5.. LA GUERRA DE INDEPENDENCIA ANTECEDENTES Y CAUSAS. BANDOS Y FASES DE GUERRA
A cons1ecuencia de la indignación contra Carlos IV y Godoy, que gobernaba como un valido. Surge un grupo de oposición al rey y al gobierno, el Partido Fernandino (Fernando VII). En el 1807, Godoy y Napoleón firman el tratado de Fontainebleau, dicho tratado permitía al ejército francés atravesar España con el fin de ocupar Portugal, colaborando así al bloqueo continental contra Inglaterra. Poco después, en Marzo de 1808, se produce el Motín de Aranjuez, un asalto popular al palacio de Godoy, provocado por los fernandinos, quienes consiguieron que Carlos IV cesara a Godoy y abdicara en su hijo Femando.
A través de las Abdicaciones de Bayona (Mayo de 1808), Carlos IV y Fernando VII renuncian, al trono de España a favor de Napoleón, quien entregó la Corona española a su hermano José Bonaparte (José I). Las clases privilegiadas y parte de la iglesia aceptaron a la autoridad francesa, incluidos los afrancesados. Pero, el 2 de Mayo de 1808 el pueblo de Madrid se levantó contra el invasor francés (Bando alcalde de Móstoles y altercados Puerta del Sol). Aunque Murat reprimíó la rebelión popular (fusilamientos del 3 de Mayo).
En el desarrollo de la Guerra de la Independencia (1808-1814), Francia contó con el apoyo de los afrancesados, que veían en la ocupación francesa la oportunidad de modernizar España inspirándose en las ideas de la Ilustración. Tenían un ejército muy numeroso y bien organizado. Enfrentados en contra del ejército y el pueblo español, en nombre de Fernando VII, que llevaron a cabo las tácticas de Guerrilla y los sitios de ayuda de Portugal e Inglaterra, al mando del duque de Wellington. Destacaron los generales Palafox en el sitio de Zaragoza y el general Castaños en la batalla de Bailén, junto a los Guerrilleros Espoz y Mina, el Empecinado y el cura Merino.
Además, se distinguían dos facciones ideológicas, por un lado, los liberales cuyo objetivo era establecer una monarquía constitucional. Y, por otro lado, los absolutistas, su cometido era que Fernando VII retornara al trono de España y restaurase el absolutismo.
El desarrollo de la guerra de Independencia pasó por tres
fases:
Hasta Noviembre de 1808: Se caracterizó por la reacción de la mayor parte de los españoles ante la invasión. El ejército español derrotó al francés en Bailén, lo que impidió la ocupación francesa de Andalucía y provocó que José I abandonase Madrid para instalarse en Vitoria.
De Noviembre de 1808 a Enero de 1812: de mayor predominio francés. En la que destacan tres hechos: Napoleón se pone al frente de las operaciones militares en España (250.000 soldados); aparece la guerrilla popular como nueva táctica de lucha frente al ejército regular francés y, por último, Inglaterra entra en el conflicto del lado español.
De Enero de 1812 a Agosto de 1813. Las tropas españolas y las tropas inglesas de Wellington, con el apoyo de Portugal en la retaguardia, consiguieron las victorias en Arapiles, Vitoria y San Marcial. Por el Tratado de Valencay (1813) Napoleón devuelve el trono de España a Fernando VII. Las últimas tropas francesas abandonaron España al año siguiente.
La guerra de independencia, trae unas trágicas consecuencias. En cuanto a daños humanos, se produjo la pérdida del 5% de la población entre fallecidos, desterrados y exiliados. Y en daños materiales se tradujo en la destrucción de infraestructuras, ciudades, agricultura, industria y patrimonio cultural.
