TEMA 5- LOS CAMBIOS EN LA SOCIEDAD EUROPEA DEL Siglo XIX
Introducción-Las revoluciones industriales, económicas y políticas conllevaron las bases de una nueva sociedad que se fundamentó en dos clases principales: la burguésía y el proletariado.
Millones de campesinos emigraron a las nuevas ciudades industriales en medio de unas difíciles condiciones de vida y de trabajo. Los trabajadores comenzaron a tomar conciencia de su situación social y dejaron oír su voz en acciones colectivas y organizaciones, como los sindicatos y los partidos obreros. El movimiento obrero organizado planteó la mejora de las condiciones laborales de los asalariados y también el desafío de la revolución y la construcción de un nuevo orden social jamás pensado hasta entonces (como el socialismo o el anarquismo).
EL DESARROLLO DE LAS CIUDADES
- Uno de los cambios más importantes del XIX fue el desarrollo y la expansión de las ciudades.
Las reformas agrarias y las transformaciones económicas permitieron un crecimiento demográfico. Ello, junto al desarrollo industrial en los centros urbanos, hicieron que los trabajadores se desplazaran a vivir a los núcleos urbanos, junto a las fábricas. Fue el inicio del éxodo rural. - Con estos cambios, nacía una nueva sociedad urbana, siendo unas ciudades diferentes a las de época medieval, mostrando tanto el progreso técnico y el crecimiento urbanístico como las profundas diferencias entre las clases sociales.
1. 1. El crecimiento urbano
El crecimiento urbano europeo en el XIX fue espectacular. Sin embargo, el grado de urbanización era muy diferente de unos países a otros, siendo algo dependiente de su grado de industrialización.
PAÍSES INDUSTRIALIZADOS
- Donde la industrialización había sido más temprana, el grado de urbanización también fue más intenso. Este fue el caso de Reino Unido, Bélgica, Holanda, Alemania o Francia. El éxodo rural era un proceso ya irreversible, pues millones de campesinos se habían trasladado a las regiones urbanas industriales. Incluso, algunos habían optado por trasladarse a América.
PAÍSES DE INDUSTRIALIZACIÓN TARDÍA
La población de la Europa meridional y oriental era, en su mayoría, aún campesina. Era el caso de países como España, Italia, Portugal o Rusia.
1.2. La ciudad industrial: crecimiento y desigualdad social
– Las grandes ciudades surgieron alrededor de las regiones industriales de Reino Unido, Bélgica, Holanda, Francia, Italia y Alemania. Sin embargo, hubo otros factores además de la industrialización, tales como el carácter histórico, la actividad mercantil, las infraestructuras o las funciones políticas y administrativas.
Fue la época de expansión de las grandes capitales europeas
– Durante las primeras décadas del XIX, las ciudades tuvieron un crecimiento desordenado, creando barrios obreros sin las mínimas condiciones de higiene o salubridad. Los trabajadores se hacinaban en viviendas de mala calidad, construidas alrededor de las fábricas, en la periferia urbana. Las clases populares no contaban con los servicios básicos (agua potable, cloacas, iluminación, mercados, transporte…).
– Todo ello contrastaba con los barrios y las viviendas burguesas, que vivían en las zonas residenciales del centro urbano. Así pues, las ciudades eran protagonistas de la desigualdad social entre las clases acomodadas y los obreros.
– Sin embargo, a partir de la segunda mitad del XIX, las grandes urbes comenzaron a planificar su urbanismo.
Las autoridades políticas proyectaron nuevos barrios, que fueron nuevos centros de las urbes, y a invertir dinero en los servicios públicos.
– Se remodelaron los cascos viejos, se hicieron los ensanches burgueses y los barrios obreros fueron separados, marcando así la separación social de los habitantes. Esto lo único que hizo fue abrir una enorme brecha social en la sociedad urbana.
– Lo que sí hay que destacar es que las ciudades que vivieron esta transformación instalaron los servicios básicos:
Agua potable, alcantarillado, alumbrado, aceras y calles empedradas, casas de socorro, hospitales, centros educativos, servicios de bomberos, guarda urbana, etc.
– La estación de ferrocarril fue una seña de prestigio y de nueva centralidad. Los transportes urbanos se establecieron de manera regular, inicialmente con tranvías tirados por caballos, que después se transformaron en eléctricos. Pero fue el metro, el ferrocarril metropolitano, el que dio mayor movilidad y modernidad a las grandes urbes.
