TEMA 4
LA BAJA EDAD MEDIA:
LA CRISIS DE LOS SIGLOS XIV Y XV
1.- LA CRISIS DE LOS SS. XIV Y XV:
Los años que transcurrieron entre la expansión de la Peste Negra (1348) y el inicio del reinado de los Reyes Católicos (matrimonio en 1469) fueron en la península, al igual que el resto de Europa, tiempos de crisis económica; catástrofes demográficas, guerras civiles etc. Pero estos signos nos anunciaban el paso del mundo medieval al mundo moderno.
A.-
Crisis demográfica. El hambre y la Peste Negra
:
Una serie de malas cosechas motivadas por las malas condiciones climatológicas (temporales, fuertes lluvias, heladas) y por el abandono del cultivo del trigo, provocaron entre los años 1310 Y 1350) la primera gran mortandad, sobre todo entre los más desfavorecidos. El- hambre debilitó las defensas biológicas y la llegada de la Peste Negra (desde 1348) provocó una gran mortandad. Al parecer, la peste (transmitida por las ratas) llegó a Mallorca con los barcos de mercaderes procedentes de Asia y desde allí pasó a la costa peninsular y se expandió rápidamente por toda la península. La mortandad fue mayor en Cataluña y Navarra que en Castilla. Así Cataluña perdió el 40 % de su población y en Barcelona se llegó al 60 % (murieron casi todos los miembros del Consejo de Ciento); en algunas zonas navarras la mortandad llegó al 60 %. En Castilla el impacto fue menor (el 25 % aprox.). La recuperación demográfica empezó a sentirse hacia 1420, pero en Cataluña hubo que esperar a finales del s. XV para observar un crecimiento demográfico apreciable.
B.-
Crisis económica
Parece evidente que el clima adverso favoreció las malas cosechas, pero también mostraron los límites de una agricultura muy rudimentaria, cuya producción crecía mucho más lentamente que el aumento de población. Por otra parte se produjo una fuerte reconversión de la producción agraria, ya con anterioridad a la Peste Negra, al dedicar los señores las tierras de cultivo a la
producción de cultivos comerciales (viñedos, olivares) o al pastoreo (lana), abandonando el cultivo del trigo, alimento básico. El fuerte retroceso demográfico derivado de la mortalidad provocada por la peste no hizo más que agravar la situación de la agricultura en los reinos peninsulares: la disminución de la mano de obra campesina originó el abandono de muchas explotaciones, los llamados «despoblados» en Castilla, caseríos e incluso pueblos enteros. Por supuesto disminuyó la producción agraria, pero también aumentó el desequilibrio entre precios y salarios: ante la falta de campesinos, los nobles se vieron obligados, en un principio, a pagar más a los campesinos que quedaban para que no emigraran a la ciudad y además obtenían menos beneficios por el señoría jurisdiccional; por otra parte, ante la falta de demanda (menos población) los precios apenas subieron. En consecuencia las rentas señoriales disminuyeron considerablemente. Ante esta situación, los nobles reaccionaron de dos formas para recuperar sus beneficios:
1
Exigieron de los reyes mayores concesiones territoriales y políticas, aumentando sus señoríos a costa de las tierras abandonadas por la muerte de muchos campesinos libres o bien arrancando, muchas veces de manera violenta, nuevos territorios a reyes débiles por los favores prestados, tal es el caso de Enrique II «el de las Mercedes», rey de Castilla. En Extremadura y Andalucía gran parte de los repartimientos efectuados en las repoblaciones y destinados a campesinos libres, fueron a parar a los grandes señores. La agricultura sufrió un proceso de estancamiento en beneficio de la ganadería (La Mesta). El incremento de los cultivos comerciales fue muy importante en el caso de la vid, y en menor medida el arroz y la caña de azúcar.
2
Si bien en un principio se vieron obligados a tratar bien a los campesinos, con el paso del tiempo incrementaron los impuestos del señorío jurisdiccional, por ejemplo sobre el uso del molino, los pontazgos, monopolios sobre el bosque etc. (en Cataluña estos impuestos se llamaban
«malos usos»). Por otra parte se endurecieron las sujeciones feudales, limitando la movilidad del campesino, fijándolo a la tierra, lo que se llama seguuda servidumbre de la gleba (por ejemplo los payeses de remensa en Cataluña). Para aumentar los ingresos los nobles suprimieron los antiguos derechos feudales que tenían los campesinos sobre la tierra, generalmente a perpetuidad, por arrendamientos temporales. L~ familias nobiliarias de Castilla garantizaron la continuidad de sus dominios mediante el vínculo del mayorazgo.
C.-
Crisis social: las revueltas y las luchas civiles
La tremenda crisis agrícola, las pestes y los abusos de los señores provocaron levantamientos de los campesinos contra la nobleza. En Cataluña la revuelta más importante fue la de los payeses de remensa. Estos campesinos se levantaron contra los señores exigiendo la anulación del pago del.
gravamen de redención (necesario para poder abandonar el campo) y contra los «malos usos». Desde 1462 esta revuelta se mezcló con la guerra civil catalana y no terminó hasta que Fernando 11 «El Católico» pacificó la situación en 1486. En Castilla hubo levantamientos campesinos, aunque no derivaron en revueltas generales. La más importante fue la de los Irmandiños en Galicia (1467- 69). Comenzó como una revuelta urbana contra los abusos de la nobleza, pero rápidamente se extendió al campo. Muchos nobles. asustados ~ abandonaron Galicia, siendo sus castillos destruidos. Los excesos de los campesinos radicales atemorizaron a los burgueses que trataron de encontrar una solución al problema. Las desavenencias en el bando irmandiño y la unidad de los nobles provocaron el fin de la revuelta. La miseria de la población urbana también fue caldo de cultivo de revueltas en especial contra los judíos, a los que se consideraban culpables de todos los males. En 1391 se asaltaron las juderías de Sevilla, Valencia, Palma de Mallorca y Barcelona y parte de sus habitantes fueron asesinados. Muchos fingieron convirtiese al cristianismo (conversos). Con estas conversiones masivas el problema judío dejó paso al problema converso, siendo ahora ellos el blanco del odio de los cristianos. El hambre y la peste no llegaron solas: la guerra les acompañó. Frecuentes conflictos entre los reyes de Castilla y Aragón (la «Guerra de los dos Pedros» a fines del s. XIV), la guerra civil
en Castilla entre Pedro 1 y su hermanastro Enrique de Trastámara (1369) y la guerra civil en Cataluña (1460- 1472) provocaron grandes destrucciones.
2.- LA ORGANIZACIÓN POLÍTICA. INSTITUCIONES DE GOBIERNO:
Los tres grandes reinos peninsulares (Castilla, Aragón y Navarra) si bien tenían una estructura política similar, basada en tres instituciones: la monarquía, las Cortes, que eran esta mentales (nobleza, clero y la burguesía que representaba a las ciudades) y los municipios, presentan notables diferencias entre ellos: