El término Antiguo Régimen (Ancien Régime, viejo orden, en francés) se refiere a todos los elementos típicos de las sociedades europeas anteriores a la Revolución Francesa y cuya transformación se hizo en el transcurso del siglo XIX en Europa.
El Antiguo Régimen se caracteriza por un sistema económico mayormente agrario, en el que una gran parte de la posesión de los terrenos era de propiedad feudal; la producción manufacturera estaba en manos de los gremios como artesanos o comerciantes.
Otro aspecto importante y definitivo del A.R. Es la sociedad, que se dividía en estamentos (de los que no se podía cambiar salvo en algunas excepciones) que eran: la nobleza, el clero y la plebe.
Política:
Durante el A.R. Son dos las formas de gobierno más utilizadas: el absolutismo y el despotismo ilustrado.
Absolutismo: La forma de política que había en el antiguo régimen era el absolutismo, cuya ideología decía que el poder político, el rey, no estaba sujeto a ninguna limitación. Esto significa que el poder del soberano era formalmente único, indivisible, incontrolable y pleno. En otras palabras, era un poder absoluto, y de allí proviene el nombre que se le da como ideología, es decir, el absolutismo. Sus poderes eran el ejecutivo, el legislativo y el judicial por lo que el rey gobernaba en el reino y dirigía las políticas exteriores, dictaba las leyes y ejercía la justicia o nombraba unos magistrados que la ejercitaban en su nombre. El monarca no tenía ningún tipo de control, era la encarnación del estado y sus ciudadanos, porque estaban sometidos hacia él.
Para poder ejercer su autoridad, los monarcas eran apoyados y asesorados por Consejos, ministros y secretarios. La gran parte de funcionarios se encargaban de controlar el reino, recaudar impuestos y hacer cumplir las órdenes reales
El despotismo ilustrado (también llamado despotismo benevolente o absolutismo ilustrado): fue una forma de gobierno que consistía en la adopción de algunas de las ideas de la ilustración como la fe en la razón del ser humano ser humano que fue usada por los reyes europeos de la segunda mitad del Siglo XVIII.
Los filósofos ilustrados sirvieron como fuente de inspiración para los reyes. Estas autoridades, que tenían un poder absoluto sobre el estado que dominaban, empezaron a creer en un modelo en el que los cambios tenían que ser pacíficos y la innovación debía tener un papel importante en el desarrollo, los dos factores fundamentales para conseguir que la sociedad evolucionara de manera adecuada. Gracias a estas creencias, los monarcas comenzaron a poner en marcha el despotismo ilustrado.
la consecuencia fue que se extendíó una frase que se haría muy popular, ya que es el lema del despotismo ilustrado: “Todo para el pueblo, pero sin el pueblo”.
Su traducción es bastante obvia, ya que hace referencia al modelo político en el que el monarca aplica medidas para buscar el desarrollo de la sociedad, sin tener en cuenta la opinión de sus propios ciudadanos a la hora de ponerlas en marcha.
Economía:
La economía del antiguo régimen se basaba en la agricultura ya que el 80% de la población se dedicaba al sector primario y vivían en el campo. La producción era escasa por la nula tecnología agrícola que tenían y por los diferentes fenómenos naturales(sequías, inundaciones, plagas y heladas).
La industria del Antiguo Régimen era una industria mayormente manufacturera y se situaba solamente en las ciudades. La industria estaba dominada por los gremios, que son las asociaciones de origen medieval que controlaban toda la producción artesanal. El mantenimiento de los gremios era un importante obstáculo al desarrollo de la industria. Pero esta seguía desarrollándose en pequeños talleres con pocos trabajadores que realizaban todas las tareas del proceso de producción, desde la obtención de los recursos hasta la venta final del producto trabajado.
No obstante desde el Siglo XVII aparece una nuevo sistema conocido como “Domestic System”, un sistema descentralizado y flexible, donde el artesano proporciona los recursos naturales y herramientas a los campesinos para la elaboración de productos manufacturados, siempre en función de la oferta y la demanda.