2. LA VIDA DE LAS GENTES: LA BurguésÍA Y LA CLASE OBRERA
Aunque el campesinado seguía siendo la mayoría de la población, tanto su número como su peso económico disminuyó con la industrialización. Aparecíó en este momento la nueva sociedad de clases, donde las relaciones sociales se basaban en la desigualdad económica entre una minoría que contaba con la mayor parte de los bienes de producción y consumo (la burguésía)
Y casi toda la población (la clase obrera)
, que tenía que obtener un salario.
Pero estas diferencias acabaron por convertirse también en las experiencias laborales, las formas de vida y las prácticas culturales. La conciencia de pertenecer a una clase social u otra acabó siendo el resultado de las relaciones humanas.
2.1. El modo de vida burgués:
Gracias al triunfo del liberalismo y de la industrialización, la burguésía fue adquiriendo más poder. Este poder político y económico se exprésó en su cultura, en un nuevo estilo de vida que mostraba sus valores morales y costumbres sociales.
La Burguésía
- La burguésía era un grupo social bastante heterogéneo en el que podemos distinguir:
1. La alta burguésía:
que tenía conexiones nacionales e internacionales y estaba relacionada con el mundo de los negocios.
2. Las clases medias urbanas: Eran más cercanas al mundo del trabajo y al entorno local
– Estaba formada por los grandes hombres de negocios, financieros, industriales o comerciales, siendo la propietaria de los medios de producción.
Las familias burguesas más importantes habían ascendido socialmente al mismo rango que la aristocracia del Antiguo Régimen.
La Alta Burguésía
- Las casas nobiliarias basaban su riqueza en la propiedad de la tierra, por lo que perdieron poder con el triunfo el liberalismo y la industrialización
- Sin embargo, muchos nobles supieron entrar en el mundo de los negocios, al mismo tiempo que los burgueses aspiraban a su ennoblecimiento a través de títulos y uniones matrimoniales.
- Se establecíó así una alianza entre ambos grupos sociales en la que primaba el favor, la influencia y el prestigio social. La gran burguésía y la nobleza compartían intereses económicos y controlaban el poder político, los altos puestos en la Administración y del Ejército y la mayoría de los escaños de los Parlamentos. Defendían el progreso económico, la libertad individual, el mantenimiento del orden social y el carácter sagrado de la propiedad privada.
Las Clases Medias
- Desde la Revolución Industrial,” clases medias” denominaba a los sectores sociales intermedios que no formaban parte ni de las élites dominantes ni de los trabajadores manuales
- En ellos encontramos una mediana y pequeña burguésía, compuesta por comerciantes, propietarios de talleres, profesionales liberales, funcionarios, etc.
- Así pues, las clases medias formaban un conjunto heterogéneo, con un protagonismo claro en las luchas políticas que permitieron la construcción de los sistemas políticos liberales y la formación de los Estados nacionales
2.1. El modo de vida burgués
– La sociedad burguesa se definía por la búsqueda de la riqueza económica y el bienestar material.
También por una identidad cultural que tenía espacios, costumbres y valores propios. Era una nueva sociabilidad, con un carácter cada vez más urbano, que diferenciaba claramente lo público de lo privado.
– Los lugares de sociabilidad pública estaban dominados por el hombre, tanto los relacionados con la política (cafés, círculos de recreo, ateneos) como con las nuevas formas de ocio (teatro, ópera, balnearios).
2.1. El modo de vida burgués: la casa
– Para la burguésía, el símbolo más importante que demostraba su nivel de vida era la casa, ya que mostraba el valor de la propiedad privada y la importancia de la representación social. La casa era el espacio reservado a la mujer, que se le relegaba a la esfera privada. Era la encargada de la administración del hogar y del servicio. La presencia de criados también diferenciaba a las casas de las familias burguesas con respecto a las populares.
La indumentaria
La ostentación y el lujo también quedaron visibles en la forma de vestir, siendo otra forma de diferenciación social.
2.2. Las condiciones de vida de la clase obrera
Dentro de este grupo hay que incluir, junto a los obreros industriales, a los artesanos, trabajadores a domicilio, empleados de servicios, criados y jornaleros del campo. Es decir, que era un grupo muy amplio y heterogéneo.
- Se trata de un grupo sumamente heterogéneo y que era visible en los grandes centros de producción. A pesar de los diferentes grupos que hay en su interior, comparten una carácterística en común: son asalariados.
- Sin embargo, la vida de este grupo estaba dominada por una sensación de permanente inseguridad, ya que vivían siempre amenazados por la pobreza. Inseguridad ante la permanencia en el puesto de trabajo, ante la posibilidad de un accidente o una enfermedad, ante el desamparo de la vejez, ante la carestía de los alimentos de primera necesidad o el aumento del precio de la vivienda.
