Impacto de la Desamortización en la España del Siglo XIX
El Reformismo Ilustrado y la Crítica a la Amortización
El Reformismo Ilustrado criticó la amortización de bienes raíces, considerándola la principal causa del estancamiento agrario, tanto en lo técnico como en los sistemas de cultivos, lo que resultaba en un bajo rendimiento productivo. Por ello, propusieron detener o incluso suprimir la amortización. La Desamortización consistió en un proceso de incautación por parte del Estado de los bienes raíces rústicos y urbanos de propiedad colectiva, tanto eclesiástica como civil. Esta medida vino acompañada de la supresión de los señoríos y mayorazgos.
Proyectos Ilustrados y la Desamortización
En el siglo XVIII surgieron varios proyectos ilustrados que buscaban liberar la tierra de manos de los grupos privilegiados y crear nuevas clases sociales propietarias. El más famoso fue el «Informe sobre la Ley Agraria» de Jovellanos, que no prosperó. A partir de entonces, los proyectos se enfocaron en obtener recursos para el Estado. Godoy, en 1798, fue el primero en retomar la idea desamortizadora, vendiendo propiedades de la Iglesia. Esta medida alivió las cuentas del Estado, pero no solucionó los problemas económicos ni financieros.
Las Cortes de Cádiz y el Fin del Feudalismo Agrario
Las Cortes de Cádiz acabaron con el feudalismo agrario y los mayorazgos. Además, decretaron la venta en pública subasta de las tierras comunales de los ayuntamientos. El regreso de Fernando VII puso fin a este proceso, restaurando el Antiguo Régimen.
El Trienio Liberal y la Desamortización de Bienes Monacales
Durante el Trienio Liberal se planteó la desamortización de los bienes monacales, tras la supresión de las mismas. Sin embargo, la intervención de la Santa Alianza paralizó la medida.
La Regencia de María Cristina y las Desamortizaciones de Mendizábal y Madoz
Durante la Regencia de María Cristina se inició la liberación de la propiedad del Antiguo Régimen con las desamortizaciones de Mendizábal (1836-1851) y Madoz (1855-1864).
La Desamortización de Mendizábal
La desamortización de Mendizábal fue la más importante. Su objetivo era financiar la guerra carlista y disminuir la deuda pública. Mendizábal consideró que debía recurrir a nuevas «fuentes» de financiación, que eran los bienes eclesiásticos. Se desarrolló en dos fases: Bienes del Clero Regular durante la Regencia de María Cristina y Bienes del Clero Secular durante la Regencia de Espartero. Se vendieron las 3/5 partes de los bienes de la Iglesia, por un valor de 4.500 millones de reales. Sin embargo, la deuda del Estado ascendía a 14.000 millones, por lo que la situación no mejoró.
Flores Estrada criticó los objetivos, ya que no se buscaba una reforma agraria. Propuso alquileres a largo plazo de tierras de tamaño medio para garantizar rentas continuas para el Estado.
La Desamortización de Madoz
El 1 de mayo de 1855, Pascual Madoz promulgó la Ley de Desamortización General, que puso en venta todos los bienes de propiedad colectiva. Se rebajó la cantidad a depositar en el momento de la adjudicación al 10% del precio y se estableció la obligación de abonar el importe total en metálico. El dinero se destinó a la industrialización.
Consecuencias de la Desamortización
- Hacienda: No se pudo redimir la deuda pública ni se reclutaron los cien mil hombres para finalizar la guerra civil. Sin embargo, durante el reinado de Isabel II, el dinero ingresó lentamente a las arcas del Estado. Los Ayuntamientos recibieron parte de los ingresos para obras públicas.
- Política: Se creó una clase social noble y burguesa, afín al régimen liberal.
- Social: Aumentó el número de jornaleros, lo que incrementó la inestabilidad social. Un amplio sector del campesinado se opuso al liberalismo, y se desmanteló la Iglesia y sus fuentes de ingresos.
- Agricultura: No hubo reforma agraria, se eliminó el dominio sobre los campesinos, se explotaron más tierras y aumentó la producción, pero no la productividad.
- Cultural y Artístico: La desaparición de las órdenes religiosas provocó la destrucción de parte del patrimonio artístico. Muchos conventos se convirtieron en cuarteles, fábricas o edificios públicos, o fueron derribados.
Conclusión
La desamortización no cumplió las expectativas de una reforma agraria profunda. La agricultura siguió siendo un lastre para la economía española y un obstáculo para el desarrollo de otros sectores. La conflictividad social y política generada por el problema agrario marcó el turbulento siglo XX español.