Este texto es un fragmento extraído de un libro de Valentí Almirall, titulado «España tal como es» y escrito en 1886. Se trata de una fuente primaria, de naturaleza
circunstancial-narrativo y de carácter político.
El autor,
pensamiento regeneracionista y
político, fundó en 1882 el partido
Centre Català de catalanista. El destinatario del texto es el público en general.
IDEAS PRINCIPALES
abogado, periodista y
La idea principal del texto es la denuncia del sistema electoral en España en la época de la Restauración. El autor pone de manifiesto que las elecciones eran una farsa “Lo mismo si el sufragio es universal que restringido”.
En primer lugar, el texto explica cómo se realiza este fraude electoral mediante la manipulación de los procesos electorales a partir de dos instituciones básicas: el ministerio de Gobernación y los caciques locales.
El Ministro de la Gobernación tiene un papel fundamental, “nunca hay más que un solo elector, el Ministro de la Gobernación” que decidía quién ganaba las elecciones al ser encargado de
realizar el “encasillado”, o lista de diputados que debería salir elegida. El encasillado se entregaba a los gobernadores civiles para que lo impusieran en la provincia y ayuntamientos a través del cacique y los resultados se ajustaran a lo deseado por el gobierno.
A continuación, el autor da mucha importancia y trata con mucha ironía la introducción en las listas electorales de nombres falsos o de difuntos: “su padre, fallecido ya hace algunos años, iba a depositar su voto en la urna”; pero, existían otras trampas electorales que ayudaban a conseguir el objetivo electoral que interesaba en el momento, es lo que se conoce como “pucherazo”, es decir, la sistemática adulteración de los resultados
electorales. En resumen, falsear el censo, comprar votos, amenazar y coaccionar al electorado y manipular las actas.
2. SISTEMA POLÍTICO DE LA RESTAURACIÓN
Con la reposición de los Borbones en el trono (Alfonso XII fue proclamado rey en 1874) se inicia la época de la Restauración española (1874-1923). En este momento histórico hay que encuadrar este texto. La Restauración constituyó una larga y estable etapa de nuestra historia; pero se basaba en un sistema político corrupto y fraudulento.
A. El sistema canovista
El verdadero artífice de la Restauración fue Antonio Cánovas del Castillo, historiador y político, que había militado en la Uníón Liberal y dirigido el partido alfonsino durante el Sexenio revolucionario. Tras la restauración de Alfonso XII consiguió atraerse a las élites políticas y sociales contrarias a la república.
Cánovas no pretendía el regreso a los tiempos de Isabel II, sino poner en marcha un nuevo modelo político que superase los problemas endémicos del liberalismo.
Para conseguir su propósito, se planteó los siguientes objetivos:
El asentamiento de la monarquía como institución garante de la estabilidad
Política
El afianzamiento del liberalismo y de la propiedad privada.
Elaborar una Constitución que vertebrase un sistema político basado en el bipartidismo.
Pacificar el país poniendo fin a la guerra de Cuba y a la tercera guerra carlista.
La primera medida política de importancia fue la convocatoria de elecciones para unas Cortes constituyentes, pues la Constitución de 1869 había quedado sin efecto tras la proclamación de la República, que daría lugar a la Constitución de 1876.
Cánovas se inspiró en el modelo del parlamentarismo británico. Este se basaba en la existencia de dos grandes partidos que aceptaban turnarse en el poder. Ambos debían pasar a la oposición en el caso de perder la confianza del rey y del parlamento, y respetar la obra legislativa de sus predecesores. De acuerdo con esta premisa, era necesario agrupar todas las fuerzas políticas que aceptasen este marco en torno a dos grandes partidos: uno conservador, liderado por Cánovas del Castillo, y otro liberal, liderado por Sagasta, que coincidían ideológicamente en lo fundamental. Ambos defendían la monarquía, la Constitución de 1876, la propiedad privada y el Estado unitario y centralista.
