Regencias y Reinado de Isabel II: Liberalismo y Conflictos en la España del Siglo XIX

Regencias y Guerras Carlistas

El Problema Sucesorio y el Auge del Liberalismo

El problema sucesorio a la muerte de Fernando VII (1833) lleva a María Cristina a asumir la regencia, apoyándose en los liberales. Este hecho marca un punto de inflexión en la historia de España, abriendo paso a un cambio del sistema tradicional al liberal. Diversos sectores liberales, como los doceañistas (moderados) y los progresistas (exaltados), junto con el bloque conservador, representado por los carlistas y los partidarios del antiguo régimen, pugnan por el poder.

El Carlismo y las Guerras Carlistas

El carlismo, liderado por Carlos María Isidro, representa una ideología tradicionalista que buscaba la vuelta al Antiguo Régimen. Tras el motín de la Granja en Portugal, Carlos María Isidro unifica a los absolutistas opuestos a Fernando VII y a los defensores de los fueros. Crea los Voluntarios Reales, una fuerza militar que se rebela contra la regente María Cristina. La ideología carlista defiende principios como la vuelta al Antiguo Régimen, una posición ultracatólica, la defensa de los fueros y el derecho divino del monarca.

Las Guerras Carlistas (1833-1839) dividen a España entre el norte (carlista) y el sur (liberal), y entre el mundo rural (carlista) y el urbano (liberal). La primera guerra carlista, también conocida como la Guerra de los Siete Años, se desarrolla en tres fases:

  1. 1ª Fase (1833-1835): Zumalacárregui organiza a las diputaciones de Vizcaya, Álava y Guipúzcoa, pero muere en el asedio de Bilbao.
  2. 2ª Fase (1835-1837): El carlista Miguel Gómez llega hasta Cádiz, mientras Carlos María Isidro y Ramón Cabrera, el»Tigre del Maestrazg», asedian Madrid sin éxito, replegándose hacia el Ebro.
  3. 3ª Fase (1837-1839): El desgaste de las tropas carlistas provoca su división entre apostólicos (intransigentes) y marotista (transigentes). Finalmente, se firma el Convenio de Vergara (1839) entre Maroto (liberal) y Espartero (carlista), que propone la integración de los militares carlistas, la pervivencia de los fueros y pensiones para viudas y huérfanos.

Las consecuencias de las guerras carlistas son la inestabilidad política, el protagonismo del ejército y una mayor crisis económica. Posteriormente, se producen la guerra de (1848) en Cataluña, considerada una pseudo-segunda guerra carlista, y la Segunda Guerra Carlista (1872-1876) durante el Sexenio Democrático, que termina con la abolición de los fueros vascos tras el asedio de Carlos VII y la derrota carlista.

Etapas Políticas: Regencia de María Cristina (1833-1840)

Durante la minoría de edad de Isabel II, el liberalismo continúa su desarrollo. Cea Bermúdez asume como primer ministro hasta 1834, mientras Javier de Burgos organiza el territorio en 49 provincias. La oposición carlista desencadena la Guerra de los Siete Años.

A) Estatuto Real: Una Pseudoconstitución

Martínez de la Rosa (1834) y Javier de Burgos desarrollan el Estatuto Real, una pseudoconstitución que busca normalizar la Regencia. Este documento propone un sistema bicameral con próceres (grandes de España) y procuradores. Aunque supone el fin del Antiguo Régimen, no es plenamente representativo. En 1834, la participación del voto era de 1 por cada 900 ciudadanos, y en 1836, de 1 por cada 200. En este periodo, destacan dos corrientes liberales: los moderados (antes doceañistas), liderados por Martínez de la Rosa, y los progresistas, formados por la burguesía, anticlericales y la Milicia Nacional, con figuras como Espartero, Mendizábal y Calatrava, partidarios de las desamortizaciones.

