Tema 6. El Sexenio Democrático:
Revolución de 1868 y el Gobierno Provisional (1868-69)
Democrático es decisivo para interpretar la historia contemporánea. Afirmó un nuevo sentido del liberalismo, contrapuesto al rígido moderantismo, el fin del régimen de los generales y el triunfo de la sociedad civil.Aunque las causas de la revolución del 68 y la debilidad de la posición de la corona se remontan a 5 años antes, en 1868 casi nadie defendía la causa de la reina, : los sectores financieros e industriales conscientes de que el gobierno isabelino era incapaz de superar la crisis económica; los miembros de la oligarquía terrateniente que aceptaban el cambio como inevitable; entre los militares la matanza del cuartel de San Gil empujó a muchos de ellos a apoyar el golpe; en cuanto a las clases populares, además del paro y la miseria, influyeron las promesas de los conspiradores( sufragio universal, abolición de los impuestos indirectos, los consumos y de las quintas, el servicio militar obligatorio). Todo ello ayudo al triunfo de la Gloriosa Revolución
.La Gloriosa fue un pronunciamiento militar propio del Siglo XIX encabezado por varios generales en Cádiz (Serrano, Prim, Topete) al grito de: «Viva España con honra«. El apoyo popular vino después cuando los partidos formaron juntas locales y provinciales, entregando armas a la población y organizando a los llamados Voluntarios de la Libertad. Una vez conseguido el exilio de la reina los conspiradores procedieron a detener la revolución y formar un nuevo gobierno con Serrano, Prim y Sagasta a la cabeza. Se ordenó la disolución de las juntas y el desarme de los batallones de Voluntarios. El objetivo era volver a mantener el orden social y convocar elecciones a Cortes Constituyentes.
La Constitución de 1869
Las elecciones se celebraron mediante sufragio universal masculino. El debate principal giró en torno a la forma de Estado, monarquía o república. El gobierno (mayoría unionista y progresista), era partidario de la primera y sólo una parte de los demócratas apoyó a los republicanos. El resultado final fue la monarquía. Las Cortes elaboraron una nueva constitución, la primera democrática de nuestra historia. Se ratificaba el sufragio universal y la plena soberanía nacional (Los electores elegirían directamente en el Congreso, pero el Senado se mantendría con elección indirecta. También se elegiría democráticamente en los ayuntamientos y diputaciones). España se constituía como una monarquía parlamentaria con estricta separación de poderes: el legislativo correspondería en exclusiva a las Cámaras (Congreso y Senado) y estaría por encima del ejecutivo; el ejecutivo al Rey, pero con poderes muy limitados puesto que lo ejercería a través de los ministros; el poder judicial quedaba reservado a los jueces. El texto incluía una declaración de derechos detallada con el fin de evitar posteriores recortes: derecho de libertad, al voto, libertad de enseñanza, expresión, reuníón y asociación, pero estos últimos (derechos colectivos) tenían limitaciones. En cuanto a la cuestión religiosa, se aprobó la libertad de cultos pero también el Estado se comprometía a mantener el culto y clero católicos.