6.3/LA INTEGRACIÓN DE Canarias
El inicio de la conquista de las islas Canarias tiene lugar durante el reinado de Enrique III el Doliente (1.390-1.406). Los nobles normandos Gadifer de La Salle y Juan de Bethencourt, vasallos de Castilla, tomaron posesión de las islas menores: Fuerte ventara, Lanzarote, Gomera y Hierro. Las islas fueron reducidas a señorío privado, por lo que fueron conocidas como islas de señorío.
A partir de 1.478 los Reyes Católicos iniciaron la conquista de las islas de Gran Canaria, La Palma y Tenerife. Ante la dificultad por parte de los señores castellanos de conquistar las islas y vista la rivalidad con Portugal, que también quería controlar el archipiélago, la conquista pasó directamente a manos de la corona, por lo que estas islas se denominaron islas de realengo.
Alonso Fernández de Lugo en 1.496 conquista Tenerife, finalizando con ello el proceso iniciado a principios del Siglo XV por la corona de Castilla con la ocupación de Lanzarote.
La conquista fue larga debido a la resistencia que opusieron los indígenas. La población guanche (nombre que se utiliza de forma genérica, aunque en principio sólo se refiere a los de la isla de Tenerife) fue muy diezmada y terminó reducida a la esclavitud y perdiendo su cultura, costumbres y forma de vida.
Las islas fueron rápidamente colonizadas, sobre todo por andaluces, a los que luego se añadieron portugueses y judíos conversos.
Económicamente se paso de una economía de subsistencia a otra basada en el comercio, aprovechando su situación estratégica en las rutas atlánticas con América, y la agricultura con nuevas especies como la vid o la caña de azúcar.
LA APROXIMACIÓN A Portugal
En 1.475 Isabel se proclamó reina de Castilla. Esta proclamación dio origen a una Guerra Civil en la que su sobrina Juana, hija de Enrique IV (a la que apodaban “la Beltraneja” por considerarla hija de don
Beltrán de la Cueva, valido de Enrique IV), fue apoyada por el rey de Portugal Alfonso V, que había anunciado su matrimonio con ella y reclamaba sus derechos sobre el trono de Castilla.
La guerra acabó con la victoria del bando liderado por Isabel en la batalla de Toro (1.476) y la firma del tratado de Alca?Obas (1.479), que puso fin a la guerra con Portugal. Según este tratado Juana ingresaba en un monasterio portugués y Alfonso V casaba a uno de sus hijos con la primogénita de los Reyes Católicos, la princesa Isabel, y se solventaba el conflicto atlántico de los dos reinos reservándose a Castilla el derecho sobre Canarias y a Portugal sobre la costa africana y los archipiélagos de Madeira, Cabo Verde y Azores
Los Reyes
Católicos iniciaron una política matrimonial que tenía como objetivo consolidar la amistad con Portugal y llegar a una futura uníón dinástica de todos los reinos peninsulares. Se sucedieron una larga serie de muertes prematuras y de nuevas alianzas matrimoniales, cuyo resultado final fue él matrimonio del rey Manuel de Portugal con María, una de las hijas menores de los Reyes Católicos, fruto de esta uníón fue la futura Emperatriz Isabel, esposa de Carlos V y madre de Felipe II, con el que se consiguió de forma temporal la uníón de todos los reinos peninsulares.
El conflicto entre Castilla y Portugal en el Atlántico se reavivó tras el descubrimiento de América, lo que provocó la firma del tratado de Tordesillas (ver el apartado correspondiente al “Descubrimiento de América).
En definitiva encontramos presente una política de acercamiento dinástico y choques en la expansión atlántica que se solucionan de manera pacífica.
6.4/LA ORGANIZACIÓN DEL ESTADO: INSTITUCIONES DE GOBIERNO
Los Reyes Católicos llevan a cabo la transformación de los Estados feudales que recibieron en herencia en un Estado Moderno controlado por una monarquía autoritaria. Los reyes van concentrando en sus manos el poder estatal, arrebatándoselo a la nobleza, la iglesia y las ciudades.
La nobleza conserva el poder económico y el prestigio social, ocupando altos cargos militares y administrativos, pero siempre sometidos al control real y perdiendo la autonomía y poder político de la nobleza feudal.
El clero que había conservado una gran independencia, fue sometido por Femando mediante un acuerdo con el Papa: el patronato. Según esto el rey presentaba a Roma la lista de los cargos eclesiásticos más importantes, y de esta lista — favorable al rey- elegía el Pontífice, de esta manera se garantiza la sumisión de este importante grupo social. Además obtuvo el control de todas las órdenes militares al convertirse en maestre de todas ellas, con lo que su rico patrimonio pasó a disposición del monarca.
También las ciudades pierden independencia al tener que aceptar el nombramiento de corregidores designados por los reyes al frente de los ayuntamientos.
Las Cortes de Castilla tenían un poder muy limitado: jurar al heredero al trono, reconocer al monarca y decretar impuestos extraordinarios. Su capacidad de control de la corona era mínimo, pues el monarca no estaba obligado a convocarlas con regularidad y no contaban con organismos que supervisaran los acuerdos. La tendencia cada vez más frecuente de gobernar sin convocar las Cortes afianzó el gobierno autoritario de la monarquía.
En la base del buen funcionamiento del Estado Moderno está la creación de una burocracia bien organizada, con funcionarios eficientes que ayuden a los monarcas en el control y gobierno de sus territorios. En este sentido los Reyes Católicos crearon:
– Los Consejos integrado por un grupo de consejeros y secretarios que asesoraban a los monarcas en su gobierno. Entre los consejos destacan el Real o de Castilla (el de mayor importancia), el de Aragón, el de Indias, el de Hacienda y el de la Inquisición. Los Consejos desplazaron la importancia de las Cortes medievales, que cada vez se convocaban con menos asiduidad. En los consejos es reducida la participación de las grandes familias nobiliarias y se potenció la participación de funcionarios instruidos, conocedores del derecho y fieles servidores de la Corona, la mayoría de ellos eran eclesiásticos o miembros de la baja nobleza y las clases medias urbanas.
– Las Chancillerías, encargadas de la administración de justicia. Situadas en Valladolid y Granada tenían con jurisdicción al norte y sur del río Tajo respectivamente. También crearon dos Audiencias (Santiago y Sevilla), que eran tribunales de menor rango que las Chancillerías. En la Corona de Aragón se abrieron también tres Audiencias, una por cada reino.
– La Santa Hermandad, que eran grupos armados pagados por los ayuntamientos
-Un ejercito permanere pagado por estado y dependiente del poder real.
-Los Reyes Católicos en su proceso de unificación del catolicismo crearon la santa inquisición, era la única institución que actuaba tanto en Aragón como en Castilla velaba por la pureza de la religión católica.
-La diplomacio fue inpulsada por los Reyes Católicos con el envío de embajadores que desarrollaron un labor eficaz tanto en el ámbito de su política matrimonial como en la alianza.