Fuera del sistema quedaron los carlistas, los nacionalistas (catalanes y vascos) y, posteriormente, los partidos obreros y republicanos.
b/ Turnismo
La Constitución de 1876 garantizaba la alternancia política de los dos grandes partidos dinásticos, el Conservador y el Liberal, mediante el ejercicio pacífico del sufragio, para alejar la tentación del pronunciamiento militar como forma de alcanzar el poder. Este sistema se denominó turnismo. Ninguno de los dos partidos denunciaba las irregularidades del adversario, pues el sistema les beneficiaba. Cada partido se comprometía a esperar su turno para alcanzar el poder y respetar la gestión gubernamental del otro.
c/ Caciquismo y falsificación de las elecciones
El Ministerio de la Gobernación “fabricaba” los resultados electorales mediante el encasillado, es decir, elaboraban las listas de las personalidades que debían salir elegidas.En todo el proceso era fundamental la figura del cacique. El caciquismo era más evidente en las zonas rurales, donde una buena parte de la población dependía de los caciques, quienes controlaban el sorteo de las quintas, propónían el reparto de las contribuciones, podían resolver o complicar los trámites administrativos y proporcionaban puestos de trabajo…
Para conseguir la elección del candidato gubernamental, no se dudaba en falsificar el censo (incluyendo a personas muertas o impidiendo votar a las vivas), ejercer la compra de votos y amenazar al electorado con coacciones de todo tipo (impedir la propaganda de la oposición, intimidar a sus simpatizantes…).
El falseamiento de los resultados electorales es lo que se conoce como el pucherazo, es decir, la sistemática adulteración de los resultados electorales.
Todas estas prácticas fraudulentas se apoyaban en la abstención de una buena parte de la población. En general, la participación electoral no súperó el 20% en casi todo el período de la Restauración.
1. IDEASFUNDAMENTALESDELTEXTO
Introducción
Nos encontramos con un escrito de carácter histórico, con un componente literario y económico. Su autor es el economista Álvaro Flórez Estrada, una personalidad destacada del mundo liberal, miembro de las Cortes de Cádiz, que quiso ofrecer una opción alternativa al proceso desamortizador. El texto es de 1836.
Ideas
El autor, en su exposición, cuestiona el sistema aprobado por el gobierno de la venta en subasta de los bienes desamortizados, pues según él: “Con el plan de venta, todas las clases de la sociedad quedan altamente perjudicadas; solo ganan los especuladores en la degradación del ser humano”.
Flórez Estrada no se opone a la Desamortización, pero propone un método alternativo que sería más beneficioso para todos, la enfiteusis, es decir, la cesión perpetua o por largo tiempo a cambio de un pago anual. De ese modo, la corona arrendaría las tierras en usufructo a las clases menos favorecidas: “todas las familias de la clase proletaria serían dueñas del dominio útil de la tierra que cultivasen”.
Con este sistema, además, se conseguiría una mayor paz social al tener contentas a las familias trabajadoras que estarían dispuestas a apoyar al sistema liberal y a la monarquía de la niña Isabel II: “interesadas en sostener las reformas y el trono de Isabel II, pues en ellas verían cifrado su bienestar”
.2. CONTEXTOHISTÓRICO
Con anterioridad a la ley de que trata el texto, ya se habían producido en España dos etapas en que se promulgaron leyes desamortizadoras:
1a etapa (Siglo XVIII), comprende la venta de bienes de los jesuitas en tiempos de Carlos III y la denominada desamortización de Manuel Godoy (hospitales, hospicios, casas de misericordia, cofradías) en el reinado de Carlos IV.
2a etapa (1808-1823) corresponde a la desamortización impulsada por la administración de José Bonaparte I, las Cortes de Cádiz y el Trienio Liberal.
La desamortización de Mendizábal (1835-1837) consistíó básicamente en la expropiación de los bienes del clero regular y su nacionalización y posterior venta en pública subasta al mejor postor.
