortes del Reino.

De esta forma, los reinos de Castilla y Aragón pasaron a formar una única estructura, donde el rey que el monarca pasó a tener absoluta capacidad para imponer y anular leyes y tributos en todo el territorio. A pesar de todo, la uniformidad no fue total, ya que los reinos de la corona de Aragón conservaron buena parte de su derecho civil.

Reforma de las Instituciones del Estado

Los Borbones emprendieron también una profunda reforma de las instituciones del Estado. El sistema de Consejos de los Austrias se reemplazó por las Secretarías de Despacho o de Estado. Desde el reinado de Carlos III se institucionalizó una reunión semanal de los Secretarios de Despacho en la Junta Suprema de Estado. Se mantuvo sólo el Consejo de Castilla, que absorbió al Consejo de Aragón, como órgano supremo de gobierno, aunque sus funciones fueron cada vez más testimoniales.

La administración territorial se reorganizó con instituciones que representaban la autoridad real en sus circunscripciones. Para las áreas que necesitaban una atención defensiva especial, como los antiguos reinos de la corona de Aragón se nombraron capitanes generales.

En un momento posterior, se introdujeron las intendencias, por todo el país. Los corregidores se extendieron a las principales ciudades de la Corona de Aragón.

Saneamiento de la Hacienda y Reforma Militar

Para conseguir sanear la Hacienda se pretendió implantar un nuevo impuesto más equitativo, en el que todos los habitantes, incluidos los privilegiados pagaran en función de su renta. Este impuesto se implantó en los reinos de la Corona de Aragón después de la Guerra de Sucesión. Se establecía una suma global fijada por el rey, que se distribuía entre los corregimientos, las ciudades y los pueblos. Se intentó extender a la Corona de Castilla, pero los privilegiados lo rechazaron.

España necesitaba tener un ejército poderoso, por ello era necesario modernizarlo. Se creó un ejército permanente, mediante un triple reclutamiento: voluntarios, extranjeros; vagos y maleantes… y se suprimieron los tercios. De la misma forma, se potenció la Armada para defender las rutas hacia las Indias y los intereses en el Mediterráneo.

Reformas en América

Los Borbones también modificaron las relaciones con las colonias americanas, sobre todo a partir del reinado de Carlos III. Se pretendía incrementar el control sobre estos territorios con una mayor integración administrativa y potenciar la economía.

  • En el gobierno de Madrid se estableció la secretaría de Marina e Indias, y el antiguo Consejo de Indias perdió casi todas sus funciones.
  • Se reorganizó la administración territorial: pasó a haber cuatro virreinatos, pues a los iniciales de Nueva España y el Perú, se añadieron los de Nueva Granada y el del Río de la Plata.
  • Se crearon las Capitanías Generales de Cuba y Florida, Guatemala, Venezuela y Chile, además de la Audiencia de Panamá.
  • Se implantaron las intendencias para reforzar el control de la metrópoli.

Paralelamente, se incrementó la explotación colonial creando compañías de comercio, introduciendo navíos de registro, que podían navegar al margen de la Flota de Indias, e incrementando los impuestos y los monopolios. Por último, se introdujo en 1778 el libre comercio con varios puertos peninsulares.

Para reforzar más el poder de la monarquía se intentó debilitar el poder de la Iglesia expulsando a los jesuitas.

Conclusión

En conclusión, los ilustrados del siglo XVIII fueron capaces de identificar muchos de los problemas que atenazaban al país, pero sus reformas no tuvieron el éxito pretendido. Lo que sí consiguió la nueva política fue definir con mucha más claridad el espacio español desde el punto de vista institucional, legislativo, e incluso lingüístico, reforzando la idea de España como nación.

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