Reinado de los Reyes Católicos y Reformas del Conde Duque de Olivares: Unificación y Crisis en España

Los Reyes Católicos y la Unificación de España

A finales del siglo XV, la Península Ibérica se encontraba dividida en cinco reinos: Castilla, Aragón, Portugal, Navarra y Granada. El matrimonio de Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón en 1469 marcó el inicio de una unión dinástica, aunque inicialmente funcionó más como una federación. Cada reino conservó sus fronteras, leyes, instituciones, monedas y Cortes. El ascenso de Isabel al trono fue conflictivo, desencadenando una guerra civil contra Juana «La Beltraneja», que culminó con la victoria de Isabel en la batalla de Toro (1476). Castilla, debido a su tamaño, ubicación y población, asumió un papel dominante.

Expansión Territorial y Consolidación del Poder

Los Reyes Católicos emprendieron una ambiciosa expansión territorial:

  • Culminaron la conquista del Reino de Granada en 1492, finalizando la Reconquista y eliminando el último reducto musulmán en la Península.
  • Ocuparon territorios en el Norte de África (Ceuta, Melilla, Orán) y el Rosellón (perteneciente a Francia).
  • Completaron la conquista de las Islas Canarias (Gran Canaria, La Palma y Tenerife).
  • Anexionaron el reino de Navarra en 1512.

Características del Nuevo Estado

El nuevo estado se caracterizó por:

  • Sometimiento de la nobleza: Se limitó el poder de la nobleza, creando un ejército permanente y un cuerpo de funcionarios reales. Se creó la Santa Hermandad para fortalecer la Hacienda Real, con funciones policiales, judiciales y de recaudación de impuestos.
  • Control de las Órdenes Militares: Se presionó a las Órdenes de Alcántara, Calatrava y Santiago para que eligieran a Fernando como su Gran Maestre.
  • Reforma de las instituciones: En Castilla, se modernizó el Consejo Real (con una Corte encargada de la Milicia, la Chancillería y la Hacienda). En Aragón, se reforzaron instituciones como el Consejo Real, la Corte, las Cortes menores, la Audiencia y la Justicia.
  • Uniformidad religiosa: Se reforzó el Tribunal de la Santa Inquisición como instrumento de control ideológico y religioso, especialmente contra los falsos conversos. Se promovió la conversión forzosa de musulmanes y se expulsó a los judíos en 1492 y a los mudéjares en el siglo siguiente.

Los Reyes Católicos sentaron las bases de la monarquía moderna, basada en la autoridad real, el centralismo y el sometimiento de la nobleza y la Iglesia. Su política exterior expandió sus territorios y consolidó su influencia en el Mediterráneo y el Atlántico.

El Conde Duque de Olivares y la Crisis del Siglo XVII

El siglo XVII se caracterizó por el declive de la hegemonía española en Europa, la decadencia de Castilla y una profunda crisis social, política y económica. Factores como la peste, las malas cosechas, las guerras, la parálisis del comercio y la industria, la despoblación, el empobrecimiento de las clases productivas, los gastos excesivos de la Corte, la disminución de la llegada de metales preciosos de América y un modelo social aristocrático rentista contribuyeron a esta crisis. Paradójicamente, este período fue también el «Siglo de Oro» en las artes y la literatura, con figuras destacadas como Cervantes, Velázquez y Quevedo.

El Gobierno de los Validos y la Guerra de los Treinta Años

Fue la época de los Validos, figuras de confianza que ejercían las funciones de gobierno. Felipe III tuvo al Duque de Lerma, y Felipe IV al Conde Duque de Olivares. En Europa, la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) fue un conflicto clave, inicialmente religioso (entre protestantes y católicos), pero también una lucha por el poder contra el dominio de los Habsburgo. La Paz de Westfalia (1648) marcó el fin de la guerra, reconociendo la independencia de las Provincias Unidas de Holanda (anteriormente parte de Flandes).

Las Reformas de Olivares: Autoritarismo y Centralismo

Olivares gobernó bajo dos principios: autoritarismo y centralismo. Intentó, sin éxito, integrar a todos los reinos en un estado común, lo que generó conflictos y revueltas internas. Su principal proyecto fue la Unión de Armas, que buscaba crear un ejército de 140.000 hombres, mantenido y reclutado por cada territorio según sus recursos, para aliviar la carga financiera de Castilla.

Otras medidas para solucionar los problemas financieros incluyeron:

  • Creación de una red nacional de erarios (bancos públicos) para financiar a la Corona.
  • Aumento de impuestos sobre productos de primera necesidad («cientos»).
  • Venta de cargos públicos (Tesorero, Regidor, Alguacil, Escribano).

El Fracaso de las Reformas y la Crisis de la Monarquía

Estos proyectos buscaban unificar la monarquía bajo el modelo castellano y crear una estructura estatal centralizada. Sin embargo, su aplicación fue casi imposible debido a la guerra, las dificultades económicas y la oposición de los reinos, que defendían sus fueros y privilegios. El punto crítico llegó en 1640 con las rebeliones de Cataluña y Portugal. Portugal logró su independencia en 1668 (estaba anexionada a España desde 1581). En Cataluña, la revuelta del Corpus de Sangre (protagonizada por campesinos y segadores) llevó a la toma de Barcelona, aunque finalmente Cataluña se sometió a Felipe IV. La Conspiración del Duque de Medina Sidonia buscaba sublevar Andalucía e instaurar una monarquía independiente.

En 1643, Felipe IV destituyó al Conde-Duque de Olivares. Sus reformas, la presión fiscal, los proyectos unitarios y una guerra interminable habían provocado la crisis de la monarquía y su fracaso personal.

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