12.2. LAS ETAPAS POLÍTICAS DE LA DEMOCRACIA. LOS GOBIERNOS DE LA UCD. EL Golpe de Estado
DEL 23 DE Febrero DE 1981. LA ALTERNANCIA POLÍTICA: GOBIERNOS SOCIALISTAS Y GOBIERNOS DEL
PARTIDO POPULAR.
a) Los Gobiernos de la UCD (1979-1982) y el Golpe de Estado del 23 de Febrero de 1981.
Tras la aprobación de la Constitución, se convocaron nuevas elecciones generales para el 1 de Marzo de
1979. La UCD de Adolfo Suárez volvíó a ganar, sin alcanzar la mayoría absoluta. El principal partido
político de la oposición, el PSOE de Felipe González, renunciaba a la ideología marxista y se integraba en
la socialdemocracia europea, a la vez que adoptaba una actitud de crítica muy dura, contra el Gobierno.
Pero el principal problema del presidente Suárez era la crisis de su propio partido, la UCD, debido a las
rivalidades de los distintos sectores que lo formaban.
La UCD sufríó derrotas en las primeras elecciones municipales democráticas de 1979, y en las elecciones
autonómicas vasca y catalana. Finalmente, el 29 de Enero de 1981 el presidente Suárez presentaba su
dimisión, y el Rey designó a otro dirigente de la UCD, Leopoldo Calvo Sotelo, como candidato a la
presidencia del Gobierno. El 23 de Febrero de 1981, mientras en el Congreso de los Diputados se votaba
la investidura de Calvo Sotelo, se producía la intentona golpista de un sector del ejército. Los tres
principales conspiradores fueron: el teniente coronel de la Guardia Civil, Antonio Tejero, que ocupaba el
Congreso, interrumpiendo la sesíón de investidura; el teniente general
Milans del Bosch, al mando de la
regíón militar de Valencia; y el general de división Alfonso Armada, que convencíó a los anteriores de
que el rey don Juan Carlos apoyaba el golpe. Hacia la una de la madrugada, el rey, vistiendo el uniforme
de Jefe del Ejército, se dirigíó al país, explicando las órdenes que había transmitido a los mandos
militares, y dejando claro que la Corona estaba a favor de la Constitución y en contra del golpe militar.
Calvo Sotelo, muy debilitado por las divisiones internas de la UCD, decidíó adelantar las elecciones
generales a Octubre de 1982.
b) La alternancia política:
Gobiernos socialistas y gobiernos del partido popular (1982-2004).
Las elecciones de Octubre de 1982, dieron el triunfo rotundo al PSOE de Felipe González, que obtuvo
más de 10 millones de votos y 202 diputados. Comenzaban los gobiernos socialistas de Felipe González,
que se mantuvo en el poder durante cuatro legislaturas (1982-1996).
I. En su primera legislatura (1982 a 1986), Felipe González, establecíó tres ejes de actuación:
a) El Plan de estabilización. Con el fin de salir de la dura crisis económica, el Gobierno decidíó la
subida de los tipos de interés, la devaluación de la peseta, el aumento de los impuestos y la
reconversión industrial, que hizo aumentar las cifras del paro.
b) Reformas políticas y sociales:
i. Reforma de las Fuerzas Armadas, con la Ley de la Defensa Nacional.
ii. Regulación de la objeción de conciencia.
iii. Reformas educativas, con la aprobación de la LODE, que fijaba la enseñanza obligatoria
hasta los 16 años, y la reforma universitaria.
iv. Reforma sanitaria, con la Ley General de Sanidad.
v. Ley de la despenalización del aborto.
vi. Actuaciones en política exterior: ingreso de España en la Comunidad Económica Europea
(1985) y la permanencia en la estructura política de la OTAN tras el referéndum de 1986.
II. El PSOE de Felipe González volvíó a ganar las elecciones de 1986 con mayoría absoluta. En la
segunda legislatura socialista (1986-1989), España se benefició de la expansión económica
internacional que posibilitó la creación de empleo, la subida de salarios y una política de inversión
pública en infraestructuras (carreteras y zonas portuarias). Sin embargo, la política de liberalización
del mercado de trabajo acabó por enfrentar a los sindicatos con el Gobierno, al convocar la huelga
general del 14 de Diciembre de 1988, seguida por el 90% de la población laboral. En materia
antiterrorista, la colaboración francesa permitíó la detención de importantes dirigentes de ETA.