- Además, los obreros especializados tenían cierta estabilidad, pero los obreros industriales tenían que soportar unas condiciones de trabajo muy duras (12-15 horas de jornada laboral; enfermedades; accidentes). Los hombres solían cobrar un salario bajo, pero que era el doble que el que recibían los nuños y las mujeres.
- No fue hasta mediados del Siglo XIX cuando nacieron unas leyes que aliviaron la explotación laboral. Así pues, no existía ningún tipo de protección social legalmente reconocida.
LA CASA
- Los obreros vivían en barrios construidos en los suburbios, siendo viviendas pequeñas y apiñadas, con edificios de dos o tres plantas que aumentaron progresivamente en altura y volumen, con una o dos habitaciones donde la familia vivía hacinada, siendo frecuentes las cocinas y letrinas comunitarias.
- No había servicios básicos, lo que solía provocar con frecuencia infecciones y epidemias (tuberculosis, cólera, difteria).
LA INDUMENTARIA
- El gasto de la clase obrera en indumentaria era reducido, marcando así también más las diferencias sociales con respecto a la burguésía.
3.EL MOVIMIENTO OBRERO: ORIGEN Y DESARROLLO
1. El Antiguo Régimen: los motines
– En la Europa del Antiguo Régimen lo común eran las protestas populares contra la subida del precio del pan, el cobro de impuestos o los abusos señoriales. Los motines y revueltas duraban poco tiempo y solían acabar con una represión.
– También eran comunes las acciones individuales, de carácter anónimo, que mostraban la disidencia y el malestar social.
Cambios a partir de la industrialización: Sin embargo, con la llegada del sistema capitalista, y del nuevo orden social, las protestas tradicionales dieron paso a nuevas formas de movilización. Las demandas de los trabajadores se centraron, especialmente, en el aumento de sus salarios, la reducción de la jornada laboral y la mejora de sus condiciones laborales.
El ludismo
- Una de las primeras acciones que se llevaron a cabo con la industrialización fue la destrucción de maquinaria. Tomó el nombre de ludismo, en honor a Ned Ludd. El personaje se ha situado entre el Siglo XVIII y XIX, siendo mezcla de leyenda y realidad. Los primeros movimientos luditas los protagonizaron hiladores y tejedores, que temían la sustitución de la mano de obra por la maquinaria.
EL ASOCIACIONISMO
- El paso siguiente fue la organización de los obreros en asociaciones estables. Son los precedentes directos de los sindicatos.
Entre 1799 y 1800, el Gobierno británico prohibíó cualquier tipo de asociación obrera por las Combination Acts. Así, la asociación obrera acabó siendo clandestina, saliendo a la luz únicamente en las protestas abiertas y manifestaciones.
Normalmente, estas manifestaciones acababan con una represión violenta por parte de los ejércitos. Esto despertó un movimiento de solidaridad, difundiendo la necesidad de tomar conciencia del problema obrero.
Finalmente, en 1824, el Gobierno británico acabó por legalizar las asociaciones obreras. Se extendieron así las Sociedades de Socorros Mutuos.
También aparecieron muchas sociedades locales de oficios, conocidos como Trade Unión, que en torno a 1830 trataron de agruparse en asociaciones nacionales de cada sector productivo.
EL CARTISMO
- Pero las reivindicaciones de estas asociaciones también acabaron vinculando a la política. En 1838, la Asociación de Trabajadores de Londres publicó la Carta del Pueblo, donde se reclamaba:
1.El sufragio universal masculino
2.El voto secreto
3.La reforma de los distritos electorales
4.La reforma del Parlamento (mayor acceso a la Cámara de los Comunes). Si se podía acceder al poder legislativo, lograrían mejoras en las leyes relativas a la situación de los trabajadores.
- El cartismo fue un movimiento de masas y político, que logró movilizar a miles de trabajadores tratando de lograr la democratización del Estado. A pesar de que hubo una dura represión contra este grupo, especialmente en 1848, a partir de este momento los Gobierno asumieron la necesidad de negociar con los representantes de los trabajadores y de impulsar reformas sociales que mejoraran sus condiciones.
LOS SINDICATOS OBREROS
- A partir de la segunda mitad del XIX, los sindicatos obreros lograron su legalización, mostrando la capacidad de las organizaciones del proletariado para mejorar sus condiciones de trabajo y elevar su nivel de vida.
Posteriormente, tratando de lograr los derechos políticos y sociales de los trabajadores, aparecerían los partidos políticos, siendo la mayoría de orientación socialista. Estos partidos se incluyeron en la vida política de las naciones: en las elecciones, los parlamentos, las instituciones… siendo los espacios principales de la sociabilidad obrera.
