Segunda República Española (1931-1936)
Contexto Histórico
Tras las elecciones del 12 de abril de 1931, las fuerzas republicanas triunfaron en las principales ciudades. El rey Alfonso XIII abdicó y el 14 de abril se proclamó la Segunda República. Este nuevo régimen prometía democratizar y modernizar España a través de reformas económicas y sociales.
Sin embargo, la República nació en un contexto internacional complejo, marcado por la crisis del capitalismo tras el crac de 1929 y el auge del fascismo en Europa. En España, la República generó entusiasmo en las clases medias y populares, pero temor en las élites.
La falta de tradición democrática, la conflictividad social, la lentitud de las reformas y la oposición conservadora provocaron inestabilidad política. Tanto el primer gobierno republicano (1931-1933) como el gobierno de derechas (1933-1935) adelantaron las elecciones. El triunfo del Frente Popular en febrero de 1936 impulsó a los enemigos de la República a alzarse en armas.
Antecedentes
El desastre de 1898 conmocionó a España. Con Alfonso XIII en el trono (1902), el régimen de la Restauración entró en una nueva fase que culminó en 1931 con la proclamación de la República.
Surgieron nuevos políticos y movimientos sociales (republicanismo, obrerismo, nacionalismo) ajenos al sistema, aumentando los conflictos. Entre 1898 y 1912, los partidos dinásticos intentaron modernizar el sistema. A partir de 1912, la decadencia del régimen fortaleció a la oposición.
El problema colonial en Marruecos y la Gran Guerra agudizaron los conflictos, que estallaron en 1917. La incapacidad del sistema para renovarse propició la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930). Tras la “dictablanda” de Berenguer, el Pacto de San Sebastián (1930) unió a la oposición monárquica. El triunfo de los candidatos del Pacto en las elecciones municipales de abril de 1931 forzó el exilio de Alfonso XIII.
Gobierno Provisional (1931)
El 12 de abril de 1931, las elecciones municipales dieron la victoria a las candidaturas republicano-socialistas. En Madrid, se formó un gobierno provisional que proclamó la Segunda República el 14 de abril. Presidido por Niceto Alcalá Zamora, con Manuel Azaña como figura destacada, el gobierno convocó elecciones generales para el 28 de junio.
Se implementaron medidas urgentes: reforma de la administración pública, mejora de las condiciones laborales del campesinado, planificación de la reforma educativa, reforma del ejército y creación de la Guardia de Asalto.
El 28 de junio, las elecciones generales dieron la mayoría a la coalición republicano-socialista, iniciando el Bienio Progresista.
Bienio Progresista (1931-1933)
Manuel Azaña se convirtió en jefe de gobierno y Alcalá Zamora en presidente. En 1931, se aprobó una nueva Constitución democrática y progresista:
- Soberanía popular, división de poderes y sufragio universal.
- Amplia declaración de derechos y libertades (divorcio, educación).
- Estado laico y derecho a la autonomía regional.
El gobierno implementó reformas. En el ámbito religioso, la Ley de Congregaciones (1933) limitó los bienes de las órdenes religiosas y disolvió a los jesuitas. Estas reformas, que encontraron la oposición de la Iglesia, alimentaron el anticlericalismo. En el ejército, la Ley de Retiro de la Oficialidad (1931) obligaba a los oficiales a jurar lealtad a la República.
Se aprobaron la Ley de Reforma Agraria y el Estatuto de Autonomía de Cataluña.
La oposición conservadora se organizó en partidos como la CEDA. El general Sanjurjo lideró un golpe de Estado fallido en Sevilla (1932). Los sucesos de Casas Viejas llevaron a la convocatoria de elecciones en noviembre de 1933.
Bienio Conservador (1933-1935)
Alcalá Zamora continuó como presidente y Lerroux se convirtió en jefe de gobierno, con el apoyo parlamentario de la CEDA. Lerroux revirtió las reformas del Bienio Progresista: paralizó las reformas agraria, militar y educativa; se acercó a la Iglesia y se enfrentó a los nacionalismos periféricos.
En 1934, la Falange Española de José Antonio Primo de Rivera se fusionó con las JONS. La polarización política aumentó. La entrada de ministros de la CEDA en el gobierno (1934) provocó una huelga general de la izquierda, que fracasó en las grandes ciudades pero triunfó en Asturias.
Los escándalos políticos llevaron a nuevas elecciones en febrero de 1936.
Frente Popular (1936)
El Frente Popular ganó las elecciones. Manuel Azaña fue nombrado presidente y Casares Quiroga jefe de gobierno. Se retomaron las reformas del Bienio Progresista.
La conspiración militar avanzaba, con líderes políticos como Gil Robles, Calvo Sotelo y José Antonio Primo de Rivera, y generales como Franco, Sanjurjo y Mola. El asesinato del teniente Castillo y de Calvo Sotelo en julio de 1936 hizo inevitable el enfrentamiento.