Rusia zarista a comienzos de s. XX
Inmovilismo político y dificultades de modernización: la economía y la sociedad rusas eran de las más atrasadas de Europa y el sistema político descansaba en el poder absoluto del zar. El régimen se sustentaba sobre tres pilares:
- La nobleza.
- Los altos cargos de la administración y del ejército, a los que se añadió la policía secreta que ejercía la censura y el control político.
- La iglesia ortodoxa, cuyo jefe supremo era el mismo zar.
Durante el reinado de Alejandro II se intentó aplicar unas reformas en la economía y en la administración, sin cuestionar el poder del zar. Una de las medidas más destacadas fue la abolición del régimen feudal y de la servidumbre campesina en 1861. Los siervos obtuvieron la libertad personal, pero tuvieron que pagar fuertes indemnizaciones a los antiguos señores por las tierras; no mejoró la productividad de la tierra. A raíz del atentado al zar Alejandro II, en 1881, los intentos reformistas se abandonaron definitivamente.
Bajo los reinados de Alejandro III se retornó al inmovilismo político y se reprimió toda forma de oposición. El desarrollo industrial dio lugar a cambios sociales. Surgieron nuevas clases medias y obreras urbanas.
La oposición al zarismo
Una reducida clase intelectual se organizó en una oposición al zarismo que reclamaba libertades políticas y profundos cambios sociales y económicos. Surgieron los populistas que pretendían crear una conciencia revolucionaria en el campesino y pedían la implantación de un socialismo agrario basado en la colectivización de la tierra. El popularismo fracasó: los anarquistas formaron una organización terrorista denominada La voluntad del pueblo, que logró asesinar al zar Alejandro II en 1881.
Se fundó en un congreso clandestino celebrado en Minsk el Partido Obrero Socialdemócrata Ruso. En él pronto destacó Lenin. Los mencheviques defendían que Rusia debía pasar por una revolución burguesa y desarrollar una economía capitalista. Los bolcheviques tenían como objetivo derrotar al zarismo y establecer una república socialista. Se constituyó el Partido Socialista Revolucionario, popularista, que mantuvo las tesis del socialismo agrario y la revolución campesina y no la burguesa; pero creían que antes era preciso una fase de desarrollo del capitalismo. La burguesía liberal formó el Partido Constitucional Democrático, que pretendía transformar el régimen absoluto zarista en otro constitucional.
La revolución de febrero de 1917
Una vez más, la guerra fue el detonante de la revolución. Las derrotas militares de Rusia en la Primera Guerra Mundial en las campañas sucesivas y las elevadas pérdidas humanas y territoriales generaron dificultades económicas y un profundo malestar social.
La revolución de febrero y la caída del zarismo
En febrero de 1917 inició una revolución espontánea en Petrogrado. Al día siguiente, la ciudad quedó paralizada por la huelga general. Las huelgas y manifestaciones contra la guerra y las pésimas condiciones de vida se sucedieron y se extendieron a otras ciudades como Moscú. El 26 de febrero se produjo una sangrienta represión por parte del ejército, pero al día siguiente las tropas de la guarnición de Petrogrado, enviadas a reprimir las manifestaciones, se unieron a los huelguistas. Los revolucionarios—mencheviques, socialistas revolucionarios y bolcheviques—reorganizaron el sóviet de Petrogrado. El 2 de marzo, Nicolás II abdicó y al día siguiente se formó un gobierno provisional, presidido por Lvov. En él también participó Kerenski.
De marzo a octubre: el gobierno provisional
Entre marzo y octubre hubo en Rusia dos poderes paralelos: el del gobierno provisional y el de los sóviets. El gobierno provisional adoptó una serie de reformas:
- Declaró una amnistía.
- Prometió las libertades civiles y disolvió la odiada policía zarista.
- Prometió entregar las tierras de los terratenientes a los campesinos.
- Comenzó a preparar la elección por sufragio universal de una Asamblea Constituyente como paso previo a una república parlamentaria.
- Reconoció el derecho a la independencia de Finlandia y Polonia.
Sin embargo, el gobierno provisional atravesó por sucesivas crisis.
Las crisis con los bolcheviques
En esta situación se produjo la crisis de abril, cuando Lenin expuso la línea política de su partido, el más radical de los revolucionarios. Planteaba la ruptura con el gobierno provisional y con los que consideraba sus enemigos, y la necesidad de pasar de la revolución burguesa a la revolución socialista. Se acentuó la oposición de los bolcheviques a la guerra. Organizaron una manifestación armada para hacerse con el poder. El gobierno provisional ordenó a las tropas legales que disolvieran la manifestación y el Partido Bolchevique fue declarado ilegal. Lenin logró huir.
El golpe de Estado de Kornilov
Kornilov, jefe del ejército, marchó sobre Petrogrado con el fin de implantar una dictadura militar. Kerenski no tuvo otra opción que pedir ayuda a los bolcheviques y al sóviet de Petrogrado. Bolcheviques, mencheviques y socialistas revolucionarios se enfrentaron a Kornilov y convencieron a los soldados para que abandonaran a sus oficiales.