2.1. Al-Ándalus. La conquista musulmana de la Península Ibérica. Emirato y califato de Córdoba
Aprovechando la debilidad de los visigodos, los musulmanes desembarcan en Gibraltar, al mando de Tariq y derrotan al ejército de Don Rodrigo en la batalla del Guadalete (711). La llegada de un nuevo ejército encabezado por Muza, hace que en cuatro años conquisten toda la península, excepto algunas zonas de la franja cantábrica y los Pirineos, pasando a ser una provincia del Califato de Damasco. Al- Andalus, con capital en Córdoba, se convirtió en un Emirato dependiente (711-756)
En el año 756, Abderramán I, un miembro superviviente de la familia Omeya, llegó a la península proclamando el Emirato independiente y rompiendo la dependencia política. Fue una etapa de consolidación del poder musulmán, pero los conflictos internos posibilitaron la expansión hacia el sur de los reinos cristianos.
En el año 929 Abderramán III, se autoproclamó califa, jefe político y espiritual, y establecíó la capital en Córdoba.
El Califato representó la época de máximo esplendor cultural de Al-Ándalus. Sin embargo, la estabilidad se acabará al nombrar califa a un niño de 8 años Hisham II, el poder quedará en manos de Almanzor quien pone en marcha importantes campañas militares. A su muerte comienza la desintegración del Califato que tocaría su fin en el año 1031
2.2. Al-Ándalus. Reinos de taifas. Reino Nazarí
En el año 1031 Al-Ándalus se fragmentó en numerosos de reinos Taifas cuya supervivencia, con frecuencia, dependía del pago de parias o tributos. A finales del Siglo XI ante el avance de los reinos cristianos, que en el 1085 conquistan Toledo, reclamaron el apoyo de los almorávides, musulmanes ultra ortodoxos, que habían formado un gran Imperio en el norte de África.
La dominación Almorávide de Al- Ándalus se hace efectiva de 1090 a 1145, con victorias tan importantes como la de Sagrajas. Los Almorávides aprovechan el enfrentamiento de las taifas entre sí, para unir Al-Ándalus bajo su dominio, sin embargo, las revueltas antialmorávides (debido a su rigor religioso), un nuevo avance cristiano y la presión de los Almohades en el norte de África, les hace desaparecer creándose unos nuevos reinos de taifas.
Las segundas taifas tienen que soportar otro gran avance cristiano por lo que pedirán ayuda de nuevo al exterior, en este caso, a los Almohades.
Los Almohades (1195-1224) logran importantes victorias como la de Alarcos y reunifican otra vez Al-Ándalus bajo su dominio, pero tras la alianza de Castilla, Aragón y Navarra, son derrotados en la batalla de las Navas de Tolosa (1212). De esta manera aparecen los terceros reinos de taifas que desaparecerán rápidamente a excepción del Reino Nazarí de Granada, que ante la expansión cristiana se convirtió en reino paria de Castilla, situación que se mantuvo has la conquista en 1492 por los Reyes Católicos
2.3 Al-Ándalus. Economía, sociedad y cultura
Al-Ándalus está asociado a importantes avances económicos
. La agricultura tuvo un gran desarrollo gracias al regadío. Los musulmanes difundieron nuevos cultivos como el arroz, el algodón o las medicinales, cultivando también cereales, olivo y viñedo. Retrocedíó la ganadería porcina, desarrollándose la ovina y la equina. Se revitalizó la minería y la artesanía propia de la sociedad urbana. El comercio tuvo una gran importancia tanto el interior, en el zoco de las ciudades, como el exterior. En esta economía el estado tenía el monopolio de la acuñación de moneda. Con el paso del tiempo la sociedad se fue islamizando. En un primer momento el mundo musulmán lo compónía una minoría árabe, que ocupaba los puestos más destacados, y una mayoría bereber dedicada a la ganadería y al ejército. Más tarde se unieron los muladíes, cristianos convertidos al islam. Debajo de ellos se situaban los mozárabes (cristianos de Al-Ándalus) y los judíos que gozaban de libertad de culto, a cambio de pagar un tributo. En esta sociedad también existían los esclavos de palacio y del ejército. En Al-Ándalus se desarrollaron grandes avances en astronomía, medicina, botánica y matemáticas. Destacan filósofos como Maimónides, en la literatura, autores en árabe clásico como Ibn Hazam y dentro del árabe vulgar estilos como el zéjel y la muaxaca. En el campo artístico habría que destacar construcciones como la mezquita de Córdoba y la Alhambra.
2.4. Los primeros núcleos de resistencia cristiana. Principales etapas de la reconquista. Modelos de repoblación
En las áreas cantábricas y pirenaicas surgieron entre los siglos VIII y X los primeros reinos cristianos.
