-El regreso de los Borbones al trono (1875) Tras el pronunciamiento del general Martínez Campos el 1874, Alfonso XII llegó a España como nuevo rey en Enero de 1875, adaptándose al papel que Cánovas del Castillo había diseñado para él, y tras la firma del Manífiesto de Sandhurst en el que se describía la nueva monarquía como conservadora y católica. Así comenzaba el Régimen de la Restauración (1874-1931). -El Sistema Canovista Tras la restauración de Alfonso XII en el trono y con Cánovas en el gobierno, se aprobó la Constitución de 1876 y la implantación de un régimen monárquico estable. Cánovas pretendía poner en marcha un sistema que superase los problemas anteriores como el carácter partidista y excluyente de los moderados, y el intervencionismo de los militares en la política.
PRIMERAS MEDIDAS DEL NUEVO RÉGIMEN Cánovas pretendía asentar la monarquía en España, consolidar el liberalismo y la propiedad privada, elaborar una Constitución basada en el bipartidismo, y pacíficar el país acabando con la 3ª Guerra Carlista y la Guerra de Cuba. La primera medida política fue la convocación de unas elecciones para unas Cortes constituyentes, a la cual, le siguieron durante 1875, lograr el apoyo de la Iglesia; suspender los periódicos de la oposición; establecer tribunales especiales para los delitos de imprenta; otorgar a la Iglesia el poder de juzgar algunos escritos; conseguir el apoyo del Ejército reincorporando a aquellos que habían sido eliminados por el Sexenio; renovar los cargo de las Diputaciones y Ayuntamientos; y por último,establecer al rey como jefe supremo del Ejército para asegurar la sumisión de los altos cargos militares. Además, la monarquía dejaba fuera a los carlistas y a los republicanos. El nuevo modelo parlamentario se basó en el bipartidismo, uno conservador y otro liberal que se turnarían en el poder.
LA CONSTITUCIÓN DE 1876 La Constitución de 1876 ha sido la norma más longeva hasta la actualidad. Se reuníó una Asamblea de Notables, y dirigidos por Cánovas, se redactó un texto que daba cabida a todos los grupos que aceptaron el Manífiesto de Sandhurst. Esta Constitución suspendía la mayoría de derechos y libertades de la anterior Constitución de 1869. Además, se establecíó al soberanía compartida por el rey y las Cortes y se concedían amplios poderes al monarca como el de nombrar al jefe del gobierno. Las Cortes serían bicamerales, y el voto aunque no se determinó, acabó siendo censatario, y el estado era centralista, ya que bajo el control del Gobierno quedaban ayuntamientos y diputaciones. Por último, el Estado se consideraba católico, aunque toleraba otras creencias siempre que no se manifestasen públicamente y se ajustasen a la moral católica.
BIPARTIDISMO, TURNISMO Y CACIQUISMO Cánovas diseñó un sistema basado en el bipartidismo y en la alternancia en el poder que dio la estabilidad que esperaban a España. Además, se firmó una Real Orden en 1875, que establecíó la misión del ejército a defender y no a intervenir en el bipartidismo. Bipartidismo Tanto el partido liberal, como el conservador que iban turnarse en el poder, defendían la monarquía, la Constitución de 1876, la propiedad privada y el Estado unitario y centralista. Ambos se nutrían de las élites económicas, y en estos partidos solo participaba una pequeña parte de la población. El Partido Conservador, cuyo líder era Cánovas del Castillo, representaba la derecha más moderada y tradicional, defendía el sufragio censitario, la exclusividad de la religión católica, censura de la prensa, el proteccionismo económico, etc. Sin embargo, el Partido Liberal fundado en 1880, cuyo líder era Sagasta, representaba a la izquierda liberal, defendía el sufragio universal masculino, la libertad de cultos, la libertad de prensa, el librecambismo, etc. Los carlistas, los republicanos, los nacionalistas y los partidos obreros quedaron fuera del sistema. La actuación de ambos partidos no difería mucho al existir un acuerdo de no promulgar una ley que forzase al otro a derogarla.
Turnismo y Caciquismo La Constitución de 1876 garantizaba la alternancia en el poder de los dos grandes partidos, el Conservador y el Liberal mediante el ejercicio del sufragio, para evitar pronunciamientos militares. A este sistema se le llamó turnismo. Con este sistema, cuando la oposición creía que se habían incumplido las normas, el rey llamaba al otro partido y convocaba elecciones, que siempre eran ganadas por el partido que estaba en la oposición para así asegurar la estabilidad institucional. Para conseguir los resultados esperados, se producía el encasillado, es decir, se elaboraban las listas de las personas que debían salir elegidas, y así, a través de los Gobernadores civiles se aseguraba la manipulación de las elecciones. Este sistema beneficiaba a ambos partidos. El fraude era posible porque cada partido contaba con una red de relaciones clientelares, que les apoyaban a cambio de favores. Por tanto, la alternancia en el gobierno fue posible gracias al pucherazo, es decir, al conjunto de trampas electorales, que falsificaban el censo, compraba votos, falsificaba actas, etc, valíéndose de la influencia de los caciques. El caciquismo se daba sobre todo en las áreas rurales, donde cada cacique controlaba una parte de terreno y movilizaba a sus clientes para obtener el máximo numero de votos mediante manipulación o falseamiento de las listas. Estos caciques actuaban como transmisión de los partidos consiguiendo que una gran parte de las clases populares no votase.