En la segunda mitad del XIX, en Reino Unido, aparecieron los sindicatos nacionales de obreros cualificados. A través de la negociación y de las huelgas consiguieron numerosas mejoras laborales y salariales.
En la década de 1860 había Consejos Obreros en las ciudades más importantes, celebrándose un Congreso Nacional (Trades Unión Congress). Aunque con cierto retraso, estaba ocurriendo esto mismo en los demás países europeos industrializados.
- EL MARXISMO
1. ORIGEN DEL MARXISMO:
- Estudiando la transición de unas sociedades a otras, Marx y Engels realizaron un análisis profundo de la sociedad capitalista, indagando en sus contradicciones y planteándose cómo la podían destruir.
Siendo testigos del fracaso de la Revolución de 1848 (y siendo el mismo año en que publicaron su obra más conocida, El Manifiesto Comunista), el marxismo se convirtió en la principal corriente ideológica del movimiento obrero.
Este movimiento presenta influencias anteriores, destacando las procedentes de Hegel o de activistas obreros como Blanqui. Junto a la obra antes mencionada, también podemos subrayar El Capital (1867), donde Marx y Engels mostraron sus principales teorías.
TEMA 7-EL IMPERIALISMO
EL NUEVO IMPERIALISMO DEL Siglo XIX
- El colonialismo no surge durante la Edad Contemporánea, sino que ya existía durante la Edad Moderna. La gran diferencia entre ambos era que, primero, las colonias giraban en torno al comercio mercantil y el poblamiento.
El Imperialismo que vamos a estudiar propio del XIX es, realmente, otra de las consecuencias directas de la industrialización, especialmente a partir de la década de 1870. Las nuevas circunstancias económicas condujeron a las potencias europeas a expandirse, especialmente en torno a Asía y África, donde se sentían, además, superiores a estas sociedades preindustriales
1.3. LA EXPANSIÓN IMPERIALISTA: ETAPAS Y MODALIDADES DE COLONIZACIÓN
Primera etapa: penetración y exploración
Estuvo caracterizada por el uso del barco de vapor y de los medicamentos. África fue la gran protagonista. Fueron viajeros, misioneros y exploradores los que abrieron las rutas y ofrecieron información geográfica para conocer tanto el territorio como a las poblaciones que lo habitaban.
Segunda etapa: conquista y dominio territorial
- En este caso, los avances tecnológicos estuvieron marcados por la moderna industria militar. Los protagonistas fueron los ejércitos y las armadas, que guerrearon contra la población autóctona con el fin de someterla e implantar la pacificación colonial
Tercera etapa: explotación y desarrollo de las colonias
- En este caso, se utilizaron ya el ferrocarril, el telégrafo y otras obras públicas para conquistar el territorio. El poder de las colonias estaba en manos de los delegados de los Estados, que administraban los territorios con sus pobladores indígenas. También representaban a las empresas que trataban de explotar sus recursos materiales para integrarlos en los flujos económicos de las metrópolis y los nuevos territorios. Muestra de ello fueron la construcción de redes ferroviarias y telegráficas, además de costosas obras públicas que favorecían las comunicaciones y los transportes. Entre ellas, debemos destacar el Canal de Suez (1869).
A. Colonias de poblamiento
– Fueron extensos territorios poco poblados (Canadá, Australia, Nueva Zelanda) que recogían el excedente demográfico de las metrópolis.
B. Colonias de explotación y asimilación
– Fueron la mayoría de las colonias existentes en la segunda mitad del XIX, siendo aquellas que surtían de materias primas a la metrópoli, compraban sus manufacturas, podían ser enclaves estratégicos, etc.
C. Dominios
– Se trataba de un tipo de colonia de poblamiento con acusada autonomía y autogobierno reconocido por la metrópoli. Estos territorios tenían una mayoría de colonos respecto a la población indígena que consiguieron un amplio autogobierno limitado por un gobernador metropolitano. Podemos encontrar estos casos en Canadá, Australia o Nueva Zelanda con respecto a Gran Bretaña
D. Protectorados
– Eran territorios con instituciones y gobernantes autóctonos, bajo la autoridad militar de la potencia ocupante
E. Mandatos
– Aparecieron tras la Primera Guerra Mundial, en 1920, siendo colonias entregadas por la Sociedad de Naciones a la tutela de los Estados vencedores.
La Conferencia de Berlín (1884 – 1885):
Para imponer cierto orden, se reunieron la mayoría de las potencias europeas en la Conferencia de Berlín, haciendo un reparto efectivo del continente africano. Esta conferencia fue convocada por Francia y Reino Unido ante la disputa sobre la posesión del Congo con el rey belga Leopoldo II. Fue organizada finalmente por Otto von Bismarck.
