Reinado de Alfonso XIII y Dictadura de Primo de Rivera en España

Reinado de Alfonso XIII (1902-1931)

España había sido derrotada tras la guerra hispano-estadounidense y afrontaba las tensiones del auge nacionalista y el desarrollo del movimiento obrero. Al comienzo de su reinado se impulsaron dos importantes medidas: el Instituto de Reformas Sociales (1903) y la Junta de Ampliación de Estudios (1907) y la Residencia de Estudiantes (1910), muy vinculadas al ideario de la Institución Libre de Enseñanza.

La gobernabilidad se complicó con la desaparición de los grandes líderes: Cánovas del Castillo y Sagasta.

El estado liberal español presentaba problemáticas: un parlamento no representativo por el caciquismo y un rey con amplios poderes, de acuerdo con la Constitución de 1876.

El Regeneracionismo y Partidos Dinásticos

La visión de la necesidad de regenerar la sociedad y la política en España, impulsada por Joaquín Costa, fue desarrollada a través del proyecto político de Antonio Maura, líder del Partido Conservador. El programa consistía en hacer la revolución desde el poder para lograr la abolición del caciquismo. Para ello era necesario un sistema parlamentario verdaderamente representativo, comenzando por la supresión del control caciquil en las elecciones. Consistió en la reforma de los ayuntamientos y la ley electoral.

Establecieron una ley para que se presentara un único candidato y así evitar trampas, pero provocó el efecto contrario.

Maura impulsó tímidas reformas sociales, como la Ley de Accidentes de Trabajo, la Ley sobre Condiciones de Trabajo de Menores y Niños o la Ley de Descanso Dominical, el “retiro obrero”, antecedente de las pensiones de jubilación, y se aprobó la primera Ley de Huelga en 1909. También destaca la Ley de Protección a la Industria Nacional (1907). Para frenar la violencia anarquista, Maura impulsó la Ley de Represión del Terrorismo, a la cual se opuso el bloque de izquierdas.

La Semana Trágica (1909)

En julio de 1909 comenzó una huelga general en Barcelona contra la política de Marruecos. Maura había decidido intervenir para responder al ataque de los cabileños contra Melilla.

Se había decretado la movilización de reservistas catalanes para enviar tropas a Marruecos, y era posible evitar el reclutamiento mediante el pago de una redención.

La clase trabajadora lo vivió como una humillación al servicio de los intereses de la alta burguesía y la llegada de noticias de Marruecos que hablaban de numerosos muertos provocó una oleada de quema de iglesias y conventos.

Fueron ejecutados, entre ellos Francisco Ferrer Guardia, pensador anarquista, lo que provocó una gran indignación. Se quebró así uno de los pilares del sistema, Maura, finalizando el turnismo.

Canalejas y el Partido Liberal

Desde el Partido Liberal, apareció José Canalejas, que destacó en su proyecto de dotar al programa liberal de un contenido sensible a las condiciones de vida y el trabajo de la clase trabajadora.

Impulsó leyes sociales como la “ley de la silla” para las mujeres, la reducción de la jornada nocturna, quiso afianzar la libertad religiosa y restringir los privilegios de la Iglesia, la Ley del Candado (impedir nuevas órdenes religiosas) y una ley de servicio militar obligatorio. Finalmente, suprime los “consumos” (impuestos en artículos de primera necesidad). Ese mismo año le asesinaron por lo que no se pudo avanzar en la regeneración del sistema político español.

Las Fuerzas de Oposición

El problema del nacionalismo catalán se manifestó a través del Cu-Cut (1905), que consistió en el asalto de oficiales del ejército a la sede de este periódico, como respuesta a informaciones satíricas y ofensivas.

El gobierno de Moret reaccionó protegiendo a los militares y aprobando la Ley de Jurisdicciones, la cual consideraba como delito la opinión crítica hacia los militares.

Cataluña lo consideró como una ley contraria a la libertad de expresión, y puso de manifiesto el fuerte descontento. Esto les unió en Solidaritat Catalana y acabó demostrando que los partidos dinásticos no tenían nada que hacer. También se hundieron los republicanos que defendían un estado plenamente democrático, junto a su líder Melquiades Álvarez.

En Barcelona triunfaba el republicanismo popular y anticlerical (Alejandro Lerroux y Vicente Blasco Ibáñez).

El Movimiento Obrero

Respecto al movimiento obrero destaca su crecimiento, organizado en torno a los sindicatos CNT (anarquista) y UGT (socialista), que empleaban el recurso a la huelga.

El PSOE vivió una crisis a partir del triunfo de la Revolución Rusa (1917), y un pequeño grupo se escindió en 1921: el Partido Comunista de España (PCE).

Crearon “Solidaridad Obrera”, protagonista de la Semana Trágica de Barcelona y de la creación de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT). Uno de sus éxitos, “La Canadiense”, huelga de la empresa eléctrica, dio paso a la jornada laboral máxima de 8 horas. Por último, los anarquistas vivieron tensiones entre los partidarios de la acción directa y los que buscaban una vía pacífica hacia la revolución, y estos últimos formaron la Federación Anarquista Ibérica (FAI) en 1927.

Intervención en Marruecos, Crisis de 1917 y Trienio Bolchevique

En 1916 un grupo de oficiales del ejército crearon las Juntas de Defensa para oponerse a los proyectos de reforma que les pudieran afectar a sus intereses, y provocaron la dimisión del gobierno.

Por otro lado, cuando Eduardo Dato, el presidente, clausuró las Cortes por temor a una huelga, Francesc Cambó convoca una Asamblea de Parlamentarios Catalanes, que exigían una convocatoria de elecciones a Cortes Constituyentes, para promover una reforma de la Constitución; sin embargo, no recibieron apoyos de las Juntas de Defensa y fracasaron.