La desamortización tuvo tres objetivos:
Financiero: buscar ingresos con los que sufragar la guerra carlista
(1833-1840) y contribuir a reducir la deuda pública del Estado.
Político: ampliar la base social de apoyo al liberalismo con los compradores de bienes desamortizados; y castigar a buena parte del clero regular que estaba del lado de los carlistas.
Social: crear una clase media agraria de campesinos propietarios. Los resultados fueron:
No soluciónó el grave problema de la deuda pública.
La mayor parte de los bienes fueron comprados por nobles y burgueses adinerados. Los campesinos pobres no pudieron pujar en las subastas, con lo que no sirvió para disminuir la desigualdad social.
No produjo un aumento de la producción agraria. Los nuevos propietarios no emprendieron mejoras, se limitaron a seguir cobrando las rentas y las subieron. La desamortización acentuó el latifundismo en Andalucía y Extremadura.
La Iglesia vio desmanteladas las bases económicas de su poder. A cambio de la expropiación, el Estado se comprometíó a subvencionar económicamente al clero.
La desamortización de Madoz (1855-1924) es por duración y volumen de ventas mucho más importante que todas las anteriores. Fue un decreto aprobado en el Bienio Progresista (1854-1856) que afectó a bienes civiles como los de los ayuntamientos, pero también al resto de bienes eclesiásticos que todavía no se habían vendido. Tradicionalmente se ha llamado como Desamortización Civil en oposición a la Desamortización Eclesiástica de Mendizábal, pero como decimos fue una Desamortización General. Se pretendía conseguir recursos para la Hacienda e impulsar la modernización de España.
El procedimiento utilizado para las ventas fue una copia del de Mendizábal. El dinero obtenido fue dedicado a la industrialización del país y a la expansión del ferrocarril.
Objetivos: La construcción de las líneas del ferrocarril se inició en 1855 con la Ley General de Ferrocarriles, de la que se beneficiaron especialmente los capitales extranjeros. El fomento del desarrollo económico se plasmó también en los planes de reforestación, desarrollo del sistema de telégrafo, de la red de carreteras, de la banca y de la minería.
Consecuencias: En este proceso, la burguésía con dinero fue de nuevo la gran beneficiaria, aunque la participación de los pequeños propietarios fue mucho más elevada que en el anterior proceso desamortizador. Para la mayoría de los pueblos afectó negativamente a su economía de subsistencia, pues las tierras comunales y los bienes de los ayuntamientos completaban la precaria economía de los campesinos ya que les permitía recolectar frutos, pasto o leña. Su desamortización significó la destrucción de sistemas de vida y organizaciones comunales de autogestión centenarias.
1. LA CONSTITUCIÓN DE 1876
El promotor de esta constitución fue Antonio Cánovas del Castillo, líder del partido alfonsino. Dotado de plenos poderes por el monarca, acometíó los objetivos de liquidar la guerra carlista y reorganizar el sistema político por medio de una nueva Constitución que garantizara el derecho de propiedad y el orden público, posibilitando una convivencia duradera.
Esta constitución partíó de un borrador desarrollado por un grupo de 600 notables, antiguos senadores y diputados designados por Cánovas. El texto final, de 89 artículos, fue
realizado por unas Cortes Constituyentes elegidas por sufragio directo masculino. La Constitución fue promulgada en Junio de 1876 y se mantuvo en vigor hasta 1923, hasta el Golpe de Estado de Primo de Rivera, lo que la convierte en la constitución más longeva de la historia de España. Esta constitución es heredera de la moderada de 1845.
Sus carácterísticas más notorias son:
SISTEMA DE GOBIERNO
La soberanía es compartida entre el Rey y las Cortes.
El poder ejecutivo lo tiene la Corona, pudiendo nombrar al jefe de Gobierno y los ministros.
El poder legislativo es compartido entre las Cortes y el rey, pudiendo este último vetar leyes y disolver las cámaras. Las Cortes son bicamerales, con un senado formado por designación real y un congreso elegido por sufragio directo.
