El Regionalismo y los Nacionalismos. Movimientos Obreros
Durante la Restauración se consolidan dos fuerzas, nacionalismo y obrerismo, cada vez más relevantes.
Nacionalismo
Inicios
En Europa comienza en el primer tercio del siglo XIX, pero en España es posterior. Comienzan siendo movimientos culturales y luego se transforman en movimientos políticos regionalistas o en partidos nacionalistas. Dos factores impulsan este movimiento:
- a) Históricamente, el Estado español se construye por la unificación de diferentes estados anteriores que mantienen sus particularidades hasta la centralización comenzada por el absolutismo en el siglo XIX, que intenta establecer una nación española inspirándose en el modelo francés: creación de una identidad nacional española desde arriba, por encima de las diferencias regionales, pero sin el apoyo de una economía y una burguesía verdaderamente nacionales.
- b) La existencia de regiones con lengua, cultura e historia propias, y de corrientes contrarias al centralismo, como el carlismo y el republicanismo federal.
El nacionalismo, que arraiga principalmente en Cataluña y el País Vasco, comienza siendo un movimiento de las clases medias, a las que se suma más tarde la gran burguesía, que lo usará para defender sus intereses económicos.
El Nacionalismo Catalán
Fue el pionero debido a su desarrollo económico y urbano, y a la existencia de una burguesía industrial que aspiraba a tener más peso político, especialmente en la defensa del proteccionismo. Comienza siendo un movimiento cultural, la Renaixença, para potenciar el catalán. Posteriormente, es un movimiento político dividido en dos corrientes: una federalista y otra autonomista. A finales del siglo XIX, Prat de la Riba logra reunir ambas corrientes en la Unión Catalanista, movimiento conservador y católico, cuyo ideario se recoge en las Bases de Manresa.
Las Bases de Manresa, redactadas en 1892, aunque no defendían el separatismo, sí pedían el autogobierno y diferenciaban las competencias estatales y catalanas. El Estado asumía las relaciones internacionales, el ejército, las obras públicas, la resolución de conflictos entre regiones. Cataluña establecía el catalán como lengua oficial, moneda propia, empleos públicos exclusivamente para los catalanes y un parlamento propio.
El último paso se da en 1901 con la creación de un partido, la Lliga Regionalista, impulsado por Prat de la Riba y Francesc Cambó, que, apoyada en su éxito electoral, dominará la política catalana y participará en la estatal hasta la dictadura de Primo de Rivera.
El Nacionalismo Vasco
Se inicia en los años 90 como reacción a la pérdida de los fueros tras la derrota carlista. Su impulsor es Sabino Arana, que funda en 1895 el Partido Nacionalista Vasco, partido conservador y ultracatólico, que defendía la independencia de los siete territorios vascos y el rechazo a los inmigrantes para preservar la raza y cultura vascas. Al principio, el nacionalismo se difundió entre las clases medias y el mundo rural, ya que el proletariado industrial era mayoritariamente socialista y la gran burguesía industrial tenía los mismos intereses que el gobierno central. Posteriormente, la gran burguesía acabará controlando el PNV, imponiendo la opción de la autonomía frente al independentismo y aumentando su apoyo electoral.
En otras regiones
Surgieron también movimientos culturales que acabaron convirtiéndose en movimientos políticos de carácter autonomista, pero que no lograron crear partidos políticos como Cataluña o el País Vasco, aunque sentaron las bases para su desarrollo durante la II República. Fueron movimientos minoritarios, como las burguesías que los apoyaban, y con escaso apoyo popular.
- El más importante, el Nacionalismo Gallego, se inicia como movimiento cultural a mediados del siglo XIX y pasa posteriormente a defender la autonomía como forma de acabar con el atraso que obligaba a muchos gallegos a emigrar.
- El Valencianismo nace como defensa de la lengua y la cultura valenciana, y no es hasta principios del siglo XX cuando se convierte en movimiento político.
- El Andalucismo surge a partir de la experiencia del federalismo durante la I República. Su impulsor fue Blas Infante y, como movimiento político, llegó a reivindicar la autonomía, pero no llegó a crear un partido debido a la connivencia de intereses entre la burguesía andaluza y el gobierno central.
- El Aragonesismo, por su parte, basaba sus aspiraciones en el pasado, cuando la región había sido reino independiente.