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5.2. LAS CORTES DE CÁDIZ: LAS CORTES DE CÁDIZ Y LA CONSTITUCIÓN DE 1812:
Ante el vacío de poder, el pueblo creó las Juntas locales y organizó la resistencia, se agruparon en Juntas provinciales coordinadas por la Junta Suprema Central que inició la convocatoria a Cortes. La invasión de Andalucía por las tropas francesas forzó a la Junta Central a traspasar sus poderes a un Consejo de Regencia, que se establecíó en Cádiz y se dedicó a dirigir la guerra. A pesar de que este Consejo de Regencia era opuesto a la convocatoria a Cortes no pudo impedir que en Septiembre de 1810 comenzaran las reuniones de los diputados en la Isla de León (Cádiz). De los 240 representantes elegidos por sufragio universal masculino, solo llegaron 95. La mayoría eran eclesiásticos,
militares, nobles, catedráticos, altos funcionarios. Suplentes gaditanos sustituyeron a los representantes que no pudieron llegar y los diputados liberales fueron los más predominantes.
Las Cortes de Cádiz aprobaron una serie de medidas: la limitación de los mayorazgos; la abolición de la Inquisición y de las instituciones feudales (señorío jurisdiccional, los procesos judiciales y las pruebas de nobleza para los cargos públicos); la supresión de los gremios y la eliminación de la Mesta; la autorización a los propietarios para vender, arrendar y cercar libremente sus tierras; conversión de los bienes nobiliarios en propiedades libres y circulantes; la aprobación de leyes desamortizadoras; y, por último, las libertades individuales (imprenta y la eliminación de la censura previa).
Se distinguían tres grupos: liberales, ilustrados “jovellanistas” y absolutistas. Desde el primer momento los liberales, liderados por Agustín Argüelles, Diego Muñoz Torrero y el conde de Toreno tomaron la iniciativa y pusieron las bases de toda la labor legislativa posterior.
La Constitución de 1812 (“La Pepa”), fue promulgada por las Cortes de Cádiz y es la primera Constitución española. Fue el resultado del compromiso entre liberales y absolutistas, aunque quienes se impusieron en mayor medida fueron los liberales. Su contenido se distribuía en 384 artículos y eran destacables los que hacían referencia a:
o Soberanía nacional, representada en las Cortes.
o Monarquía con división de poderes: el legislativo (Rey junto con las Cortes), el ejecutivo (al Rey, que presidía el gobierno) y el judicial (a los tribunales de justicia).
o El poder ejecutivo, ejecuta las leyes, nombra a los ministros, declara la guerra, dirige los ejércitos y firmar la paz.
o Las Cortes serían unicamerales, elaboran leyes, deciden sobre la sucesión de la Corona, aprobar tratados internacionales, así como los presupuestos del Estado e impuestos.
o El Rey no podría impedir, suspender ni disolver las Cortes. Los diputados serían elegidos por dos años y habrían de disponer de rentas para poder presentarse a elecciones
o Establecimiento de garantías procesales y un fuero único para todos los españoles, excepto para eclesiásticos y militares.
o Igualdad ante la ley, inviolabilidad del domicilio, libertad de prensa, sufragio universal masculino e indirecto, educación elemental, garantías procesales y penales.
o El catolicismo como religión oficial y única del Estado.
Es el primer texto constitucional de la historia de España y se convirtió en bandera del liberalismo. Sirvió de inspiración a las constituciones de Portugal, Piamonte (Italia) y muchas de Iberoamérica. Los periódos de vigencia de la Constitución de Cádiz fueron: de Marzo de 1812 a Marzo de 1814, momento en el que la derogó Femando VII. Posteriormente, durante el Trienio Liberal (1820-1823). Por último, durante la minoría de edad de Isabel II y la regencia de su madre María Cristina (1836-1837).
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5.3. REINADO DE Felipe VII: LIBERALISMO FRENTE ABSOLUTISMO. EL PROCESO DE INDEPENDENDENCIA DE LAS COLONIAS AMERICANAS.