B) Periodos del Gobierno de María Cristina

  1. Toreno (1835): Gobierno moderado que busca acabar con el carlismo y defiende el proteccionismo.
  2. Mendizábal (1835-1836): Gobierno progresista que lleva a cabo la Desamortización de Mendizábal (1836), expropiando tierras a la Iglesia, lo que provoca la ruptura entre moderados y progresistas.
  3. Istúriz (1836): Gobierno moderado que destituye a Mendizábal y disuelve la Milicia Nacional. Este hecho provoca que los sargentos tomen La Granja, obligando a María Cristina a firmar la Constitución de 1837.
  4. Calatrava (1836-1837): Gobierno progresista que nombra a Mendizábal Ministro de Hacienda, continuando las desamortizaciones. Crea la Constitución de 1837.

C) Constitución de 1837

Esta constitución consolida el sistema constitucional:

  • Poder Legislativo: Bicameral, con el Congreso (elegidos por hombres mayores de 25 años) y el Senado (nombrados por el rey).
  • Poder Ejecutivo: El rey controla el gobierno, tiene derecho a veto y puede disolver las Cortes.
  • Poder Judicial: Independiente.
  • Administración Local: Alcaldes elegidos por los vecinos.
  • Ejército: Milicia Nacional que apoya al ejército en las provincias.
  • Iglesia: Católica, pero se permite la libertad de culto.
  • Libertad de Imprenta.

Regencia de Espartero (1840-1843)

La Regencia de Espartero comienza con la rebelión de 1840, en la que el general Espartero asume la Capitanía General y la Regencia tras el rechazo de María Cristina a los progresistas, lo que la obliga a exiliarse a Francia. Surgen dos ideologías: los esparteristas, que apoyan a Espartero como único regente, y los progresistas, que abogan por una regencia de tres miembros. Se convocan nuevas elecciones para legitimar el sistema, donde vencen los progresistas debido a la abstención de los moderados. El gobierno continúa con las desamortizaciones (1841), mientras el ejército se divide entre oficiales, que apoyan a los moderados (Narváez), y suboficiales, que apoyan a los progresistas. Los moderados protagonizan pronunciamientos, como los de Diego de León, O’Donnell y Narváez. Es un periodo inestable que se divide en tres fases:

  1. 1841: Los Ayacuchos (fieles a Espartero) y los primeros grupos republicanos (camarillas) generan malestar entre progresistas y moderados.
  2. 1842: El liberalismo económico de Espartero choca con los intereses de Cataluña.
  3. 1843: Las elecciones dividen al progresismo entre una corriente militar (Espartero) y otra civil (Olózaga). Narváez se pronuncia con éxito en Torrejón de Ardoz, poniendo fin a la Regencia.

Reinado de Isabel II

Coronación de Isabel II y Década Moderada (1843-1854)

En 1843, Isabel II es coronada reina a los 13 años, iniciando la década moderada. Este periodo se caracteriza por el desarrollo económico, la centralización del poder y el restablecimiento de la relación Iglesia-Estado con el Concordato de 1851. Los moderados evolucionan hacia la Unión Liberal, mientras los progresistas forman el Partido Demócrata. El reinado de Isabel II está marcado por la inestabilidad, la salida de los progresistas del poder y la caída de Olózaga. Los moderados, liderados por Narváez, gobiernan desde 1844, destacando figuras como Martínez de la Rosa, Donoso Cortés, Bravo Murillo y el Marqués de Salamanca. Aprueban la Constitución de 1845, de carácter moderado, que rechaza la soberanía nacional, estableciendo una soberanía compartida entre las Cortes y la reina.

La Constitución de 1845 establece un sistema bicameral con un Congreso elegido por sufragio censitario y un Senado vitalicio nombrado por la Corona. El rey, junto al Senado, elige al jefe de Gobierno. Se mantiene la independencia del poder judicial. Los alcaldes son elegidos por la corona y se elimina la Milicia Nacional. El catolicismo se declara religión oficial del Estado. Se crea la Ley Municipal y surge el Manifiesto Demócrata (1848) en oposición al sistema. Ante este manifiesto y las revoluciones de 1848 en Europa, Narváez aprueba la Ley de Poderes Excepcionales, que provoca levantamientos y la creación del Partido Demócrata (1849). Tras la restauración en Europa, Bravo Murillo, de ideología tecnócrata, anula las Cortes y apoya el Concordato con la Santa Sede. Le suceden Roncali (1852-1853) y Sartorious (1853-1854). Entre las reformas centralizadoras, destaca la creación de la Guardia Civil por parte de González Bravo en 1844.