El poder judicial tenía la potestad de aplicar las leyes en los juicios y los jueces se elegían mediante oposición.
No se pronuncia respecto al tipo de sufragio ni tampoco respecto al tipo de sistema electoral, hasta el año 1890 en el que pasa a ser sufragio universal masculino.
ORGANIZACIÓN DEL ESTADO
El Estado se organiza de forma centralista. Se implanta la unidad de leyes y la igualdad jurídica de los españoles, quedando abolidos los fueros de las Provincias Vascas, estableciendo la igualdad fiscal y de servicio militar para todos.
Los ayuntamientos y diputaciones provinciales quedan bajo control gubernamental.
DERECHOS Y DEBERES
Los derechos y deberes de los ciudadanos están limitados por las leyes
ordinarias.
RELIGIÓN
Establece un Estado confesional católico, si bien se toleran otras
religiones siempre que respeten a la Católica.
Los enemigos de esta Constitución fueron en un principio solo algunos republicanos y después, obreros y desengañados.2. EL SISTEMA POLÍTICO DE LA RESTAURACIÓN
Se basaba en tres aspectos:
A. La Constitución de 1876. Buscaba un proyecto lo suficientemente amplio como para dar cabida a los distintos programas liberales y finalmente fue promulgada el 30 de Junio de 1876. Se caracteriza por ser: monárquica (ya que estaba a favor de Alfonso XII), moderada (muy influida por Antonio Cánovas del Castillo) y ecléctica, recogía los aspectos más destacables de otras Constituciones anteriores.
B. El bipartidismo: fue el sistema político dominante. Se basaba en la existencia de dos únicos partidos: el partido liberal-conservador (compuesto por la burguésía terrateniente, el alto funcionariado militar o civil y la nobleza) cuyo líder era Antonio Cánovas del Castillo que había conocido este sistema durante su destierro en Londres durante el periodo republicano; y el partido fusionista (formado por progresistas y demócratas que habían apoyado la Constitución de 1869 y a Amadeo I) liderado por Mateo Sagasta.
C. El turnismo: era el procedimiento político utilizado que se basaba en la alternancia en el Gobierno de los dos partidos políticos. El proceso consistía en la manipulación que hacía el ministro de la Gobernación, a través del denominado encasillado: sistema de elaboración de un listado con sus casillas en las que aparecía el nombre de los diputados que tenían que salir en cada zona. Para conseguirlo contaba con una extensa red de caciques (individuos más poderosos e influyentes de cada localidad) y a través de los cuales se alcanzaba la mayoría prevista. Los caciques actuaban por medio de los favores que otorgan a los ciudadanos, al tener todo el poder social (porque conceden trabajo), económico (porque son dueños de la tierra) y político (porque aseguran el triunfo en las elecciones). Así consiguen el voto. Si, a pesar de todo, en algún momento falla el sistema, se recurre al pucherazo, es decir la falsificación de los resultados electorales.
1. Nacionalismos y regionalismos
En el último cuarto del Siglo XIX comenzó en España el ascenso de movimientos de carácter regionalista o nacionalista. Grupos de intelectuales, políticos y hombres de negocios empezaron a proponer en ciertas regiones españolas, primero en Cataluña, País Vasco y Galicia, pero más adelante en Valencia, Andalucía y Aragón, políticas contrarias al centralismo estatal. Se justifican en la existencia de unas realidades diferenciales: lengua, derechos históricos (fueros), cultura y costumbres propias.
-Nacionalismo catalán
Durante el Siglo XIX el sentimiento nacionalista se reavivó entre una burguésía que estaba protagonizando la revolución industrial.
El regionalismo y el nacionalismo catalán se fueron construyendo en varias etapas:
En la década de 1830, en pleno período ROMántico, se inicia la Renaixença, movimiento intelectual, literario y apolítico, basado en la recuperación de la lengua catalana.
En 1882 el republicano federal Valentí Almirall fundó el Centre Catalá, pidiendo una mayor autonomía.
