Sociedad y Economía en la España de la Restauración: Caciquismo, Ejército y Movimiento Obrero

Sociedad y Economía en la España de la Restauración

Dentro de las diferentes clases sociales, hay que destacar la evolución o permanencia de algunos fenómenos característicos de este periodo, como son el caciquismo, la evolución de los movimientos obreros y el nuevo papel de representación del ejército a partir de la Constitución de 1876.

El Caciquismo

Durante todo el periodo de la Restauración, y siguiendo la estrategia turnista, el partido que ocupaba el gobierno manipulaba siempre el proceso de votación de acuerdo con los líderes del otro partido para la consecución en el gobierno.

Aunque el proceso podía parecer fácil, en el caso de los pueblos y ciudades de toda España era necesaria la intervención de los caciques (palabra de origen americano). Se denominaba así a los individuos más poderosos e influyentes de cada localidad, que generalmente solían ser los mayores terratenientes del lugar o los propietarios de fábricas y bancos.

El entramado caciquil formaba una especie de tupida red piramidal y jerarquizada, de forma que podía diferenciarse por su importancia e influencia:

  1. Los caciques que tenían posiciones de poder muy altas y eran dirigentes de los partidos políticos.

Por debajo, los de influencia local o comarcal. Y al final, los pequeños caciques de pueblo o intermediarios.

La autoridad se valoraba según las amistades políticas que tuvieran y que les pudieran proporcionar buenos contactos para obtener favores que podían repartir entre sus fieles y sumisos.

El efecto más grave de todo este proceso fue la corrupción a todos los niveles.

Su principal papel era controlar las elecciones en los pueblos y municipios rurales. Todos los sistemas valían para conseguir el fin, además contaban con la ayuda tanto de la Guardia Civil como de los gobernadores civiles, jueces, alcaldes, etc.

Algunos de los factores que hicieron posible la persistencia del caciquismo en España fueron:

  1. La excesiva concentración de poderes en manos del gobierno, que le permitía trastocar y cambiar la administración local y nacional a su gusto, elemento imprescindible para la impunidad de los caciques.

La sumisión, la docilidad y el apático conformismo de la inmensa mayoría de los ciudadanos españoles. El aislamiento y la incomunicación de muchas zonas rurales también favorecieron los manejos caciquiles.

El Ejército

Las deficiencias del Ejército español eran muy importantes: demasiados mandos y oficiales, unos salarios bajos y una preparación técnica insuficiente. El armamento estaba anticuado y era escaso. Unido a esto, el problema del servicio militar y del tipo de reclutamiento de la tropa, ya que se podía evitar el servicio militar con el pago al Estado de una cifra determinada (en el caso español, 2000 ptas.).

Durante la Restauración desaparecieron los pronunciamientos y los mandos militares se replegaron a sus cuarteles, abandonando las conspiraciones. Cánovas terminó con las constantes intervenciones de los mandos militares en los cambios de gobierno.

El Ejército fue convirtiéndose en la principal fuerza de defensa del sistema político y, sobre todo, en el garante del orden social interno, participando activamente en la represión de las huelgas y de las revueltas obreras o campesinas. Aunque durante algunos periodos sí tuvieron que intervenir en estados excepcionales, como en los casos de 1875, 1877 y 1883.

Sin embargo, Cánovas no pudo evitar que el descontento de los mandos oficiales del Ejército aumentara con el paso de los años, manifestado en el asalto violento contra las redacciones de varios periódicos considerados antimilitaristas.

La Evolución del Movimiento Obrero

La situación obrera en el último cuarto del siglo XIX no mejoró bajo ningún concepto; en la mayoría de los casos, empeoró.

Durante la Restauración, las diferentes organizaciones obreras se beneficiaron del final de las limitaciones a las asociaciones sindicales. A partir de 1890, comenzó a celebrarse en España la jornada de movilización proletaria del Primero de Mayo, con el fin de reivindicar sus derechos.

Los Anarquistas Españoles

Aprovechando las libertades impulsadas por el gobierno liberal de Sagasta, se creó en 1881 la Federación de Trabajadores de la Región Española, de tintes anarquistas, aunque muy moderados. Estaba formada por jornaleros andaluces y obreros industriales catalanes, y desapareció tras el asunto de la Mano Negra.

Después de este episodio, el anarquismo español pasó a organizarse en una serie de grupos o células con diferentes nombres y tendencias. Por un lado, el sector anarcosindicalista, que pretendía una mejora en las condiciones de los obreros a través de la legalidad. Y por otro, los anarcocomunistas, que abogaban por el terrorismo individual, la lucha clandestina y el uso de la violencia, tesis que se sustentaban, sobre todo, en las enseñanzas de Bakunin.

Las propuestas básicas del anarquismo eran:

  • La completa libertad individual, rechazo radical de cualquier poder, forma de dominación o autoridad.
  • La eliminación del Estado y de todas sus instituciones.
  • La afirmación del igualitarismo.
  • La abolición de la propiedad privada y del dinero.
  • Defensa de la revolución violenta y del recurso a las huelgas.
  • Renuncia a todo tipo de actividad y participación política.
  • Rechazo a la religión y a la Iglesia.
  • Confianza en la educación popular.

Algunos grupos anarquistas exaltados decidieron recurrir a los asesinatos de altos dirigentes políticos, que tuvieron mucha repercusión a nivel mundial.

El Socialismo Español

En 1879 se creó el PSOE para actuar en el plano político y, poco después, en 1888, se fundó el sindicato UGT. Pablo Iglesias fue quien se responsabilizó de asumir el liderazgo de ambas organizaciones.

Las propuestas doctrinales socialistas eran:

  • La exigencia de la completa liberación del proletariado. Según los marxistas, los trabajadores formaban una clase desposeída, oprimida y sometida por la burguesía.
  • La destrucción del capitalismo.
  • La defensa de la revolución, entendida como la toma del poder político por la clase obrera.
  • La socialización de la propiedad privada.
  • El anticolonialismo.
  • El antimilitarismo.
  • La oposición a los métodos terroristas.

La Modernización del País

Durante este periodo de una relativa tranquilidad política, se produjeron avances económicos continuados, y eso se evidencia en la renta per cápita española, que creció un 60%. Tanto la expansión industrial como la construcción de líneas de ferrocarril prosiguieron a un buen ritmo.

Hubo toda una serie de elementos que contribuyeron a un dinamismo social durante la Restauración, tanto culturales (nuevas asociaciones de los obreros y de la burguesía) como una demografía renovada, con una baja mortalidad y una alta natalidad.

A pesar de todos estos logros, este proceso también presentó desequilibrios, fallos, contradicciones y retrasos con respecto a otros países. Los fracasos fueron muy evidentes desde el punto de vista educativo, y en cuanto a las comunicaciones internas, que seguían siendo deficientes.

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