LOS CONFLICTOS BÉLICOS A comienzos del reinado de Alfonso XII, persistían la 3ª Guerra Carlista y la Guerra de
Cuba.
• La 3ª Guerra Carlista (1872-1876). Se produjo cuando Alfonso XII llegó a España com rey, y privó a los carlistas de su hipotética legitimidad. Sin embargo, muchos de sus defensores acabaron reconocíéndolo. El conflicto continuó unos meses hasta su total rendición en 1876 con el Manífiesto de Somorrostro, cuando Carlos VII se exilió en Francia. La consecuencia del fin de la guerra fue la abolición del régimen foral, por lo que los vascos quedaban sujetos al pago de los impuestos y al servicio militar; algo que aumentó su nacionalismo. • La Guerra de Cuba (1868-1878). Tras la acción militar y la negociación, se firmó la Paz de Zanjón en 1878, en la que se incluían la abolición de la esclavitud, la promesa de reformas políticas com que Cuba tendría representación en las Cortes, etc. El incumplimiento de sus promesas, derivó en la guerra definitiva en 1895.
-La evolución política de la Restauración EL REINADO DE Alfonso XII (1875-1885) Durante el reinado, se pusieron en práctica los principios previstos por Cánovas, y se sucedieron en el poder, conservadores y liberales. Los gobiernos conservadores (1875-1881). Tras la finalización de las guerras carlista y cubana, el partido de Cánovas gobernó hasta 1881, conocíéndose este período como “dictadura de Cánovas”. Se abolieron los fueros vascos, obligándolas a contribuir al servicio militar u a pagar contribuciones. Además, se continuó con la restricción de libertades. Se firmaron la Ley Electoral de 1878, la regulación de las libertades de reuníón y asociación, la Ley de Imprenta en 1879, y se realizaron leyes para reforzar el centralismo político-administrativo como la Ley de Diputaciones Provinciales y Ayuntamientos en 1876. En el aspecto económico se intentó detener la deuda pública, y en política exterior se procuró evitar el aislamiento y el compromiso internacional.
Los gobiernos liberales (1881-1884). En 1880 se fundó el Partido Liberal, que aceptó la Constitución de 1876, y en 1881, accedíó al poder, iniciándose así el turnismo. Comenzó con un gobierno presidido por Sagasta, autorizando la celebración de actos conmemorando la República, etc. La actividad más destacada fue la del Ministro de Hacienda, que presentó un proyecto de supresión del algunos impuestos y tarifas. En 1883, se produjeron intentonas golpistas republicanas, y el deterioro en las relaciones diplomáticas Franco-españolas por la visita de Alfonso XII a Alemania, además de los desórdenes en el campo andaluz, atribuidos a la asociación Mano Negra, que provocaron la dimisión de Sagasta. Último gobierno del reinado de Alfonso XII (1884-1885). En Enero de 1884, el rey llamó otra vez a Cánovas para formar gobierno. En esta etapa el gobierno se desgastó por el aumento de represión gubernamental, la epidemia de cólera de 1885 y la cuestión de las Carolinas. Tras la muerte de Alfonso XII en 1885, el reinado quedó en manos de MªCristina, embarazada de su tercer hijo.