En 1891, Prat de la Riba, fundó la Uníó Catalanista, partido de ideología conservadora y católica. Esta organización aprobó las denominadas Bases de Manresa, programa en el que se reclama el autogobierno y una división de competencias entre el estado español y la autonomía catalana.
En 1901 nace la Lliga Regionalista, con Francesc Cambó y Prat de la Riba. Se trataba de un partido conservador, católico y burgués con dos objetivos principales: autonomía política para Cataluña y defensa de los intereses económicos de los industriales catalanes.
El nacionalismo catalán se extendíó esencialmente entre la burguésía y el campesinado. Mientras tanto, la clase obrera abrazó mayoritariamente el anarquismo.
– Nacionalismo vasco
El nacionalismo vasco nacíó en la década de 1890. En sus orígenes hay que considerar la reacción ante la pérdida de una parte sustancial de los fueros tras la derrota del carlismo (1876); pero también el desarrollo de una corriente cultural en defensa de la lengua vasca, el euskera, que dio lugar a la creación de un movimiento con un importante componente religioso y de defensa de las tradiciones.
El Partido Nacionalista Vasco (PNV) fue fundado por Sabino Arana en 1895. Nacido en el seno de una familia carlista y ultra-católica, formuló los fundamentos ideológicos del nacionalismo vasco:Independencia de Euskadi y creación de un estado vasco independiente en el que se incluirían siete territorios, cuatro españoles (Vizcaya, Guipúzcoa, Álava, Navarra) y tres franceses (Lapurdi, Benafarroa y Zuberoa).
Radicalismo antiespañol y exaltación de la etnia vasca. Esta actitud racista implicaba la oposición a matrimonios entre vascos y maketos (habitantes del País Vasco procedentes de otras zonas de España), rechazo y desprecio ante estos inmigrantes, en su mayoría obreros industriales.
Integrismo religioso católico: El lema del PNV será “Dios y Leyes Viejas” Este aspecto es un claro elemento de continuidad con el carlismo.
Promoción del idioma y de las tradiciones culturales vascas. Euskaldunización de la sociedad vasca y rechazo de la influencia cultural española, calificada de extranjera y perniciosa.
Se extendíó sobre todo entre la pequeña y media burguésía, y en el mundo rural. La gran burguésía industrial y financiera se distanció del nacionalismo, y el proletariado, procedente de otras regiones españolas, abrazó mayoritariamente el socialismo.
-Regionalismo gallego. El nacionalismo gallego tuvo un desarrollo más lento y un menor arraigo social. A mediados de siglo se dio como un movimiento cultural llamado O Rexurdimento. Durante la Restauración, el galleguismo político se inicia cuando Manuel Murguía funda la Asociación Regionalista Gallega. Pero el regionalismo gallego tuvo menor implantación social que el catalán y vasco.
-Otros regionalismos: andaluz y valenciano, inician su andadura, con un menor peso político y social.
2. El movimiento obrero y campesino
Con la Restauración, las asociaciones obreras pasaron a la clandestinidad hasta la aprobación de la Ley de Asociaciones (1887). El movimiento obrero y campesino estaba escindido en dos corrientes, anarquista y socialista. Desde 1879 nacen organizaciones católicas como el Círculo Católico de Obreros.
Los anarquistas se reorganizaron con la fundación de la Federación de Trabajadores de la Regíón Española-FTRE (1881). Tenían mayor presencia en Cataluña y Andalucía; pero las divisiones internas y la represión les llevó a un activismo sindical, y una minoría se radicalizó (Mano Negra). En las dos últimas décadas de siglo, el anarquismo internacional dio paso a la denominada “propaganda por el hecho” o “acción directa”, que consistía en perpetrar sabotajes, atentados y magnicidios como los que sufrieron el general Martínez Campos (1893), o el asesinato de Cánovas del Castillo (1897).
