– El reinado de Carlos IV y la Guerra de la Independencia
Carlos IV y su ministro Floridablanca intentaron evitar el «contagio» revolucionario procedente del país vecino. Tras el gobierno del conde de Aranda, Carlos IV nombró ministro a Manuel Godoy en 1792. España se unió a una coalición internacional y participó en la Guerra de la Convención. Tras la rápida derrota, Godoy se acercó a Francia y España se volvió su aliada.
El ascenso de Napoleón en 1799 y la debilidad del Gobierno de Godoy llevaron a España a una dependencia de la política exterior francesa y al enfrentamiento con Inglaterra. La victoria de Portugal en 1801 en la “Guerra de las Naranjas” y la anexión española de Olivenza no sirvieron para compensar la derrota naval de la armada franco-española frente a Nelson en Trafalgar en 1805. Godoy firmó con Napoleón el Tratado de Fontainebleau, en el que se autorizaba el paso de las tropas francesas a España con el propósito de invadir Portugal. La nobleza y el clero estaban en oposición a Godoy y formaron un grupo de oposición en torno al príncipe de Asturias (futuro Fernando VII), que iba a acabar con el gobierno de Godoy y con el rey que lo había nombrado.
El 1 de mayo de 1808 estalló un motín organizado por este grupo de oposición, llamado el Motín de Aranjuez, y precipitó la caída de Godoy y obligó a Carlos IV a abdicar en su hijo Fernando. Napoleón llamó a padre e hijo a Bayona, Francia, y se produjeron las Abdicaciones de Bayona. Allí, nombró rey de España a José Bonaparte (su hermano). Fernando VII devolvía el trono a su padre, quien renunciaba a él a favor de Napoleón, quien a su vez se lo cedía a su hermano José. José I publicó el Estatuto de Bayona (carta otorgada). La Guerra de la Independencia (1808-1814) es como se conoce a la resistencia armada del pueblo español a la ocupación napoleónica. Hubo dos bandos: afrancesados (apoyan a José I, zonas ocupadas por el ejército francés) y las zonas no ocupadas por el ejército, que defienden la legitimidad de Fernando VII y estaba formada por los liberales/revolucionarios y absolutistas/reaccionarios. La Guerra de la Independencia fue una guerra de liberación contra el invasor extranjero, pero también una guerra civil. Tuvo tres fases:
a) Ocupación y levantamiento
Las tropas francesas entran en España y al poco tiempo se ve la intención de Napoleón de invadir toda la Península. El descontento popular estalló el 2 de mayo de 1808 con la insurrección en Madrid, en la que destacaron Daoíz y Velarde, abortada por las tropas francesas. Se constituyen las Juntas Provinciales, que asumen la soberanía en nombre del rey ausente, y para coordinarlas se creó la Junta Suprema Central, que asumió la labor de dirigir la guerra contra los franceses. En esta fase destaca el sitio de Zaragoza y la Batalla de Bailén, donde las tropas españolas vencen a los franceses, siendo la primera derrota napoleónica.
b) Predominio Francés
Napoleón vino en otoño, ocupando la mayor parte del país, excepto las áreas montañosas donde se inició la «guerra de guerrillas». Solo resistían en la península Cádiz y Lisboa. Se enfrentaron durante años y el ejército español tuvo ayuda del ejército británico. En 1810, la Junta Suprema Central pasó sus poderes a un Consejo de Regencia que actuaba en nombre de Fernando VII y se estableció en Cádiz.
c) Ofensiva Hispano-inglesa
El ejército británico, con el apoyo de los españoles y portugueses, infligió sucesivas derrotas a Francia. Tras la catástrofe de la Grande Armée, Napoleón devolvió la corona a Fernando VII por el Tratado de Valençay y las tropas abandonan el país. Las consecuencias fueron: colapso demográfico con muertes y epidemias, daños materiales, ruina de Hacienda y avance para la derrota napoleónica.
– Las Cortes de Cádiz y La Constitución de 1812
La reunión extraordinaria de las Cortes de Cádiz, en San Fernando, el 24 de septiembre de 1810, fue una iniciativa innovadora, ya que el derecho a convocatoria de Cortes solo lo tenía el rey. Participaron 300 diputados: liberales, jovellanistas y absolutistas contrarrevolucionarios. Se realizó la convocatoria como asamblea única (un hombre = un voto) y se realizó mediante sufragio universal masculino indirecto para mayores de edad. En la primera sesión se estableció la soberanía nacional (ciudadanos).
Se proclamó que la Nación sería el conjunto de ciudadanos libres de España y América. Las Cortes aprobaron una declaración donde se proclamaba legítimo rey a Fernando VII, donde también se rechazaba el absolutismo. Dos intenciones de los diputados: profunda reforma de las instituciones políticas y redactar una Constitución.
Se redactó la primera constitución de nuestra historia el 1 de marzo de 1812, «La Pepa», en el Oratorio de San Felipe Neri (Cádiz). Es de carácter liberal y se basa en 5 principios: soberanía nacional, división de poderes, igualdad de todos los ciudadanos ante la ley, sufragio universal indirecto masculino en cuarto grado y reconocimiento de amplios derechos y libertades individuales. Se estableció el catolicismo como única religión permitida y una Milicia Nacional.
Fue derogada por Fernando VII a su llegada a España con la publicación del Decreto de 4 de mayo de 1814, que anuló las Cortes de Cádiz y supuso la vuelta al absolutismo monárquico. Solo estuvo vigente entre 1812 y 1814, durante el Trienio Liberal y entre 1836 y 1837.