TEMA 3: LOS REINOS CRISTIANOS DE LA RECONQUISTA
Tras la desaparición del reino visigodo de España, solo las zonas montañosas del norte de la Península Ibérica se mantuvieron libres de la dominación musulmana. Y fue allí donde surgieron los primeros núcleos de resistencia.
1.La formación de los reinos cristianos
El
primer reino que surgió en la cordillera cantábrica fue el de Asturias:
entre los años 718 y 722, un
jefe local llamado Pelayo (probablemente astur, cántabro o incluso de origen
visigodo) derrotó a los musulmanes en Covadonga. Sus sucesores, que adoptaron
el título de rey, extendieron sus dominios por el oeste, hacia las tierras de
Galicia, y por el este, hacia el País Vasco. La expansión territorial hacia el
sur desplazó la sede o capital de la monarquía astur, primero desde Cangas de
Onís a Oviedo y posteriormente a León (914). Mientras, todo el territorio
oriental del reino fue encomendado a diversos nobles para su defensa en calidad
de comes o condes; con uno de estos nobles, Fernán González, el título acabó
siendo hereditario a mediados del siglo X, lo que dio paso, en el siglo
siguiente, al nacimiento de Castilla como reino independiente.
En la zona oriental de la Península nacen los núcleos pirenaicos en el siglo IX.
El Reino de Pamplona surge en torno a los vascones en el siglo IX. Durante el siglo X está gobernado por la Dinastía Jimena que se expansiona por La Rioja y Aragón.
El Condado de Aragón surge en el siglo IX en torno a Jaca pero a mediados del siglo X se incorpora al reino de Pamplona.
A finales del siglo VIII los francos intervienen en la Península y las comarcas del Pirineo catalán quedaron bajo su control, el Imperio carolingio convirtió esta zona en la denominada Marca Hispánica. Los francos organizaron el territorio en condados. . El más importante de estos condados fue el de Barcelona y la figura más destacada el conde Vifredo (873-898), quien logró unificar en su persona diversos condados. La independencia total con respecto a los francos se produjo en el siglo XI.
2.La expansión de los reinos cristianos
El proceso de expansión de los
reinos cristianos peninsulares se ha denominado Reconquista.
Para algunos autores, la Reconquista se inició
en el siglo VIII (cuando empezaban a formarse los primeros núcleos cristianos);
para otros, en el siglo XI, cuando los monarcas cristianos comenzaron a
conquistar los territorios dominados por los musulmanes. Muchos historiadores
afirman que el término Reconquista tiene escaso rigor histórico, pues los reyes
cristianos no tenían el propósito de restaurar la situación anterior al año
711, por lo que el avance de los reinos cristianos fue una verdadera conquista,
y no una restauración.
Se
suelen distinguir tres etapas.
La
primera, entre los siglos VIII y XI,
se caracteriza por la inferioridad de los cristianos, no hubo reconquista, ya
que debido al predominio musulmán, los cristianos se limitaron a defenderse y
ocupar las tierras deshabitadas del valle de Duero, Galicia y del piedemonte de
los Pirineos.
La segunda se
desarrolla entre los siglos XI y XIII ,
los cristianos pasaron a la ofensiva militar, fueron los siglos de la
reconquista propiamente dicha como consecuencia de la cual los musulmanes
quedaron reducidos al reino de Granada. La reconquista se fue produciendo en
torno a la ocupación de los valles del Tajo, Ebro, Guadalquivir y el dominio de las Baleares y Levante. Entre
las figuras más relevantes tenemos que citar
Alfonso VI de Castilla y León
(1072-1109), que extendió la frontera de Castilla hasta el Tajo y conquistó el
reino de Taifa de Toledo en 1085 y Alfonso
VIII de Castilla (1158-1214)
que, junto a sus aliados, derrotó a los almohades en las Navas de Tolosa en 1212. A partir de esta batalla la superioridad cristiana
fue clara en toda la
Península Ibérica. Alfonso
IX de León avanzó por la actual Extremadura, ocupando Cáceres (1277) y
Badajoz (1230). Casi por las mismas fechas Jaime I de Aragón (1213-1276)
Conquistó las islas Baleares y el reino de
Valencia (1232)
Por su parte el
rey castellano Fernando III el Santo (1217-1252)
dirigió las campañas
militares contra la
Andalucía Bética, cuyas principales ciudades fueron cayendo
en poder cristiano:
Córdoba (1236
, Jaén (1246), Sevilla (1248). A partir de la segunda mitad del siglo XIII, tercera etapa, sólo queda en la Península un estado musulmán, vasallo de Castilla, el reino nazarí de Granada, que fue conquistado por los Reyes Católicos en 1492, hecho que puso fin a la reconquista.
La conquista militar de Al-Andalus fue acompañada de la repoblación de las tierras ocupadas, lo cual influyó en la posterior estructura de la propiedad. Proceso que consistió en la ocupación pacífica de territorios que, como consecuencia de la reconquista, se iban incorporando a los reinos cristianos La repoblación no consistió en la simple llegada de nuevos pobladores, sino también en la organización administrativa de la zona realizada por el rey en colaboración con los nobles y la Iglesia. El proceso repoblador tuvo diferentes etapas. La primera fase, desarrollada a lo largo de los siglos IX y X, se caracterizó por la ocupación de zonas más o menos deshabitadas (cuenca del Duero, gran parte de Galicia, algunas comarcas del alto Ebro…). El sistema utilizado para la repoblación de esos territorios se denomina presura, en el ámbito del reino astur-leonés y aprisió, en Cataluña y dio lugar a la aparición de campesinos libres y pequeños propietarios. La segunda fase se denomina concejil y se desarrolló entre los siglos XI y XII. Fueron territorios en los que predominó la mediana propiedad y la abundancia de tierras comunales. La tercera fase se desarrolló en el siglo XIII, época que conoció espectaculares avances de los reinos cristianos sobre Al- Andalus y se basó en el sistema de repartimiento (Andalucía, Valencia y Murcia…), que establecía una distribución muy desigual de la propiedad, especialmente favorable a la nobleza y la Iglesia. En el resto de los ámbitos conquistados, el control del territorio pasó generalmente a las órdenes militares, destacándose las de Santiago, Calatrava o San Juan.