III. La tercera legislatura socialista (1989-1993), estuvo marcada por las celebraciones del año 1992: la
Exposición Internacional de Sevilla y los Juegos Olímpicos de Barcelona. Pero en 1993 comenzó una
grave crisis económica mundial. Se disparó la inflación, quebraron numerosas empresas y aumentó
el paro hasta superar los tres millones de desempleados. También aparecieron los primeros casos
de corrupción, como el escándalo del GAL, y el caso de Juan Guerra, hermano del vicepresidente del
Gobierno Alfonso Guerra, que acabaría dimitiendo. En política exterior, hay que destacar la
participación de España apoyando la primera guerra del Golfo de Estados Unidos contra Irak.
IV. En las elecciones de 1993, volvíó a ganar el PSOE, pero el paro y la corrupción le costaron la pérdida
de la mayoría absoluta. En su cuarta legislatura (1993-1996), Felipe González tuvo que negociar un
pacto parlamentario con el nacionalismo catalán de derechas, la Convergencia i Uníó de Jordi Pujol.
En esta legislatura se firmó el Pacto de Toledo, para garantizar el sistema público de pensiones.
Pero los continuos escándalos de corrupción marcaron el último Gobierno de González: el caso
Filesa, la corrupción de altos cargos nombrados por el gobierno, el espionaje del CESID a periodistas
y políticos de la oposición, y la llamada guerra sucia contra ETA, que provocó la dimisión y posterior
condena del ministro del Interior Barrionuevo. En 1995, CIU retiró su apoyo al PSOE y Felipe
González convocó elecciones anticipadas.
En las elecciones de 1996, el Partido Popular, liderado por José María Aznar, sucesor de Fraga, ganaba
por mayoría simple, por lo que tuvo que pactar con los nacionalistas de derechas catalanes y vascos.
Tras trece años de socialdemocracia, el país había girado hacia el liberalismo.
I. En la primera legislatura del PP (1996-2000), se llevó a cabo una política económica liberal,
basada en la reducción del gasto público, privatización de empresas públicas y bajada de
impuestos. El resultado fue el crecimiento de la economía española y la creación de empleo.
España pudo entrar en la moneda única, el euro. Otras medidas del primer Gobierno de Aznar
fueron la supresión del servicio militar obligatorio y la profesionalización de las Fuerzas
Armadas. El problema terrorista estuvo presente. En el verano de 1997, la ETA secuestró y
asesinó a un joven concejal del Partido Popular, lo que provocó una movilización social sin
precedentes en el País Vasco.
II. En el año 2000 el PP volvíó a ganar las elecciones, y esta vez con mayoría absoluta. En esta
segunda legislatura de Aznar (2000-2004), continuó la buena marcha de la economía, se dieron
importantes avances en la lucha antiterrorista, con la llamada Ley de Partidos, y se aprobó el
Plan Hidrológico Nacional. Pero también hubo aspectos negativos, como la alta inflación que
trajo el euro, el crecimiento desigual de la riqueza (huelga general), y el hundimiento del
petrolero Prestige, frente a las costas gallegas.
Sin embargo, fue la política exterior la que originó mayor polémica y oposición al Gobierno. Aznar, como
antes Felipe González, mantuvo el alineamiento de España con EEUU, y en 1997 España entraba en la
estructura militar de la OTAN sin la oposición del PSOE. Los atentados terroristas contra la Torres
Gemelas de Nueva York en 2001, llevaron al presidente norteamericano Bush a declarar la segunda
guerra del Golfo contra Irak. España no participó directamente en la invasión de Irak, pero sí ayudó a la
organización de las operaciones. La oposición política, dirigida por el PSOE, organizó las grandes
manifestaciones del No a la Guerra.
A finales del 2003 Aznar, cumpliendo su promesa de no volver a presentarse a las elecciones, nombró
como candidato del Partido Popular a uno de sus ministros de confianza, Mariano Rajoy durante la
campaña electoral de Marzo de 2004. A tres días de las elecciones, se producía un terrible atentado
múltiple en Madrid, con las bombas que estallaron en cuatro trenes de cercanías. El atentado apuntaba
a la banda terrorista ETA, pero en los días siguientes aparecieron indicios que señalaban al
fundamentalismo islámico como causante de la masacre. La lentitud del Gobierno en reconocer esta
autoría, y la utilización política del atentado que culpaba al Gobierno contribuyeron al vuelco electoral
que se produjo el 14 de Marzo, con la victoria del PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero, sin mayoría.