Impacto de la Primera Guerra Mundial

La tensión social se incrementó con el aumento de las exportaciones españolas a los países en conflicto, lo que disparó los beneficios empresariales pero provocó una inflación y una pérdida de poder adquisitivo de los salarios.

Influenciados por el triunfo de la Revolución Rusa, se difundieron manifiestos revolucionarios. Ante la convocatoria de huelga general por los socialistas (1917), sin el apoyo de las Juntas ni de la Asamblea Parlamentaria, fracasó, con decenas de muertos y detenidos.

Pero el movimiento obrero, UGT y CNT, no paraban de crecer. Se conoce al periodo entre 1918 y 1920 como el Trienio Bolchevique, un periodo salpicado de huelgas, motines y manifestaciones. Destaca “La Canadiense”, huelga de la empresa eléctrica, que acabó con el triunfo de los obreros y la jornada máxima de 8 horas.

La violencia en Cataluña se respondió con la acción armada de pistoleros a sueldo de los empresarios. Una guerra social que, para poder combatirla, el gobernador Martínez Anido aplicó la “Ley de Fugas”, en la que se ejecutaba a los anarquistas sin juicio previo. También fue especialmente grave la situación en el campo andaluz, como consecuencia de la precaria situación de las familias de jornaleros que vivían en condiciones de miseria.

La Guerra de Marruecos

En la Conferencia Internacional de Algeciras de 1906, España pretendía intervenir en Marruecos para frenar los ataques a Ceuta y Melilla. Se acordó el reparto de Marruecos con Francia y España se apoderó del norte. Pronto aparecieron los conflictos con los indígenas. Las cabilas del Rif se agruparon bajo el liderazgo de Abd el-Krim.

En 1912 se pacta de nuevo el reparto de Marruecos para hacer mejor frente a la resistencia de las cabilas.

Al acabar la Primera Guerra Mundial, se reiniciaron las operaciones contra los rebeldes de Abd el-Krim.

En 1921, las tropas españolas desembarcan en una acción mal planificada, dirigida por el general Silvestre, desde Melilla a Annual. Los choques generaron una retirada desordenada y la masacre de los españoles.

Se trataba del Desastre de Annual, que causó 13.000 muertos, entre ellos el general Silvestre.

La presión de la opinión pública llevó al Expediente Picasso, que ponía en evidencia las enormes irregularidades, corrupción e ineficiencia del ejército español, pero no llegó a haber responsabilidades políticas. Antes de emitir su dictamen, el 13 de septiembre de 1923, el general Miguel Primo de Rivera dio un golpe de estado y estableció una dictadura militar.

La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)

Causas del Golpe de Estado

Los intentos de regeneración habían fracasado, y la inestabilidad política era constante. Socialmente, las huelgas, el pistolerismo, la agitación, etc. estaban afectando al país. Por lo que se impone la solución autoritaria de regenerar España desde la fuerza y al margen del sistema político.

El detonante estuvo en la situación militar en Marruecos y los efectos del Desastre de Annual.

El golpe de estado se produjo el 13 de septiembre de 1923, por el general Primo de Rivera en Barcelona. No encontró oposición. La proclama golpista, “Manifiesto al País y al Ejército”, era ambigua para no generar temor.

Además, contaba con el apoyo del rey, el ejército y el empresariado catalán.

Objetivos y Realizaciones

Primo de Rivera se presentó como el “cirujano de hierro”. Sus objetivos: emplear la autoridad para acabar con el caciquismo, restablecer el orden público, solucionar el problema de Marruecos y controlar la expansión de los nacionalismos. Formó un Directorio Militar.

  • Caciquismo: persiguió la corrupción, pero no consiguieron mucho. Los caciques se pusieron del lado del nuevo régimen. Se aprobó el Estatuto Municipal para la democratización de los ayuntamientos.
  • Orden social: la dictadura tomó medidas de fuerza disolviendo la CNT. Por su parte, los empresarios extendieron los Sindicatos Libres, una milicia armada para mantener el orden en las fábricas.
  • Nacionalismos: se optó por la represión. Se prohibió el uso del catalán en público, la bandera y los partidos nacionalistas fueron ilegalizados.
  • Marruecos: había que afrontar la rebelión de Abd el-Krim, que había proclamado la República del Rif. Abd el-Krim cometió el error de extenderse a una zona de Marruecos controlada por Francia, quien propuso a España una respuesta conjunta. El Desembarco de Alhucemas (1925-1926) acabó con la rendición de Abd el-Krim, en el principal triunfo de la dictadura.

Institucionalización del Régimen

En 1925, Primo de Rivera disolvió el Directorio Militar y nombró un gobierno civil con figuras como Severiano Martínez Anido o Eduardo Aunós. Este Consejo de Ministros contó con casi un poder absoluto. El dictador creó un partido político: la Unión Patriótica. Controlada por el gobierno, trataba de ser una imitación del modelo de otros estados autoritarios europeos, como la Italia fascista. Debía redactar una constitución, pero no se llevó a cabo.

Política Económica y Social

Junto al éxito de la Guerra de Marruecos, la dictadura se basó en logros económicos y sociales. En 1926 se desplegó un programa desarrollista basado en el fomento de las obras públicas, planes de construcción de carreteras, imposición de aranceles, nacionalización de empresas y apoyo a la exportación.

Socialmente se consiguió una cierta pacificación mediante la represión del anarquismo y un buen número de reformas como el Código de Trabajo o la construcción de viviendas baratas para obreros.

Contó con la colaboración de los socialistas, que participaron en el Consejo de Trabajo y el Consejo de Estado. Se crearon modelos de solución de conflictos laborales mediante jurados mixtos, que mejoraron la condición de los obreros.

ición de los obreros.

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