Reinado de Amadeo I y la I República Española: Cronología y Conflictos

Reinado de Amadeo I de Saboya (1871-1873)

Tras la Revolución de 1868, se establece una Regencia con Prim como presidente del gobierno. La oposición estaba compuesta por republicanos federalistas (Pi y Margall) y carlistas.

Los candidatos a la corona eran Leopoldo de Hohenzollern-Sigmaringen (apoyado por Bismarck) y Amadeo I de Saboya (apoyado por Napoleón III).

La interceptación del Telegrama de Ems (en el que Francia apoyaba a Amadeo) por parte de Alemania desencadena la Guerra Franco-Prusiana en 1870. La derrota francesa culmina con el Tratado de Versalles, que instaura el II Reich alemán con Guillermo I como Káiser y Bismarck como canciller.

El 27 de diciembre de 1870, Prim es asesinado. El 2 de enero de 1871, Amadeo I llega a Madrid. Surge un grupo antiamadeísta formado por neocatólicos (procarlistas), republicanos (unionistas) y alfonsinos (liderados por Cánovas y el ejército).

Los partidos amadeístas eran los constitucionalistas (Sagasta), de derecha, y los radicales (Ruiz Zorrilla), de izquierda.

Los principales problemas de este reinado fueron:

  • La Guerra de los Diez Años (1868-1878) en Cuba.
  • La Tercera Guerra Carlista (1872-1876).
  • La cuestión artillera de 1873, en la que el ejército se opone al general Hidalgo.
  • Un complot alfonsino civil-militar liderado por Cánovas.
  • Crisis social con movimientos obreros anarquistas y marxistas, y cantonalistas federalistas.

En febrero de 1873, Amadeo I abdica, dando inicio a la I República.

La I República (1873-1874)

La I República fue un periodo de división y enfrentamiento. Existían dos facciones republicanas:

  • Republicanos unitarios o radicales: Defendían una república centralista. Sus líderes eran Figueras, Castelar y Salmerón.
  • Republicanos federales: Se dividían en benevolos (Pi y Margall), que buscaban reformas graduales, e intransigentes, que promovían una revolución cantonalista.

Esta inestabilidad política llevó a cuatro presidentes en un solo año: Figueras, Pi y Margall, Salmerón y Castelar. La economía y la hacienda pública estaban en crisis.

Cánovas conspiraba para la Restauración borbónica, buscando una transición pacífica, sin pronunciamiento militar. Contaba con el apoyo de la banca, la industria, la nobleza, el clero y el ejército.

El movimiento obrero, con anarquistas (Fanelli) y marxistas (Lafargue), buscaba mayor organización y eficacia.

Continuaban la Guerra Carlista y la Guerra de los Diez Años en Cuba, en un contexto marcado por la Doctrina Monroe estadounidense («América para los americanos»).

Presidencias de la I República

Figueras: Suprimió las quintas (levas militares) y los impuestos al consumo, lo que agravó la crisis y provocó su dimisión.

Pi y Margall: Intentó implementar reformas con la Constitución non nata de 1873 (similar a la de 1869 en derechos y libertades, pero federal). Enfrentó la Guerra Carlista y la insurrección cantonalista, oponiéndose a la represión armada, lo que le llevó a dimitir.

Salmerón: Implementó una política autoritaria para sofocar el cantonalismo, pero dimitió al negarse a firmar penas de muerte.

Castelar: Impulsó una república conservadora y centralista, con represión anticantonalista y antiobrera. Cerró el Parlamento en septiembre de 1873.

En enero de 1874, el general Pavía dio un golpe de Estado, poniendo fin a la República Federal. Pavía entregó el poder a Serrano, quien instauró una república unitaria conservadora.

Cánovas promovió el Manifiesto de Sandhurst de Alfonso XII (1 de diciembre de 1874), proponiendo una monarquía constitucional. El 29 de diciembre de 1874, el pronunciamiento de Martínez Campos proclamó rey a Alfonso XII, iniciando la Restauración borbónica.

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