Tras la caída de Espartero se inició la llamada Década moderada, (1844-1854):
Isabel II encargó la formación de gobierno al partido moderado, liderado por el general Narváez. El partido moderado
apoyado por los sectores burgueses más conservadores gobernará durante diez años. Derogó la Constitución de 1837 y
redactó otra nueva:
· La Constitución de 1845, en la que la Soberanía nacional fue sustituida por la soberanía conjunta del rey y las Cortes y
se otorgaban más poderes a la Corona como el nombramiento de ministros, la designación de los miembros del Senado,
y la disolución de las Cortes y se recortaban los del Parlamento. Las Cortes siguieron siendo bicamerales (Congreso y
Senado) y los diputados del Congreso seguían siendo elegidos por sufragio censitario que no llegaba al 1% de la
· En este periodo se firmó con la Santa Sede el Concordato de 1851, por el que quedaba zanjada la ruptura que se había
producido como consecuencia de la desamortización eclesiástica, la Iglesia aceptó la desamortización y España
Los moderados configuraron un régimen basado en el centralismo político- administrativo. A ello responden:
· La ley de ayuntamientos de 1845, que reservaba a la Corona la designación de los alcaldes de ciudades con 2000 o
· La creación de la Guardia Civil por el duque de Ahumada en 1844, con el que se pretendía resolver el problema de la
Pero las divisiones internas del partido moderado y las denuncias de corrupción y escándalos financieros, relacionados
en ocasiones con la propia familia real y miembros destacados del gobierno hicieron que las clases populares dieran su
apoyo a un pronunciamiento liberal de carácter progresista, liderado por el general Leopoldo O´Donnell, en Junio de
declaración de intenciones por medio del Manifiesto de Manzanares, redactado por Cánovas del Castillo, determinó
Aunque el movimiento no pretendía destronar a la reina sino forzarla a admitir las reformas democráticas interrumpidas
En medio de la confusión general, la reina decidíó llamar a Espartero, comenzando así el:
Bienio progresista
La monarquía hispánica de Felipe II. La unidad ibérica.XVI
Felipe II solo recibíó una parte de la herencia paterna pues Carlos V, consciente de la dificultad de gobernar tan
distintos territorios, tras retirarse a Yuste en 1556, dejó el titulo imperial y la corona de Austria a su hermano Fernando.
A pesar de ello Felipe reunirá en su persona un Imperio mayor que el de su padre, porque a los territorios de Castilla
(incluidos los del Nuevo Mundo y el Pacifico), de Aragón con sus territorios italianos y los Países Bajos, añadió
Portugal y su Imperio ultramarino, herencia que recibíó a través de su madre, Isabel de Portugal.
Heredó de su padre dos objetivos: la lucha por la hegemonía en Europa y la defensa a ultranza de los territorios que
formaban su patrimonio.En 1578 murió el rey de Portugal Sebastián I, Sin descendientes directos, el trono pasa a tu tío abuelo, el Cardenal
Enrique que muere dos años después también sin descendientes. Siguiendo la línea sucesoria el heredero legítimo era
Felipe II, lo que significa la uníón dinástica de ambas coronas y por tanto la unidad ibérica.
Las Cortes portuguesas proclaman rey a Felipe II en 1581. Tras la abdicación de su padre, asentó su Corte en Madrid,
poniendo fin a la tradicional corte itinerante. Esto le alejó de sus posesiones europeas y fue dotando a su monarquía de
un carácter más hispánico. Sus colaboradores más próximos eran castellanos en su mayoría, y su política internacional
y sus matrimonios tuvieron más en cuenta los intereses de Castilla, que era la que financiaba la mayor parte de su
política. La política exterior de Felipe II se inspiró en los mismos principios que la de su padre, defensa del catolicismo
y lucha contra los turcos (Lepanto 1571). Pero surgieron nuevos problemas como la sublevación de los Países Bajos
(1548-1668) y la rivalidad con Inglaterra que condujo a la derrota de la Armada invencible en 1588. El escaso éxito de
esta política y su alto coste llevaron a Felipe II a la bancarrota en tres ocasiones.
