Estado Burgués y Mercado Laboral
Durante el siglo XIX, el Estado, aun con recursos limitados, asumió ciertas obligaciones fundamentales: la defensa militar, el establecimiento de un sistema jurídico y la ejecución de obras públicas ventajosas, aunque estas últimas no siempre estuvieran al alcance económico de los individuos. Entre estas obras, destacaron las destinadas a facilitar el comercio y fomentar la instrucción del pueblo, aunque esta última no llegó a desarrollarse plenamente.
El Estado Mínimo y la Teoría del «Estado Policía»
Se implanta la teoría del «Estado policía«, según la cual el Estado actúa como un lastre para el crecimiento económico, priorizando la iniciativa privada sobre la pública. El Estado no crea ni fomenta escuelas, ve reducidas sus funciones y atiende principalmente los intereses de la burguesía. La legislación social es mínima.
La teoría capitalista promueve la idea de un Estado con funciones muy limitadas. En la práctica, esta limitación se traduce en un Estado que favorece los intereses de la burguesía comercial e industrial.
Existía un escaso número de leyes en el ámbito sociolaboral, ya que políticos y economistas del siglo XIX consideraban que el Estado era ineficiente en materia política y económica.
La riqueza se determina, según la teoría del libre mercado laboral.
Destrucción del Mercado Laboral Preexistente y Abolición de Prácticas «Feudales»
Los parlamentos y gobiernos se enfrentan a la tarea de desmantelar el mercado laboral anterior. Esta labor destructiva se manifiesta en la abolición de prácticas «feudales», como la esclavitud y la servidumbre, consideradas ineficientes por los liberales de la época.
Desaparición de Gremios y Leyes Antigremiales
Otro elemento clave es la ausencia de leyes antigremiales en el contexto de la Revolución Industrial. Los gremios desaparecen con la aparición de la fábrica. En países como España, donde la industrialización es débil y lenta, los gremios persisten, lo que lleva a la promulgación de legislaciones antigremiales para eliminar estas asociaciones obsoletas. Paralelamente, surgen las leyes de cerramientos (enclosure acts) que, al aplicarse, como en Gran Bretaña, generan un excedente de mano de obra al privar a los campesinos de sus tierras y sustento.
Liberalización Económica y Restricción del Asociacionismo
Se liberaliza la economía, pero no la política. Desde el inicio de la Revolución Industrial, existe un gran interés y obsesión por destruir las asociaciones y leyes asociacionistas, debido al temor de que la concentración de obreros pueda generar conflictos como los de la Revolución Francesa. Esto explica la aparición de leyes anti-asociacionistas (anticombination acts).
Las Leyes de Pobres y la Beneficencia
Las instituciones locales (ayuntamientos) desarrollaban programas de protección de los más pobres bajo el concepto de la beneficencia, con ayudas económicas, aunque escasas. Con la Revolución Industrial, estas ayudas dejan de ser bien vistas, especialmente por el utilitarismo, que influye en las leyes de pobres inglesas.
En 1834, se derogan las leyes de pobres, con la idea utilitarista de que, al eliminarlas, se acabaría con la pobreza.
El gobierno no podía permitir la continuidad de un sistema de protección de la pobreza.
Reducción de la Función del Estado en las Relaciones Laborales
El Estado ve reducida su función en materia de relaciones laborales (RRLL), aunque esta no desaparece por completo. Algunas instituciones intentan sustituir lo que se abolía o desaparecía (gremios, leyes de pobres), manteniendo algunas de sus funciones.
Algunos ayuntamientos continúan gestionando escuelas y hospitales, aunque de forma muy limitada. Las organizaciones religiosas también siguen desempeñando sus funciones a pesar de la oposición del Estado. Las organizaciones obreras fuertes comienzan a desarrollar funciones limitadas de protección para sus trabajadores afiliados.
Legislaciones Sociales en Europa
Primera Etapa: Regulación de Abusos
En la primera etapa, el objetivo es reglamentar y poner fin a los abusos más evidentes, como la regulación del trabajo femenino e infantil, la fijación de horarios y la implementación de medidas de seguridad e higiene.
Segunda Etapa: Creación de un Sistema de Protección
A finales del siglo XIX, se inicia una segunda etapa caracterizada por la creación de un dispositivo general de protección para los trabajadores. Hasta la década de 1880, ningún país había implementado seguros sociales públicos (seguridad social). Este sistema se desarrollará a finales del siglo XIX, marcando el inicio de un nuevo sistema de relaciones laborales.