Bienio Progresista y Era de O’Donnell (1854-1868)

En 1854, O’Donnell lidera un pronunciamiento progresista en Vicálvaro que da lugar al Decreto del Manzanares, iniciando el Bienio Progresista (1854-1856). Se restablece la Constitución de 1837 y Espartero regresa al poder, planteando la Constitución»non nat» de 1856 con reformas progresistas como la Desamortización de Madoz (1855) para financiar el Plan Nacional de Ferrocarriles, lo que genera un conflicto con el Vaticano. También se impulsa el propio Plan Nacional de Ferrocarriles y se lleva a cabo una reforma fiscal. Se produce una alternancia de gobiernos:

  1. Escosura: Ministro de Gobernación que dimite, provocando la destitución de Espartero. O’Donnell le sustituye en 1856, intentando crear un partido puente y restableciendo la Constitución de 1845 con un acta constitucional adicional.
  2. Narváez (1856-1858): Elimina el acta de O’Donnell y aprueba una ley que prohíbe criticar a la corona.
  3. O’Donnell (1858-1863): Desarrolla la»Unión Libera», un partido puente que retoma las ideas de la Constitución»non nat» de 1856. La Era de O’Donnell (1858-1863) es un periodo moderado que busca la unión de los moderados más progresistas y los progresistas más moderados. Se rodea de figuras con experiencia como Cánovas del Castillo. Se produce un crecimiento económico gracias al ferrocarril, el comercio exterior, el derecho a la propiedad y la Desamortización de Madoz. Se desarrolla una política exterior de»grandez» con intervenciones en Asia (Conchinchina, junto a Francia), América (restablecimiento de relaciones con las colonias) con el Tratado de Londres, y África (Batalla de Castillejos con Prim y el Tratado de Wad-Rash).

Crisis del Moderantismo y Revolución de 1868

En 1863, Isabel II destituye a O’Donnell, poniendo fin a la Unión Liberal y dando paso a un gobierno moderado e inestable:

  1. Narváez (1864-1865): Se enfrenta a los estudiantes demócratas en la matanza de San Daniel.
  2. O’Donnell (1865-1866): Se producen levantamientos progresistas como el de los sargentos del cuartel de San Gil.
  3. Narváez (1866-1868): Es sustituido por González Bravo. Los progresistas y demócratas firman el Pacto de Ostende (1866) liderados por el General Prim, en oposición al sistema político de Isabel II. O’Donnell muere en 1867, Narváez en 1868 (quedando González Bravo en el poder) y Bravo Murillo en 1873. La situación culmina con la Revolución de la Gloriosa (1868).

El Sexenio Revolucionario: Constitución de 1869

Antecedentes

  • Pacto de Ostende (1866): Progresistas y demócratas, liderados por el General Prim, se unen para establecer un sistema democrático representativo. Se crea el»Comité Secret» en Madrid, formado por unionistas y progresistas.
  • Revolución de la Gloriosa (1868): Liderada por Prim y Serrano, se enfrenta a los mismos problemas y protagonistas que las revueltas anteriores: crisis permanente, aumento de impuestos por parte de González Bravo, escasez de demanda y parón en el ferrocarril y la industria. Las muertes de O’Donnell (1867), Narváez (1868) y Bravo Murillo (1873) marcan el fin del reinado de Isabel II y el relevo generacional.

Proceso Revolucionario de»La Glorios»

  1. 18 de septiembre de 1868: El Almirante Topete se subleva en Cádiz, permitiendo el regreso de los unionistas exiliados.
  2. 28 de septiembre de 1868: Batalla del Puente de Alcolea (Guadalquivir), donde Serrano vence a los realistas (Marqués de Novaliches) e isabelinos. Isabel II se exilia a Francia.
  3. Juntas Revolucionarias de Enlace: Piden a Serrano la formación de un gobierno con Sagasta, Figuerola, Prim y Zorrilla. La independencia de Cuba afecta al desarrollo del sentido democrático (reducción de impuestos).
  4. Prim rechaza las Juntas Revolucionarias y convoca Cortes Constituyentes (1869). Sagasta establece el sufragio universal masculino, donde los monárquicos vencen a los republicanos.