El Nacionalismo en Canarias
Tiene algunas diferencias con respecto a los anteriores: más desarrollo entre los emigrantes a Cuba y Venezuela que en las propias islas, sometidas al poder de la oligarquía; carácter independentista, siguiendo el ejemplo de Hispanoamérica y de la propia Cuba, aunque hubo intentos autonomistas; en las islas no se apoya en la burguesía, sino en el movimiento obrero. A finales del siglo XIX, la figura más destacada es Secundino Delgado y su revista El Guanche, publicada en Venezuela. A principios del siglo XX, surge en las islas el Partido Popular Autonomista, asociado al movimiento obrero. Pero será en Cuba, en 1924, cuando se funde el primer partido nacionalista canario.
Movimiento Obrero
Inicio
Surge asociado a la industrialización en regiones como Cataluña y el País Vasco, y al aumento de jornaleros consecuencia de la desamortización en regiones como Andalucía. El movimiento obrero tiene poco desarrollo hasta la segunda mitad del siglo XIX. No obstante, en la época anterior se producen protestas ludistas, ocupaciones de tierras y se crean en Cataluña las primeras sociedades de protección mutua, antecedente de los sindicatos. La primera huelga general se organiza en Barcelona en 1855. Durante el Sexenio, crece gracias a la ampliación de las libertades, pero el fracaso de la I República hace que importantes sectores del movimiento obrero se decanten por el internacionalismo.
En 1864 se había fundado en Londres la Asociación Internacional de Trabajadores o I Internacional. Existían dos tendencias que acabarían separándose:
- La socialista, de Karl Marx, que defendía la acción política para alcanzar el poder y establecer un estado transitorio, la dictadura del proletariado, que les permitiera crear una sociedad comunista sin clases, sin propiedad y sin estado. Esta tendencia se dividirá posteriormente entre los que apoyaban la reforma progresiva del sistema liberal y los que preferían la revolución como forma de llegar al poder.
- La anarquista, de Mijaíl Bakunin, que rechazaba la acción política, ya que negaban cualquier forma de estado y autoridad, y confiaban en una revolución espontánea de las masas para alcanzar una sociedad parecida a la que defendían los socialistas.
Desarrollo del movimiento obrero
La primera tendencia en llegar a España fue la anarquista, que funda en 1868 la Sección Española de la AIT, por lo que desde un principio hubo un claro predominio de la ideología anarquista, sobre todo en Cataluña y Andalucía. Posteriormente llegaría la tendencia socialista, que funda la Federación Madrileña, que luego daría lugar al PSOE.
Durante los primeros años de la Restauración, las organizaciones obreras fueron consideradas ilegales y duramente reprimidas. Hubo que esperar al gobierno liberal para su legalización.
Tras su legalización, el anarquismo sufre una separación entre la corriente anarcosindicalista, partidaria de la acción sindical, y la corriente de acción directa, partidaria de los atentados contra todo lo que representara al poder: Estado, burguesía e Iglesia. Durante los años 90, la acción directa es la preponderante y produce una dura represión del movimiento. A principios del siglo XX, el anarcosindicalismo acaba imponiéndose y se crea la CNT.
El PSOE y la UGT
En 1879 se funda el PSOE, dirigido por Pablo Iglesias, que aunque se declara revolucionario, también planteaba un programa reformista a medio plazo: ampliación de libertades, sufragio universal, prohibición del trabajo infantil y otros derechos del trabajador. El PSOE, tolerado por los gobiernos liberales, se extendió sobre todo en Madrid, País Vasco y Asturias, pero no en las zonas anarcosindicalistas como Cataluña o Andalucía. Más tarde se fundaría la UGT (Unión General de Trabajadores), el sindicato socialista, que promovía el uso de las huelgas como arma de presión, a diferencia de la CNT anarquista.
El empuje de los movimientos obreros obligó a la burguesía a realizar cambios en el sistema ante el temor a una revolución: imitando a otros países, en las primeras décadas del siglo XX se elabora una legislación para mejorar las condiciones de trabajo y de vida de los obreros. Por su parte, la Iglesia impulsa, con poco éxito, movimientos católicos para oponerse a las ideas anarquistas y marxistas, marcadamente contrarias a la religión.