2.2. Pueblos prerromanos. Colonizaciones históricas: Fenicios, griegos y cartagineses
Durante el primer milenio a.C. Se desarrolló en Andalucía occidental y sur de Portugal la cultura Tartésica que alcanzó
gran desarrollo económico y social; pero a partir del siglo VI a. C. Entró en decadencia, a) El área celtíbera (norte, centro y oeste de la península) los pueblos indígenas se habían fusionado con los invasores celtas; los del norte (Astures, vascones, cántabros y galaicos) estaban menos desarrollados
que los del centro y el oeste (Vettones, lusitanos, Arevacos, Vacceos, Pelendones…) pero en general su
economía se basaba en la agricultura y la ganadería, con estructuras sociales basadas en el parentesco.
b) El área ibérica en el sur y en levante , Edetanos, Oretanos, Bastetanos, Turdetanos.. Estaba muy influenciada por los pueblos colonizadores. Desarrollaron una economía activa, conocían la moneda, usaban una lengua aún no descifrada y su división política era de tipo estatal.
Los fenicios y griegos llegaron a la península ibérica atraídos por su riqueza sobre todo en metales, fundando colonias
con la intención de comerciar, especialmente con Tartesos. Los fenicios establecieron enclaves comerciales por el sur
del Mediterráneo, siendo Gadir (Cádiz) la colonia más antigua,(hacía el 800 a.C.) siguieron otras como Malaka, Sexi o
Abdera.La fundación de Massalia (Marsella) constituyó el punto de partida para establecer colonias griegas en la costa este de
la Península como Rhode (Rosas), Emporion (Ampurias), fundada hacía el 600 a.C. O Hemeroskopeion (Denia). La
influencia griega sobre las tribus iberas es patente en el arte y en la lengua, de estos pueblos.
A partir del siglo IV a. C. Cartago comenzó a controlar el comercio mediterráneo, sustituyendo a los fenicios e
instalando factorías y enclaves estratégicos destacando la colonia de Ebusus (Ibiza). Aunque dejaron su influencia en la
cultura ibérica su política de colonización era hostil con la ocupación militar del sur y sudeste de la península lo que
condujo al enfrentamiento con Roma.
Los reinos cristianos en la baja Edad Media: La organización política. Las instituciones.
[Incluye reino de Castilla y corona de Aragón]
El reino de Castilla constituía una monarquía hereditaria y patrimonial, donde la nobleza se opónía a las pretensiones monárquicas. Esto llevó, en el Siglo XIV, a la Guerra Civil entre Pedro I, y Enrique de Trastámara, que encabezó una rebelión nobiliaria. Tras la guerra se instauró una nueva dinastía en el trono, Trastámara, y la nobleza fue recompensada con generosas concesiones por su apoyo al nuevo monarca (mercedes enriqueñas).A pesar de ello en la baja Edad Media la monarquía se fortalecíó. Se produjo la fusión de las Cortes de Castilla y León, nace la Audiencia (Chancillería) como órgano supremo de justicia, sólo supeditado al rey; y aparecen la Contaduría o hacienda, y el Condestable que dirige elejercito regional. La Corte extraordinaria, (asamblea de los tres estamentos), limita su función al voto de subsidios
extraordinarios a la corona. Se crea el Consejo Real, con legistas que asesoraban al rey en todo tipo de decisiones. Enel ámbito local destaca la intervención monárquica en los municipios; se establecen los regimientos formados por regidores nombrados por el rey con carácter vitalicio y con la figura del corregidor, representantes permanentes del rey en los principales municipios.La Corona de Aragón tenía un carácter confederal, ya que estaba constituida por una serie de reinos, Aragón, Cataluña
y Valencia, con diferentes leyes e instituciones. Tras varios enfrentamientos entre los nobles y el rey, en 1283, Pedro III, firmó el Privilegio General. Gracias a esto,
aunque hubo enfrentamientos puntuales, las relaciones entre el rey y sus vasallos fueron mejores que en Castilla. Las instituciones reflejaban las peculiaridades del carácter federal de la Corona: existían cortes independientes en Aragón, Cataluña y Valencia. Las comisiones temporales de las cortes se convirtieron en diputaciones permanentes, que ampliaron sus competencias: la de Cataluña o Generalitat, la diputación del reino de Aragón y la del reino de Valencia. En el reino de Aragón se creó el cargo de Justicia de Aragón, su función primordial era la defensa de los fueros del reino. La autoridad real estaba representada en los distintos territorios por lugartenientes o virreyes, que actuaban en su nombre. Los municipios fueron cayendo bajo el control de oligarquías urbanas con distintos cargos donde destaca el consejo municipal como el consejo de Ciento en Barcelona.