Sexenio Absolutista (1814-1820): Fernando VII mostró su rebeldía hacia las cortes gracias al apoyo de una parte del Ejército y de diputados absolutistas dirigidos por Rosales y Villamil, los cuales firmaron el Manifiesto de los Persas (1814). Además, dio un Golpe de Estado y la firmó del Real Decreto de 1814. Llevó una campaña de represión contra los liberales por lo que tuvieron que ser exiliados y formaron sociedades secretas.
Trienio Liberal o Constitucional (1820-1823): Entre 1815 y 1820, los liberales Juan Díaz Porlier (La Coruña) y el general Luis Lacy (Cataluña) realizaron varios pronunciamientos, aunque fracasaron. El 1 de Enero de 1820, Rafael De Riego en Cabezas de San Juan proclamó la Constitución de 1812 y Femando VII fue obligado a jurarla. No obstante, Fernando VII usó el veto suspensivo para boicotear la labor legislativa de las Cortes y los liberales se dividieron en dos grupos: Los «moderados» o doceañistas, partidarios de la participación de la Corona en las labores legislativas y los «exaltados» o veinteañistas, el Rey sólo debía tener el poder ejecutivo.
Llevaron a cabo varias reformas: la supresión de los mayorazgos y del régimen señorial; la desamortización de tierras eclesiásticas; se prohibíó a la Iglesia la adquisición de bienes inmuebles y se redujo el diezmo; además, se abolíó la Inquisición y se limitaron las comunidades religiosas y, por último, se redactó un Código Penal.
No obstante, la oposición absolutista provoca: la sublevación de la Guardia Real en 1822, la organización de fuerzas guerrilleras en Navarra y Cataluña y la creación de la Regencia de Urgel, que pretendíó actuar como gobierno legítimo. Fernando VII buscó la ayuda de la Santa Alianza, los Cien Mil Hijos de San Luis, un ejército francés al mando del duque de Angulema. Los liberales ofrecieron escasa resistencia.
Década Ominosa (1823-1833): se declararon nulos todos los actos del Trienio Liberal, excepto la abolición de la Inquisición, sustituida por las Juntas de Fe. Los absolutistas se dividieron en dos grupos: los reformistas, liderados por López Ballesteros; y los apostólicos, que eran absolutistas radicales, dirigidos por el infante don Carlos (Revuelta de los Malcontents). Además, se firmó la Pragmática Sanción que autorizaba la sucesión femenina y la regente María Cristina lleva a cabo una transición al liberalismo moderado con ayuda de Cea Bermúdez.
Las causas de la emancipación americana fueron: desplazamiento criollo de los cargos públicos, el trato discriminatorio, la fuerte presión fiscal y la pérdida de control sobre el comercio, el pensamiento ilustrado y la independencia de EE.UU. Además, la masa campesina y minera estaba marginada.
Las primeras fueron Argentina y Paraguay. Después, Chile a través de José San Martín (Chacabuco). Colombia, Venezuela, Panamá y Ecuador por medio de Simón Bolívar (batallas de Boyacá y Carabobo). A partir de 1820, tuvo lugar la crisis definitiva del poder español debido a la ausencia de refuerzos militares. Además, en México Hidalgo y Iturbide publicaron el Plan de Iguala. Perú y Bolivia ganarán en la batalla de Ayacucho (Perú). Por último, España sólo conservó Cuba y Puerto Rico.
Las consecuencias de la emancipación fueron: España pierde su mercado exterior más importante; América se fragmenta en quince repúblicas; aparición de la figura política del caudillo; predominio político, económico y social de los criollos; marginación de la mayoría de la población india, negra y mestiza; entrada en la órbita comercial de Reino Unido y EE.UU., países que apoyaron diplomáticamente y con armas a los independentistas.