LA REGENCIA DE MARÍA Cristina (1885-1902) Tras la muerte de Alfonso XII, y el temor de que la monarquía no siguiese por las presiones carlistas y republicanas, se firmó el Pacto del Pardo para garantizar la continuidad de la monarquía y el rápido relevo del rey. Parlamento Largo de Sagasta (1886-1890). Es la etapa más duradera, caracterizada por la consolidación del partido y la aplicación del programa liberal mediante la firma de la Ley de Asociaciones (1887), la Ley del Jurado (1888), el Código Civil de 1889, y la Ley electoral de 1890. En política exterior se quiso intensificar la presencia española en Marruecos, el Mediterráneo y América. Giro proteccionista de los conservadores (1890-1892). En 1890 el Partido Conservador de Cánovas volvíó al Gobierno aplicando el sufragio universal e imponiendo un arancel. Se produjeron atentados anarquistas en Barcelona y huelgas en Bilbao por el movimiento obrero, y tensiones en el gobierno, permitiendo que volviese Sagasta. Difícil unidad liberal (1892-1895). Los liberales volvieron a implantar reformas liberales, pero se produjeron dos crisis de gobierno en 1894, y una definitiva en 1895, que hicieron terminar el gobierno de Sagasta, pasando a estar en manos de Cánovas. Los últimos gobierno y el fracaso del Gobierno “Regeneracionista”. En 1895, recién iniciada la guerra de Cuba, Cánovas estuvo en el gobierno hasta 1897, fecha de su asesinato. Comenzaron a producirse algunos desacuerdos internos, como el de Silvela en el Partido Conservador. En 1899, el gobierno de Sagasta estaba desgastado y desprestigiado, por lo que la regente entregó el gobierno a Silvela, quien convocó elecciones. Este aumentó los impuestos de productos de primera necesidad para hacer frente a las deudas causadas por las guerras. Los ministros comenzaron a dimitir, y en 1902, cuando Alfonso XIII cumplíó 17 años, fue declarado mayor de edad y proclamado rey.
-La oposición política al sistema de la restauración CARLISTAS Después de la derrota en 1876, muchos de los combatientes se exiliaron a Francia. Durante la Restauración el carlismo se asentó en Navarra y provincias vascas, y era la única fuerza verdaderamente católica.REPUBLICANOS Tras el final de la I República, los republicanos entraron en crisis. Como consecuencia de la desintegración del Partido Federal en 1874, los republicanos se dividieron en Republicanos Posibilistas (Castelar), Republicanos Federalistas (Pi y Margall), republicanos Progresistas (Zorrilla) y Republicanos centralistas (Salmerón). La segmentación les impide llegar a los ciudadanos, aunque cuando al final del S.XIX, cuando mejoraron sus resultados en las elecciones, surgíó el movimiento obrero.
EL MOVIMIENTO OBRERO Surgíó a raíz de la revolución de 1869 y estuvo dividido en dos tendencias: el anarquismo y el socialismo. Al principio de la Restauración se organizaron en la clandestinidad, pero con la Ley de Asociaciones (1887) ejercieron sus derechos libremente. El anarquismo. En 1870 se fundó en Barcelona la Federación Regional Española de la Internacional (Freí), que se basaba en la 1ª Internacional. Las asociaciones obreras se expandieron por toda España, y diversos grupos intentaron provocar el derrumbe del Estado, por lo que tras el fracaso, la Freí fue declarada ilegal. Los anarquistas fundaron en 1881 la Federación de Trabajadores de la Regíón Española (FTRE), y en Andalucía surgieron entonces sociedades secretas como la Mano Negra. En las últimas 2 décadas del siglo, se formó la “acción directa” que consistía en producir atentados como el del Liceo de Barcelona en 1893 o el Corpus Christi en 1896, además de los atentados contra Martínez Campos en 1893, contra Cánovas del Castillo en 1897 siendo este asesinado, y contra Alfonso XII en 1878. La respuesta fue el endurecimiento de la legislación española, creándose nuevos cuerpos de policía en 1896. El socialismo. En 1979, dirigidos por Pablo Iglesias, se formó el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que se basaba en la abolición de las clases, de la propiedad privada, etc. El PSOE participó en la creación de la 2ª Internacional en 1889, y fundaron la Uníón General de Trabajadores (UGT) en 1888.
EL REGIONALISMO Y EL NACIONALISMO A finales del Siglo XIX se empezaron a dar en España movimientos nacionalistas o regionalistas, sobre todo en Cataluña, País Vasco y Galicia. Estos se dieron por la existencia de distintas lenguas, culturas y costumbres. El nacionalismo catalán. En 1830, se inicia la Renaixença, que pretendía recuperar la lengua catalana. Más tarde, en 1891, se funda la Uníó Catalanista, la cual aprobó las Bases de Manresa, que reclamaba al autogobierno. En 1901 se forma la Liga Regionalista, que quería la autonomía política para Cataluña. El nacionalismo vasco. El nacionalismo nacíó tras la derrota del carlismo en 1876, y tras el desarrollo del euskera. En 1895 se fundó el Partido Nacionalista Vasco (PVN), que formuló los fundamentos del nacionalismo vasco. Estos serían la creación de un estado vasco independiente, la exaltación de la etnia vasca, el integrismo religioso católico y la promoción del idioma y de las culturas vascas. Otros regionalismos. Se dieron en Galicia, Andalucía y Valencia, pero fueron minoritarios. El regionalismo gallego surgíó por el atraso y la marginación del territorio con respecto a otras regiones. El regionalismo andaluz tuvo su punto de partida en el movimiento cantonal de 1873, y el regionalismo valenciano se caracterizó por el rechazo del centralismo del Estado español y por el rechazo al nacionalismo catalán.