El reino Astur surgíó tras la victoria de Pelayo en Covadonga (722) Alfonso I lo extendíó sobre el valle del Duero y Alfonso II hacia Galicia y el este, donde surgíó el condado Castilla. Ordoño II cambió la capital a León y el reino pasó a denominarse de igual manera. Castilla fue un territorio vasallo de León hasta que Fernán González logra una gran autonomía. Castilla no se convertirá en reino hasta 1035, con Fernando I como su primer monarca. Navarra, parte de la Marca Hispánica, surge como reino con Íñigo Arista en el 824, alcanzando su mayor expansión con Sancho el Mayor, que al morir en 1035, reparte su territorio entre sus hijos, surgiendo así el reino de Aragón bajo el poder de Ramiro I. Los condados catalanes bajo dominio carolingio quedarán ligados a finales del siglo IX a Wilfredo el Velloso y a finales del Siglo X se volverán independientes.
Desde el siglo IX surge la reconquista y posteriormente la repoblación, es decir, la ocupación y colonización de las tierras conquistadas. Durante la primera etapa (VIII-X) los cristianos avanzan hasta el Duero con un modelo de repoblación por iniciativa de los campesinos (presura), dando lugar a pequeñas y medianas propiedades; en la segunda (XI-1085) avanzan hasta Toledo hasta que son frenados por los almorávides. El modelo de repoblación es concejil, mediante fueros, y da lugar a propiedades medianas. Durante la segunda mitad del Siglo XII se produce la tercera etapa de la reconquista que llegará hasta el Guadiana, hasta que los cristianos son frenados por los Almohades. La repoblación en la última etapa dará lugar a latifundios mediante encomiendas de las órdenes militares.
2.5. Los reinos cristianos en la Edad Media. Organización política, régimen señorial y sociedad estamental
Los reinos presentaban una estructura política parecida aunque con diferencias basadas en la monarquía, las cortes y los municipios. El origen de las cortes está en la Curia Regia donde los nobles y clérigos asesoraban al rey. El crecimiento de las ciudades hizo ganar poder a los burgueses, naciendo las Cortes de tres brazos en 1188 en el reino de León, y desde el Siglo XIII en otros reinos. En Castilla las convoca el rey para aprobar subsidios o declaraciones de guerra, mientras que las de Aragón eran órganos de carácter consultivo y votaban impuestos.
La sociedad medieval se organizaba siguiendo un esquema estamental donde la cúspide estaba ocupada por la nobleza que gozaba de la posesión de tierras y de poder jurisdiccional. Esas grandes posesiones eran los señoríos, que gracias a instituciones como el mayorazgo, eran transmitidos íntegramente al heredero. Otro grupo privilegiado era el clero con grandes diferencias entre las altas jerarquías eclesiásticas, dueños de grandes señoríos, y el bajo clero, más próximo a los grupos populares. Además habría que diferenciar entre el clero secular (obispos y sacerdotes) y el regular formado por frailes, monjes y monjas. Este último grupo tuvo gran poder, por la importancia de los monasterios durante la repoblación. El pueblo llano era el grupo más numeroso, la mayoría eran campesinos que trabajaban tierras ajenas en régimen de vasallaje, aunque también había pequeños propietario. En el entorno de las ciudades surgíó una pujante burguésía dedicada a las tareas artesanas y comerciales.
2.6. Organización política de La Corona de Castilla, de la Corona de Aragón y del reino de Navarra al final de la Edad Media
Los reinos presentan una estructura política parecida basada en tres instituciones: la monarquía, los Cortes y los municipios, aunque cada reino posee sus propias carácterísticas.
En el reino de Castilla la monarquía se fortalecíó. Para gobernar se sirve de una administración central compuesta por la Curia Regia, formada por el Consejo Real que asesora al rey, y las Cortes con poderes muy limitados. Nace la Audiencia o Chancillaría como órgano supremo de justicia, sólo supeditado al rey; En el ámbito local destaca la intervención monárquica a través de la figura del regidor y del corregidor, representantes permanentes del rey en los principales municipios.
La Corona de Aragón estaba constituida por una serie de reinos, Aragón, Cataluña, Valencia y Baleares con diferentes leyes e instituciones. La debilidad del poder real se manifestó en el pactismo, por el que se respetaban los fueros y los privilegios de esos reinos.
Las Cortes eran independientes y surgieron las diputaciones y se creó el cargo del Justicia de Aragón, cuya función primordial era la defensa de los fueros del reino. La autoridad real estaba representada en los distintos territorios por virreyes o gobernadores que actuaban en su nombre. Los municipios fueron cayendo bajo el control de oligarquías urbanas con distintos cargos donde destacan los consejos municipales como el Consejo de Ciento en Barcelona.
En Navarra la influencia francesa y la amenaza aragonesa y castellana limitaron la capacidad de autogobierno de Navarra. Aún así el reino gozaba de un fuero general y unas cortes que adquirieron importancia a lo largo del Siglo XV.