Los socialistas. En 1879 un pequeño grupo de obreros de Madrid, dirigidos por el tipógrafo Pablo Iglesias, fundó el Partido Socialista Obrero Español (PSOE); y en 1888 la Uníón General de Trabajadores como sindicato del partido, cuyo objetivo era mejorar las condiciones de vida y de trabajo de los obreros mediante la negociación y la huelga. PSOE y UGT fueron hasta comienzos del Siglo XX minoritarios, comparados con los anarquistas. Fueron ganando simpatizantes por su denuncia de la guerra y por su disconformidad con el sistema de redención en metálico del servicio militar. El primer diputado socialista en el Congreso de los Diputados fue Pablo Iglesias, que no fue elegido hasta 1910 a pesar de la existencia del sufragio universal.
1. LaGuerradeCuba
Tras la independencia de la mayor parte de los territorios americanos a principios del Siglo XIX (1824), sólo las islas de Cuba y Puerto Rico, y el archipiélago de las Filipinas, continuaron formando parte del Imperio español.
La Guerra Larga (1868-1878) había sido un primer aviso serio de las aspiraciones independentistas cubanas. Tras la acción militar y la negociación en 1878 se firmó la Paz de Zanjón. En ella se incluía una amplia amnistía política para los disidentes, la abolición de la esclavitud y la promesa de reformas políticas por las que Cuba tendría representación política en las Cortes españolas.
La Guerra Corta (1895-1898)
El retraso e incumplimiento de estas reformas provocaría el inicio de un nuevo
conflicto en 1895. La guerra se desenvolvíó en cuatro etapas:
1) José Martí. La insurrección (Grito de Baire) había sido planificada por el Partido Revolucionario Cubano, fundado por José Martí, que proclamó la libertad de Cuba. Tras su temprana muerte en combate, el mando de la sublevación fue asumido por Antonio Maceo y Máximo Gómez.
2) Martínez Campos. La respuesta española fue tratar de ahogar la sublevación lo antes posible, por temor a posibles repercusiones internacionales y a una probable intervención de los Estados Unidos. Cánovas mandó al general Martínez Campos a solucionar el conflicto mediante la vía diplomática.
3) Weyler. Tras el fracaso de la política diplomática y negociadora, asumíó el mando el general Valeriano Weyler, militar con fama de enérgico. Llevó a cabo una feroz guerra de desgaste basada en la superioridad militar española. Procedíó a concentrar a la población rural en zonas controladas por los españoles y dividíó la isla en compartimentos mediante largas líneas fortificadas, las trochas.
4) La intervención de EE.UU. La opinión pública estadounidense, manipulada por la prensa amarilla y los ideólogos del imperialismo norteamericano, era favorable a la intervención militar en Cuba. EE.UU. Ayudó a los insurrectos caribeños esencialmente por dos razones:
Intereses económicos (mineros y agrícolas). Cuba era la primera productora del mundo de azúcar.
Interés geoestratégico. El naciente imperialismo norteamericano buscaba el dominio del Caribe y Centroamérica.
Los estadounidenses acusaron a España del hundimiento del acorazado Maine, buque de guerra norteamericano fondeado en la Habana, y en Abril de 1898 declararon la guerra a España. La guerra fue muy breve y se decidíó en el mar. Comenzó en Filipinas y siguió posteriormente en Cuba. En Junio los estadounidenses desembarcaron en Guantánamo y aunque las tropas españolas retuvieron su avance, el hundimiento de la flota del almirante Cervera en Santiago de Cuba, sentenció el desarrollo de la contienda.
2. La guerra de Filipinas (1896-1898) y la Paz de París (1898)
Las Filipinas no tuvieron para España la misma importancia que Cuba. La insurrección estalló en Agosto de 1896 y estaba promovida por una organización secreta que pretendía la expulsión de los españoles y la confiscación de las tierras de las órdenes religiosas. Las tropas del general español Polavieja detuvieron y condenaron a muerte al filipino José Rizal. Se llevó a cabo una contundente campaña de represión contra los rebeldes, logrando casi sofocar el levantamiento. Pero entonces estalló la guerra contra los EEUU y la flota española fue derrotada en Cavite y poco después en Manila (Agosto de 1898).
