2. La regencia y el problema carlista
La regencia de María Cristina (1833-1840)
tras la muerte de Fernando VII y para asesorar a la regente María Cristina, se establecíó un consejo de gobierno presidido por Francisco Cea Bermúdez como primer ministro. Este gobierno estaba formado en su mayoría por absolutistas moderados con el objetivo de llegar acuerdo con los carlistas. La única reforma que realiza este gobierno fue una nueva división provincial de España en 49 provincias, obra de Javier de Burgos, con el objetivo de crear una unidad administrativa. El inicio de la guerra carlista y la necesidad de que los liberales apoyaran a Isabel hizo que el gobierno de Cea fuera sustituido por otro gobierno capaz de conseguir la alianza de los liberales. Para liderar a este nuevo gobierno se nombró primer ministro a Francisco Martínez de la rosa, liberal moderado que se encargó de redactar y aprobar el Estatuto Real de 1834 con el objetivo de preparar la transición desde el absolutismo hacia el liberalismo. El estatuto real de 1834 contribuyó a acercar a los liberales a la causa isabelina y demostró que María Cristina estaba dispuesta a cambiar la forma de gobierno para satisfacer a los liberales. No era una constitución, sino tan solo un conjunto de reglas que no hacía referencia a la soberanía nacional ni a los derechos fundamentales. Únicamente permitía el establecimiento de unas cortes fundadas por dos Cámaras y con escasas competencias:
-Cámara alta, constituida por personalidades designadas por la reina entre nobles, jerarquías de la Iglesia y burgueses adinerados.
-Cámara baja (Estamento de procuradores) elegida por un sufragio muy restringido e indirecto.
Con la composición de estas cortes, cuyas funciones eran muy limitadas y carecían de iniciativa legislativa, lo que se pretendía era que en el gobierno hubiera representación tanto de las viejas élites dirigentes del Antiguo Régimen, como de los nuevos grupos burgueses influyentes y poderosos. Aunque con este estatuto el monarca deja de concentrar todos los poderes de manera absoluta, siguió conservando los poderes de mayor importancia. Además la aprobación del rey era imprescindible para la elaboración y aprobación de una ley.
Este estatuto real reflejó los principios del liberalismo moderado, pero no logró satisfacer a los liberales más radicales, que querían reformas más profundas y ampliar las libertades.
La corona apoyó en un principio a los liberales moderados, pero la necesidad pero la necesidad de conseguir apoyos sociales firmes y recursos financieros contra el carlismo en la primera guerra carlista, forzó a la monarquía a aceptar un gobierno progresista que iniciase un profundo proceso de reformas liberales. Así en 1835, el gobierno de Martínez de la Rosa, se veía incapaz de vencer a los carlistas y las protestas de los liberales radicales se materializaron en violentas revueltas urbanas. Estos hechos intimidaron a la regente que, para frenar estas propuestas, tomo la decisión de formar un nuevo gobierno en el que nombro como jefe a Juan Álvarez Mendizábal.
En este nuevo gobierno, inicio la reforma del Estatuto Real y sentó las bases para desarrollar un amplio proceso de desamortización.
La sustitución de Mendizábal por un liberal moderado, provocó la protestas de los liberales progresistas y estallaron revueltas en muchos lugares a favor del restablecimiento de la constitución de 1812y se produjeron quemas de conventos. A demás estas protestas dieron lugar al pronunciamiento de los sargentos de la granja de san Ildefonso, en Agosto de 1836, que irrumpieron en el palacio real y obligaron a la regente a anular el Estatuto Real y a establecer la constitución de 1812 y entregar el gobierno a los progresistas.
Tras esto el gobierno convocó elecciones a cortes y decidieron elaborar una nueva constitución. Este gobierno será el encargado de elaborar la constitución de 1837.Ademas se crea la Ley electoral que fija un sufragio censitario muy restringido, aunque amplio el censo electoral del 0.15% del estatuto real al 2.4%. Tenían derecho al voto los españoles mayores de 25 años que pagasen 200 reales en sus contribuciones.
-Primera guerra carlista:
las primeras partidas se levantaron en 1833 por una amplia zona del territorio español pero el foco más importante se situó en las regiones montañosas de Navarra y el País Vasco.
Fases de la guerra:
1º fase: 1833-1835, esta etapa se caracteriza por el levantamiento de las tropas carlistas en el norte y por qué la guerra se decanta a favor de los carlistas, aunque no consiguieron conquistar ninguna ciudad importante. En esta etapa Carlos María Isidro crea Navarra una monarquía alternativa y el general carlista Zumalacárregui organizó un ejército en el norte y conquistó algunos territorios aunque fracasó en la toma de Bilbao, donde murió.
2º fase: 1836-1840, en esta fase se decanto el lado liberal. El general isabelino, Baldomero Espartero tuvo que hacer frente a las tropas carlistas en Luchana. Tras esto , los carlistas tratan de extenderse por el resto de España en busca de apoyos llegando a Cádiz incluso intentando tomar Madrid en donde Carlos toma el mando del ejército para llegar a Madrid y negociar con María Cristina el final de la guerra pero esta no acepta, fueron incapaces de replegar la ciudad y regresaron al norte. Finalmente el jefe del bando de los carlistas que querían llegar a acuerdos con los liberales, el general Adrián Maroto, pactó con Espartero la firma del convenio de Vergara. Los militares carlistas aceptaron a la reina Isabel. EL acuerdo establecía el mantenimiento de los fueron en las provincias Vascas y Navarra. Sin embargo poco después se aprobaron varias leyes según las cuales Navarra perdía sus aduanas. A cambio los navarros consiguieron un régimen fiscal muy beneficioso. Poco a poco se van a ir produciendo recortes en los fueros de las provincias Vascas. Aunque la guerra continuó en Aragón y Cataluña, la Guerra Civil finalizó con la victoria de las tropas liberales. Don Carlos sin apoyo militar abandona España.
Debido a este intento de reformas, el general Espartero, jefe del partido progresista, se enfrento a la regente que apoyaba a los liberales. Los progresistas impulsaron un movimiento revolucionario con la formación de las juntas en muchas ciudades. La regente para resolver esta crisis va a nombrar a Espartero como presidente de gobierno. Espartero reclamo compartir la regencia. María Cristina se negó y fue obligada a renunciar a su cargo en Octubre de 1840 y se marcho de España, aquí comienza la regencia de Espartero.
-La regencia de Espartero:
1840-1843. Una vez en el trono, como regente, disolvíó las juntas Revolucionarias y convocó Cortes donde se nombro al gobierno en donde la mayoría eran progresistas. Su reinado se caracteriza por su autoritarismo; apenas contaba con la Corte y gobernó apoyándose en su camarilla de militares. Esto provocó una ruptura dentro de su partido ya que se aisló de los progresistas y perdíó su popularidad.
En su política el hecho que tiene mayor trascendencia fue la aplicación de una política librecambista, por la cual abría el mercado español a tejidos ingleses.
La industria textil catalana no era capaz de resistir la competencia de los productos ingleses, por lo que esta política va a producir una protesta generalizada en Barcelona. Para sofocar esta revuelta Espartero mandó bombardear la ciudad hasta calmar el levantamiento. Este acontecimiento desprestigió al regente y los moderados aprovecharon la división de los progresistas para realizar un pronunciamiento de moderados y progresistas disidentes, dirigidos por el general Narváez. Tras esto Espartero renunció a su cargo en 1843 y se marchó a Londres. Tras el fracaso de las dos regencias, la única alternativa de las Cortes fue declarar la mayoría de edad de Isabel II, con solo trece años.