1. La Guerra de Sucesión
A) La cuestión sucesoria.
A finales del siglo XVII
España sigue conservando importantes territorios en Europa: Flandes, Milán, Nápoles y Sicilia, es, por lo tanto, una potencia temida y respetada, aun cuando haya cedido a Francia la hegemonía continental. Desde el punto de vista internacional el panorama es el siguiente: Francia es la potencia más poderosa pero Inglaterra está en una etapa de crecimiento sin precedentes, la tradicional idea de hegemonía o predominio de siglos anteriores va a ser cuestionada por Inglaterra que propondrá un equilibrio entre países aliados. En España el testamento definitivo de Carlos II deja a Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia, como heredero en todas sus posesiones; evidentemente una misma dinastía gobernando en Francia y España atentaría a la idea de equilibrio propugnada por Inglaterra, así a este testamento se van a oponer: Austria (quieren poner a su propio candidato el archiduque Carlos), Inglaterra y Holanda. En España Castilla acepta el testamento, pero los reinos de la Corona de Aragón no aceptan a un Borbón como rey (en Francia los Borbones tienen fama de centralistas y estos reinos temen perder los fueros y privilegios que conservaban desde la Edad Media y que habían sido respetados por los Austrias). b) El desarrollo de la guerra de Sucesión. Tendrá dos aspectos distintos como podemos deducir, por una parte será una Guerra Civil en España (ya hemos visto que Castilla apoya a Felipe de Anjou y Aragón al archiduque Carlos de Austria), por otro se producirá una guerra europea entre Inglaterra, Austria y Holanda que apoyan al archiduque Carlos de Austria contra Francia que apoya a Felipe de Anjou. En España desembarca el archiduque Carlos en Barcelona y la primera etapa de a guerra se salda con triunfos del archiduque, en este orden de cosas el 4 de Agosto de 1704 la flota británica al mando del almirante Roocke toma Gibraltar como base para apoyar al archiduque. A partir de 1707 la balanza se inclina a favor de Felipe de Anjou, son decisivos los triunfos borbónicos en Almansa, Brihuega y Villaviciosa. A partir de aquí es una guerra de desgaste y los diversos contendientes necesitan urgentemente la paz. La situación se agrava cuando el archiduque Carlos es nombrado emperador de Austria, si reinase también en España se rompería ese equilibrio que pretendía Inglaterra.
C) El Tratado de Utrecht de 1713 y el final de la Guerra
Por el Tratado de Utrech de 1713, Inglaterra aceptaría que Felipe de Anjou reinase en España, pero a cambio de una España menos poderosa, así España va a perder todas sus posesiones en Europa y además Gibraltar y Menorca que pasarán a Inglaterra. Nápoles y Sicilia pasarían a Austria, Cerdeña a Saboyá y los Países Bajos del Sur (Bélgica) también a Austria. Los ingleses además de Gibraltar y Menorca recibirán ventajas comerciales en América a través de la concesión del Navío de permiso. Más que una desgracia fue un alivio para España