España firmó la Paz de París el 10 de Diciembre de 1898. España cedíó a EEUU la isla de Puerto Rico y Filipinas. Cuba alcanzaba la independencia bajo la “protección” estadounidense. Al año siguiente, por el tratado hispano-alemán, el gobierno español vendía sus últimas islas del Pacífico: las islas Carolinas, las Marianas y las Palaos.
3. Consecuenciasdelacrisis
Desde la perspectiva española, la pérdida de los últimos territorios ultramarinos vino a denominarse el “desastre del 98” y tuvo gran importancia en la conciencia nacional.
En lo económico: Cuba había sido una posesión muy rica con el sistema de plantaciones, especialmente de azúcar, tabaco y café. Pero no se puede hablar de desastre, pues la pérdida de Cuba supuso una importante repatriación de capitales que fueron invertidos en la economía peninsular.
En el plano político e intelectual: La corriente intelectual del regeneracionismo rechazó el sistema político y social de la restauración al considerarlo un lastre para el progreso de España. Así, políticos del régimen como Francisco Silvela, intelectuales como Joaquín Costa… Todos sintieron la derrota como el Desastre del 98. Los autores que componen la generación del 98 (Azorín, Unamuno, Baroja, Maeztu, Ganivet…) partieron de este punto, y su obra trató de realizar propuestas de reforma y modernización en una doble vertiente: política y educativa.
En el ámbito social: la muerte de más de 50.000 soldados españoles provocó una intensa conmoción social. Se incrementó el antimilitarismo popular. El hecho de que el reclutamiento pudiera eludirse pagando dinero aumentó el rechazo al ejército entre las clases populares.
En el ámbito militar: La atención se desvió a otro escenario geográfico, el norte de África.
La derrota de 1898 había puesto de relieve de forma trágica y súbita todas las limitaciones del régimen de la Restauración y su parálisis a la hora de afrontar los problemas sociales y la modernización del país.
1. Industria
España vio cómo la revolución industrial que se había iniciado en Gran Bretaña y se extendía a otras zonas del continente, sólo afectaba de forma muy localizada a Cataluña y País Vasco. Diversos factores explican este retraso:
Escasez de carbón y materias primas.
Atraso tecnológico y dependencia del capital exterior.
Deficiente mercado interior por las dificultades de comunicación y por el bajo poder adquisitivo de gran parte de la población.
La pérdida del mercado colonial y la inestabilidad política, que no ayudaban a recuperar la producción y el mercado nacional.
El proceso de industrialización fue lento, localizado en la periferia: Cataluña, Asturias y País Vasco y vinculado a dos sectores: el textil y la siderurgia.
A/ La industria textil. El desarrollo inicial se interrumpe con la Guerra de la Independencia y la pérdida del mercado americano, pero vuelve a arrancar a partir de 1830 por la protección arancelaria y la aplicación de innovaciones tecnológicas, como máquinas de hilar y telares mecánicos movidos por vapor.
Desde 1860, el alto precio del carbón extranjero encarecía los tejidos y obligaba al aprovechamiento de los saltos de agua de las corrientes de los ríos. Fue así como se instalaron las industrias textiles en las cuencas catalanas del Ter y del Llobregat.
A partir de 1874 se inició una nueva fase expansiva que vino marcada por la mecanización del tejido. Toda esta serie de factores determinó que Barcelona Sabadell y Tarrasa concentrasen casi la totalidad de la industria textil algodonera. La industria lanera de Castilla y la sedera de Valencia y Murcia perdieron importancia.
B/ La industria siderúrgica. Los primeros intentos de crear una siderurgia moderna se desarrollaron a partir de 1826 en Andalucía, en Málaga, aprovechando el hierro de Ojén. Esta primera iniciativa fracasó por el uso de carbones vegetales ante la dificultad de adquirir carbón de coque. A mediados de siglo, los elevados costes de producción, llevaron a la siderúrgica malagueña a la quiebra.