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6.1. EL REINADO DE Isabel II (1833-868). EVOLUCIÓN POLÍTICA, PARTIDOS Y CONFLICTOS
Al morir Fernando VII en 1833 Carlos María Isidro reclamó el trono de España como Carlos V. Los liberales y moderados, junto con Inglaterra, Francia y Portugal apoyaron a María Cristina y a su hija Isabel. Los carlistas recibieron el apoyo de Austria, Prusia y Rusia. En la primera etapa (1833-1835), las partidas carlistas se hacen con el control del País Vasco, Navarra y Cataluña. Zumalacárregui controla las áreas rurales y fracasa en Bilbao, donde muere. En la segunda etapa (1835-1837). Las expediciones militares carlistas fracasan, aunque la expedición del propio Carlos María Isidro llegó hasta Madrid en 1837. Por último, en la tercera etapa (1837-1839), los carlistas se dividen en transaccioncitas y exaltados. El general Espartero y el general Maroto firmaron la paz en el Convenio de Vergara (1839). Los carlistas cesan la lucha, aunque los exaltados siguen peleando en el Maestrazgo, general Cabrera.
En Segunda Guerra Carlista (1846-1849, los carlistas trataron de hacerse con el poder casando a Carlos VI con Isabel II, pero ésta se casó con Francisco de Asís. Se enfrentaron Pavía y Cabrera y se usaron todos los recursos económicos de la desamortización de Mendizábal.
En la regencia de María Cristina (1833-1840) Cea Bermúdez nombró Jefe de gobierno a Martínez de la Rosa, y promulgó el Estatuto Real (1834), en el que se establecen Cortes bicamerales, formadas por el Estamento de los Próceres (corona), y el Estamento de Procuradores (sufragio). Las Cortes no podían redactar leyes y no se reconocían los derechos individuales. Los liberales progresistas se movilizaron y María Cristina nombró jefe de gobierno a Juan Álvarez Mendizábal, que lleva a cabo su desamortización
eclesiástica. Posteriormente, se produce el Motín de la Granja de San Ildefonso (1836) y María Cristina nombró Jefe de gobierno al progresista José María Calatrava.
Se promulgó la Constitución de 1837, entre moderados y progresistas que reconocía la soberanía nacional y los derechos individuales. La corona puede convocar y disolver el Parlamento y vetar las leyes aprobadas, el poder ejecutivo recae en la Corona. El poder legislativo recae en el Parlamento, dividido en Congreso, elegido mediante sufragio, y Senado, en el que el rey elegía entre aspirantes votados. En 1840 cuando los moderados trataron de aprobar una nueva Ley de Ayuntamientos, Espartero toma la regencia (1840-1843), en ella se establecen nuevas medidas desamortizadoras, disolvíó el Parlamento y bombardea Barcelona (1842). Se exilará tras el pronunciamiento del general Narváez.
Durante la década moderada (1844-1854), existían: el Partido Moderado (Narváez), que defendía la soberanía compartida, un sufragio muy restringido, la confesionalidad y la limitación de los derechos individuales. Y el Partido Progresista (Espartero), defensor de la soberanía nacional, un sufragio menos restrictivo y derechos individuales más amplios. Además, surgen la Uníón Liberal y el Partido Demócrata.
La Constitución de 1845. La soberanía no es nacional, el Estado es confesional y se reconocen derechos individuales pero limitados. Además, la Corona podía convocar y disolver el Parlamento, así como vetar leyes. El Parlamento es bicameral, compuesto por el Congreso (por sufragio) y el Senado (la Corona).
En el Bienio Progresista (1854-1856), O’Donnell dio un golpe en Vicálvaro, seguido por Serrano, firmando ambos el Manifiesto de Manzanares. Se llevaron a cabo la desamortización de Madoz, Ley de
Ferrocarriles, el Banco de España, Constitución non nata de 1856. Cuando la reina nombra a O’Donnell Jefe de gobierno.
Durante la vuelta al moderantismo (1856-1868), O’Donnell encabeza el Gobierno Largo y se produce la guerra con Marruecos. Entre 1863 y 1868, sucedieron gobiernos moderados y unionistas. Hubo una crisis política, económica y social. Unionistas, demócratas, progresistas y republicanos