El PSOE estuvo en el poder durante cuatro legislaturas (1982-1996). En octubre de 1982 el PSOE ganó las elecciones por mayoría absoluta. Felipe González fue nombrado presidente del gobierno y estableció tres ejes de actuación.
Plan de estabilización: con el fin de salir de la crisis económica, el gobierno aplicó un plan de ajuste que, en un principio, provocó el aumento del paro y la reducción de la inversión. Sin embargo, a partir de 1985, la economía empezó a recuperarse.
Reformas políticas y sociales: la reforma de las Fuerzas Armadas pretendió aumentar la operatividad del ejército y acabar con el golpismo. Se aprobaron los últimos estatutos de autonomía, excepto los de Ceuta y Melilla. Se reformó la enseñanza, ampliando la enseñanza obligatoria hasta los 16 años. También se aprobó legislación que establecía un sistema nacional de salud gratuito y de carácter universal. Se reguló la objeción de conciencia del servicio militar y se aprobó la ley de despenalización del aborto.
Política exterior: España firmó su ingreso en la CEE en 1985 y se mantuvo en la estructura política de la OTAN tras el referéndum de 1986.
En 1986 el PSOE volvió a ganar las elecciones por mayoría absoluta. España se benefició de la expansión económica internacional que posibilitó la creación de empleo, la subida de salarios y una política de inversión pública para la modernización de las infraestructuras. Sin embargo, la liberalización del mercado de trabajo provocó la huelga general de 1988.
Entre 1989 y 1993 tuvo lugar la tercera legislatura con el PSOE en el gobierno. Estuvo marcada por las celebraciones del año 1992 (Exposición Internacional de Sevilla y Juegos Olímpicos de Barcelona), que sirvieron para mostrar al exterior la modernización de España. Pero en 1993 comenzó una grave crisis económica mundial, agravada en España por las cuantiosas inversiones en los acontecimientos de 1992. En política exterior España participó en 1991 en la Guerra del Golfo.
El PSOE ganó las elecciones de 1993, pero por mayoría simple. La legislatura estuvo marcada por los casos de corrupción de los máximos responsables del Banco de España y de la Guardia Civil y la guerra sucia contra ETA (caso GAL), en la que se vio implicado el Ministerio del Interior. La oposición y parte de la prensa pedían la dimisión de Felipe González, el cual convocó elecciones anticipadas.
En 1996 el PP gana las elecciones por mayoría simple y José María Aznar se convierte en presidente del gobierno. El giro conservador quedó confirmado con las victorias del PP en las elecciones autonómicas y municipales. En esta primera legislatura del PP (1996-2000) se llevó a cabo una política económica liberal -reducción del gasto público, privatización de empresas públicas y reducción de impuestos-. El resultado fue el crecimiento de la economía, la creación de empleo, la disminución del déficit público, la caída de los precios y el aumento de la renta “per cápita”. España entró en el euro. Otras medidas fueron la supresión del servicio militar obligatorio y la profesionalización de las Fuerzas Armadas. En política exterior España reforzó sus relaciones con Estados Unidos.
En el año 2000 el PP vuelve a ganar las elecciones, esta vez por mayoría absoluta, lo que le permitió gobernar en solitario hasta 2004.
Las dos principales amenazas para la democracia fueron el golpismo y el terrorismo. La extrema derecha intentó crear un clima de inestabilidad que truncara la transición a la democracia (Matanza de Atocha, enero de 1977). Cuando esta estrategia fracasó, buscó acabar con la democracia mediante un golpe de Estado (operación Galaxia, en 1978, que fue descubierta y desmantelada por el gobierno, y sus responsables, detenidos). Y el intento de golpe de estado del 23 de febrero de 1981, durante la investidura como nuevo presidente de Leopoldo Calvo Sotelo. La actitud del rey en defensa de la democracia y la falta de respaldo a los golpistas impidieron que tuviera éxito.
En el aspecto político, el dato más importante es la instauración de la democracia. A pesar de la presión -golpismo, terrorismo y separatismo- España ha conseguido el período más largo de la democracia. Las distintas ideología y posturas políticas se han canalizado dentro de los cauces democráticos.
Durante este período España ha experimentado profundos cambios sociales y económicos: descenso de la natalidad, descenso de la emigración y aumento de la inmigración, incorporación de la mujer al mundo laboral, predominio de la clase media, incorporación masiva a los nuevos usos sociales en la información, ocio y comunicación (Internet), desarrollo del Estado del bienestar y aumento del nivel de riqueza hasta niveles próximos a la media europea, liberalización económica, privatización de empresas y bancos públicos y fin del monopolio de sectores estratégicos, reconversión industrial en sectores tradicionales, terciarización de la actividad productiva y crecimiento de grupos empresariales de proyección mundial.
La democracia trajo consigo el incremento de la oferta cultural. Nunca antes se habían realizado inversiones tan importantes en actividades e infraestructuras culturales.