La existencia de yacimientos de hulla en Asturias convirtió a esta regíón en el centro siderúrgico de España entre 1860 y 1880. Sus minas de carbón favorecieron la localización de las siderúrgicas, y a pesar de la escasa calidad y poder calorífico, la producción de hierro crecíó con rapidez.
A partir de 1876, con la llegada de carbón de coque galés a Bilbao, se consolidó la industria siderúrgica. Su mayor poder calorífico y menor precio significó la pérdida de competitividad de las empresas asturianas. En 1882 se creó la Sociedad Anónima Altos Hornos de Bilbao. En 1885 ya se fabricaba acero tras instalarse el convertidor Bessemer y a finales de la década ya se producía acero de gran calidad, para lo que contó con el apoyo financiero del Banco de Bilbao y el Banco de Vizcaya.
En el resto del territorio español, predominan las actividades industriales tradicionales: alimentación, confección, calzado, papelera.
2. Minería
Los recursos del subsuelo habían pertenecido a la Corona hasta que se convirtieron en propiedad del Estado con la aprobación de la Ley de Bases sobre Minas (1868). Los yacimientos mineros fueron explotados por compañías extranjeras, que permitieron modernizar los procedimientos. Los principales metales extraídos fueron el plomo, el cobre y el Mercurio (además del hierro vasco).
La producción de plomo obtenida en España en el último tercio de siglo fue la más importante del mundo.
La explotación del cobre de Huelva estuvo en manos de las compañías británicas y francesas en los ríos Tinto y Odiel, que llegó a suponer las 2/3 partes del cobre mundial hasta los años anteriores a la Primera Guerra Mundial. La demanda de este metal había aumentado enormemente con el desarrollo de la energía eléctrica, ya que el cobre era el conductor de corriente más barato.
La explotación del Mercurio de Almadén cayó en manos de la familia Rothschild a cambio de la concesión de un préstamo al gobierno revolucionario de 1868. Esta empresa explotó los yacimientos en exclusiva durante casi noventa años.
3. Transportes
La expansión del tendido ferroviario fue un factor clave de modernización como en el resto del mundo. La primera línea en la Península fue la construida entre Barcelona y Mataró en 1848. Tras la promulgación de la Ley General de Ferrocarriles en 1855 tuvo lugar un verdadero «boom» del ferrocarril. Se trazaron las grandes líneas gracias al impulso del capital estatal y del capital extranjero.
La crisis financiera internacional de 1866 supuso un periodo de paralización de la construcción. El ferrocarril producía unos beneficios muy pequeños y el valor de las acciones cayó estrepitosamente. Sólo después de 1876 se reanudó su construcción con la participación de las compañías españolas MZA (Madrid-Zaragoza-Alicante) y Norte. Hasta 1896 se había construido una red que superaba los 13.000 km de vías. El ferrocarril consolidó una estructura radial con centro en Madrid, que dificultaba las comunicaciones entre las zonas más industrializadas. Se fijó un ancho de vía mayor que el europeo, que obstaculizó los intercambios con Europa. Se hizo por causas técnicas: la posibilidad de instalar calderas de vapor más grandes para aumentar las potencias de las locomotoras y superar mayores pendientes.
Otros avances importantes vinieron de la mano de la extensión de la navegación a vapor, sobre todo en el País Vasco (Astilleros); la modernización del servicio de correos (introducción del sello en 1850) y el inicio de la telegrafía eléctrica (1854). Por su parte el transporte urbano y de cercanías experimentó un importante avance con la puesta en funcionamiento del tranvía en Madrid (1892). Años más tarde llegarían los autocares. Todos estos medios empleaban fuentes de energía carácterísticas de la segunda revolución industrial, como el petróleo y la electricidad, lo que a la vez estimuló el sector energético.