También surge durante el Siglo XVII lo que Pollard llamó “Proto Fábrica”, haciendo referencia a las actividades centralizadas en unidades mayores a cargo del Estado, como fueron los Astilleros Reales y las Manufacturas Reales en Francia. Pero en ellas no hubo innovación tecnológica ni se usó maquinaria, por lo que su éxito fue escaso exceptuando en ciertos productos de lujo como los tapices.
Se puede observar que el sector secundario empieza a vivir una renovación y un desarrollo que marcará el camino para la futura revolución industrial del Siglo XVIII.
El comercio fue el sector económico que más desarrollo alcanzó en toda la Edad Moderna, especialmente el internacional. Este hecho se debíó al desarrollo de las conquistas coloniales y al aumento de la demanda. Este comercio se establecíó a través de los monopolios de comercio controlados por grandes compañías privilegiadas, patrocinadas por los Gobiernos. Entre ellas se destaca la Compañía de las Indias Orientales.
Por otra parte, el comercio de interior vivía un periodo de poco desarrollo, centrado solo en el comercio local y comarcal. Únicamente las ferias eran centros de intercambios nacionales o internacionales, aunque estas fueron en decadencia en la segunda mitad del Siglo XVII y fueron sustituidas por lonjas o centros de contratación.
Sociedad:
La sociedad del Antiguo Régimen se compónía de tres “órdenes” o estamentos: clero, nobleza y plebe. Cada uno de estos estamentos se diferenciaba de los demás por tener un código de leyes propias que les concedían una serie de privilegios (alto clero y nobleza) y unos derechos y deberes (plebe). Por lo tanto la primera carácterística será la desigualdad social, basada en la permanencia de estos rasgos sociales a través de la herencia y la tradición.
Además, los estamentos privilegiados son grupos sociales cerrados, en los que no se deja entrar a nadie que no sea heredero de una persona de la nobleza (“honor”) u otorgada por el rey (“mérito”). Además, el espíritu conservador de la nobleza y el alto clero se mantiene por una serie de “vínculos” jurídicos o legales (derechos señoriales), políticos-sociales (monopolio de altos cargos)
o económicos (vinculación de propiedades agrarias).
Dentro de la plebe también diferenciamos distintos grupos, por un lado los campesinos, vinculados a la tierra y por lo tanto dependientes de las relaciones señoriales, por lo que explica su carácter conservador hasta la mitad del Siglo XVIII.
En definitiva, la sociedad del Antiguo Régimen es una sociedad estamental marcada por el privilegio y la desigualdad. Estos privilegios y desigualdades, sobre todo económicos y políticos, señalán las contradicciones entre la nueva realidad económica y política, de finales del Siglo XVIII y principios del Siglo XIX, y la decadente estructura social, dando lugar a grandes cambios dominados por un nuevo enfoque ideológico: el liberalismo.
En el último tercio del Siglo XVIII, la sociedad francesa se organiza en estamentos, tal y como venía pasando desde la Edad Media. Clero y nobleza pertenecían al estamento privilegiado,que poseían privilegios, y de cualquier tipo, entre ellos, no tener la obligación de pagar impuestos. El estamento de los no privilegiados conténía gente de diferentes tipos, desde ricos burgueses hasta mendigos. Sobre los impuestos que pagaba la plebe se manténía la sociedad. La burguésía, era la clase en ascenso, enriquecida a través del comercio, mostraba un descontento con este sistema que les discrimina con respecto a los privilegiados. Pedían la participación en las decisiones del Estado. Una sociedad que a finales del siglo estaba en crisis ya que las clases sin privilegios conténían más riqueza que las clases privilegiadas esto hizo que se rompiera la sociedad estamental. Frente a esas ideas, se alzaban la nobleza, el clero y el rey, reacios a renunciar a sus privilegios.
El fin del antiguo régimen lo provocó la revolución francesa que hizo que los pueblerinos se rebelan contra la monarquía e hicieron que decapitaran al último rey borbón que era Luis XVI.