Aunque, efectivamente, estos tratados se firmaron por el interés despertado por los territorios de África, no se contempló en ningún momento a los pueblos, culturas o civilizaciones africanas. Además, ni la Conferencia de Berlín ni otros acuerdos internacionales posteriores evitaron que el ambiente se fuera caldeando hasta ser un factor fundamental en el estallido de la Primera Guerra Mundial.
2.1. LA GEOGRAFÍA DEL REPARTO AFRICANO
Los países europeos se fueron apropiando del continente africano en busca de materias primas, alimentos y el aumento de poder. Todo ello se justificó, ideológicamente, desde una supuesta superioridad cultural. El proceso fue rápido, ya que desde 1880 hasta 1914 se produjo toda la colonización.
Las potencias que mayor importancia tuvieron fueron Reino Unido y Francia
El incidente de Fachoda
La rivalidad entre Francia y Gran Bretaña fue una constante durante el imperialismo del XIX. El eje francés en el continente africano era de este a oeste del continente, mientras que el británico se centraba en el eje El Cairo-El Cabo. A fuerza, tenían que entrar en colisión en algún momento y lugar. En 1895, una expedición oficial francesa había partido del Congo, tomando posesión de Fachoda, en el curso superior del Nilo. Ésta fue la primera circunstancia que amenazó los intereses británicos. El ejército colonial británico exigíó al francés abandonar la ciudad. La lucha de intereses se manifestó, especialmente, en la prensa de ambos países. Tras un momento de grave crisis, Inglaterra impuso su criterio, recortando el expansionismo francés en África, al que limitó en sus dominios noroccidentales.
La guerra de los bóeres:
Francia no fue la única nacíón con la que el Imperio británico tuvo conflictos debido a su extensión. Las guerras de los bóeres tuvieron lugar en Sudáfrica entre el Imperio británico y los colonos de origen holandés (llamados bóeres, que significa campesino o granjero).
Estas guerras tuvieron lugar entre 1880 y 1881, y 1899 y 1902. Llegaron a construirse campos de concentración en los que fallecieron casi 28.000 bóeres. En total, la guerra costó unas 75.000 vidas. Los últimos bóeres se rindieron en Mayo de 1902, integrándose Transvaal y el Estado Libre de Orange dentro del Imperio británico, aunque permitíéndoles conservar sus tradiciones.
Alemania se introduce en África:
El gran traspiés para los británicos fue la intervención alemana en la zona de los Grandes Lagos de Tanganica. Alemania, que llegaba tarde al reparto colonial (no puede hacerlo hasta su unificación en 1871), no solo pretendíó conjurar los planes británicos, sino también crear un cinturón colonial que uniese África oriental con África sudoeste y las posesiones centroafricanas de Camerún y Togo. Tanto Francia como Reino Unido se opusieron a este proyecto germano. Esto potenció la instalación de potencias europeas menores a modo de “estados tapón”. Ejemplos de ello fueron el Marruecos español (que en 1912 evitó que Francia tuviera acceso al estrecho de Gibraltar); o de Libia, en posesión de Italia, que en 1912 separó convenientemente el Túnez francés del Egipto británico.
3. EL IMPERIALISMO EN Asía:
Como en África, la presencia colonial en Asía a mediados del XIX se limitaba a enclaves coloniales costeros. En el Pacífico la presencia era aún más escasa. Sin embargo, el fenómeno imperialista en Asía no sería obra exclusiva de las potencias europeas, sino que contaría también con la presencia de Estados Unidos y Japón.
3.1. LOS IMPERIOS EUROPEOS EN Asía
En el dominio europeo de Asía intervinieron cinco potencias europeas: Reino Unido; Rusia; Francia; Holanda; y Alemania. De estas cinco potencias, las que dominaron más territorios fueron Rusia, en el norte, y Reino Unido al sur.
La revuelta de los bóxers:
Llamados así por practicar unas artes marciales parecidas al boxeo, fue un movimiento iniciado en 1899 y que terminó en 1901 en China. Estaban en contra de la influencia Occidental en el comercio, la política, la religión y la tecnología. Hubo una gran represión por parte de las potencias occidentales para acabar con el movimiento. Fue el preludio de la Revolución de 1911 que acabó con el Imperio chino.
LAS NUEVAS POTENCIAS IMPERIALES NO EUROPEAS
Japón y Estados Unidos iniciaron, a partir del último tercio del XIX, una gran expansión colonial.