Constitución de 1869

Basada en la soberanía nacional, amplía la declaración de derechos:

  • Poder Legislativo: Bicameral, con un Congreso elegido por sufragio universal directo y un Senado elegido por varones mayores de 40 años.
  • Poder Ejecutivo: El rey tiene capacidad legislativa y puede convocar o anular las Cortes.
  • Poder Judicial: Independiente.
  • Administración Local: Elegida por los vecinos.
  • Ejército: Milicia Nacional.
  • Iglesia: Católica, pero se permite la libertad de culto.

Objetivos del Sexenio

Los objetivos de Prim y Serrano son consolidar un sistema democrático y elegir un nuevo rey de corte liberal. El General Prim impulsa reformas económicas y políticas liberales: ley electoral, matrimonios civiles, reforma del código penal, etc. Serrano se encarga de buscar un nuevo rey, lo que provoca la aparición de grupos republicanos. Finalmente, Amadeo de Saboya, hijo de Víctor Manuel II (unificador de Italia), es elegido rey (1870) a cambio de jurar la Constitución. En 1870, el General Prim es asesinado, dejando a Amadeo I sin apoyos y provocando la división de los progresistas entre moderados (Sagasta) y radicales (Zorrilla).

Alternancia de Gobiernos y Oposición

  1. Serrano: No controla la crisis económica y el proceso de independencia cubano se agrava.
  2. Zorrilla: Continúa la crisis, con problemas religiosos y la cuestión de la esclavitud en América. Disuelve las Cortes.
  3. Serrano: Fracasa de nuevo y es sustituido por Sagasta.

Resurgen movimientos de oposición:

  • Carlistas: Algunos buscan el poder mediante la ampliación electoral (fracasan), mientras otros optan por la sublevación con Carlos VII (Vera de Bidasoa, 1872).
  • Cánovas del Castillo: Apoya a los Borbones.

Amadeo I abdica el 11 de febrero de 1873, día en que se proclama la Primera República Española.

La Primera República (1873-1874)

La Primera República surge de la alianza entre borbónicos y republicanos unitarios, apoyada por la burguesía liberal (que busca la recuperación económica) y un grupo de intelectuales krausistas (que abogan por la educación). El tercer estado reconoce el sistema. Sin embargo, surgen oposiciones internas que generan inestabilidad, como la división entre republicanos unionistas y federalistas, y entre conservadores y transformadores.

Alternancia de Gobiernos en la Primera República

En solo 11 meses, se suceden cuatro presidentes:

  1. Figueras: Forma gobierno con Pi y Margal, Salmerón y Castelar. Se enfrenta a una fuerte oposición (intento de golpe de Estado del alcalde de Madrid). Convoca elecciones donde vencen los republicanos federales. Se exilia a París.
  2. Pi y Margal: Busca mantener el orden y la República. Sus objetivos son mejorar la economía, separar la Iglesia del Estado y abolir la esclavitud en Cuba. Propone la Constitución de 1873 (no llega a aprobarse) con 17 estados federales. Se produce la insurrección cantonalista.
  3. Salmerón: Con el apoyo del ejército, forma gobierno con Martínez Campos y Pavía. Lucha contra la insurrección carlista.
  4. Castelar: De ideología conservadora, busca la unidad nacional y el orden social, con el apoyo de la nobleza y la burguesía. Suspende el sistema constitucional y anula las Cortes, lo que genera la oposición de los republicanos. La situación se vuelve insostenible con la Constitución de 1869 suspendida y la de 1873 sin promulgar. Pavía da un golpe de Estado, ilegalizando a los republicanos federalistas. Las fuerzas tradicionales (aristocracia y burguesía) apoyan un liberalismo doctrinario. Martínez Campos se pronuncia en 1874 (Sagunto) y proclama rey a Alfonso XII, hijo de Isabel II, sin encontrar resistencia por parte del gobierno. Se forma un nuevo gobierno de regencia en Madrid, con Cánovas del Castillo como regente.

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