Transformaciones Culturales
A principios del siglo XIX se expandió por toda Europa el Romanticismo, un movimiento artístico y cultural que tenía como principales valores el amor a la libertad y la exaltación del sentimiento subjetivo. Se ensalza la fuerza de la naturaleza y se muestra un gusto por el exotismo y lo desconocido. Reclamaban una libertad artística total y rechazaban las normas del arte clásico vigentes. En lugar de los modelos de la antigüedad, reivindicaron la Edad Media y proclamaron el nacionalismo. En su defensa de las tradiciones y del propio pasado histórico, el Romanticismo conectó con el resurgir de las literaturas catalana, gallega y vasca.
En Cataluña, la Renaixença
Convirtió la lengua en el símbolo más genuino de la patria.
En el País Vasco
Se publican diversas obras de tipo costumbrista o histórico-legendario, que contribuyeron a crear un imaginario histórico y cultural común entre los vascos.
En Galicia
En la segunda mitad del siglo XIX, el Rexurdimento reivindicó la recuperación de la lengua y del pasado histórico.
A partir de 1840, la estética realista toma el relevo. Frente a la idealización y a la evasión del romanticismo, el realismo impuso un espíritu de observación y descripción de la realidad. El realismo respondió al auge de la burguesía; los valores e inquietudes de esta clase social fueron los temas recurrentes de la literatura. El prestigio de la ciencia y de la filosofía positivista va a influir en su desarrollo.
A finales del siglo XIX surge el modernismo, movimiento cultural y artístico de origen europeo. Se pretende crear un estilo nuevo y refinado, que representase los gustos de la burguesía urbana y cosmopolita. Los modernistas rechazaban la vulgaridad del realismo y se inspiraban en el mundo de la fantasía y en la naturaleza.
Simultáneamente al modernismo se produce el impacto de la crisis del 98. Una nueva generación de intelectuales, preocupados por sacar a la luz las causas del Desastre, propugnarán la necesidad de regenerar España. Así nace el regeneracionismo, que intentó buscar una salida a la situación de crisis moral, social y política en que España se hallaba inmersa: Joaquín.
Muy influida por los regeneracionistas, está la generación del 98, formada por un grupo de jóvenes intelectuales y literatos cuya preocupación por definir la identidad española les indujo a promover un gran debate sobre la naturaleza y el Ser de España. Cultivaron el ensayo, la novela, el teatro y la poesía. Coincidían en la denuncia del alejamiento entre la política y la vida real del país, en la búsqueda de unas señas de identidad españolas y en la toma de conciencia del atraso cultural de España.
En paralelo al modernismo y a la generación del 98 desarrolla su obra pictórica Joaquín Sorolla.
Cambio en las Mentalidades
Durante el siglo XIX, continúa el poder y la influencia social de la nobleza y de la Iglesia, pero los nuevos hábitos burgueses y las formas de sociabilidad obreras fueron abriéndose paso y transformaron las tradicionales mentalidades sociales.
Un sector del liberalismo español defendió la conveniencia de poner fin al predominio de la moral católica en todos los ámbitos sociales y laicizar la vida pública. Asimismo, a finales de siglo, una parte de la clase trabajadora empezó a manifestar actitudes anticlericales, asociando la Iglesia con los grupos poderosos que la dominaban.
La burguesía (la nueva categoría social del dinero), que residía esencialmente en las grandes ciudades, deseaba mostrar en público su poder y su riqueza; las formas de ocio y diversiones pasaron a comercializarse. Las élites frecuentaban esencialmente la ópera, teatros… Fue el gran momento de los casinos y círculos de propietarios, donde los notables de un lugar se reunían, tomaban café, discutían de política… A finales de siglo, entre las clases populares urbanas, las corridas de toros eran el espectáculo más popular y frecuentado, pero se extiende la asistencia a las verbenas, bailes, cabarets… Igualmente, entre los trabajadores, la taberna era el centro de reunión. Pero el naciente movimiento obrero comporta la fundación de ateneos obreros, casas del pueblo…
Lo que no cambió fue el papel de la mujer, subordinada a los hombres y privadas de todo derecho jurídico o político.
La Educación
Una España configurada por una sociedad básicamente agraria, comienza el siglo XIX con altas tasas de analfabetismo (94%). La educación es considerada por los liberales como un instrumento para alcanzar el desarrollo y autonomía del hombre, pero es más formal que real, escasas inversiones… A su vez, el mapa educativo español está configurado por una región sur escasamente dotada de escuelas, frente a un norte y a un centro mejor equipados.
Durante este siglo, la libertad de expresión aumentará considerablemente y hacia finales de siglo existe la libertad de cátedra. Este acceso a la educación afectará de forma distinta a las diferentes clases sociales frente al apogeo cultural:
- Las clases populares: en parte aisladas a causa del analfabetismo, pero cuentan con una prensa característica, cierta literatura (y entran las casas del pueblo, ateneos…).
- La burguesía: adopta dos posturas; un grupo elitista, de tendencias racionalistas y liberales; mientras otro grupo adopta un tono populista y democratizante.
- La Iglesia: entra en la educación de las clases medias con instituciones educativas (más de 30000 alumnos a finales de siglo).
Así, el analfabetismo disminuye y España finaliza el siglo con tasas de analfabetismo cercanas al 60%. Ello es obra de las distintas leyes que afectan a la instrucción pública, obra de Pedro José Pidal y Claudio Moyano.
El plan Pidal (1845)
Establece la educación en tres niveles:
- Enseñanza básica a cargo de los maestros que dependen de los Ayuntamientos.
- La enseñanza media pública: se imparte en institutos, uno por provincia, dependiendo del Estado, Ayuntamientos y Diputaciones.
- La enseñanza universitaria: en diez centros, monopolizados por el Estado.
El plan Moyano (1857)
El sistema educativo continúa dividido en tres niveles. Para la enseñanza primaria se establece la gratuidad y la obligatoriedad. Se crean las escuelas universitarias del profesorado (escuelas normales). Bajo este plan de enseñanza se introduce en España el pensamiento Krausista, de base racionalista y liberal, y durante la Restauración varios de sus representantes (Giner de los Ríos, Salmerón, Azcárate) fundan la Institución Libre de Enseñanza (I.L.E).
En el último tercio del siglo entrará en España el Krausismo que reivindica una concepción racionalista y liberal y defiende los principios del libre pensamiento y de actitud ética y moral.
La influencia del krausismo llevó a los intelectuales más progresistas a posiciones críticas frente a corrupción del sistema político, el tradicionalismo de la sociedad española y su atraso cultural y científico.
La Institución Libre de Enseñanza ( ILE ) nace en 1876 como reacción a las medidas de control sobre el pensamiento crítico que realiza el primer Gobierno de Cánovas. La ILE pretende llevar a cabo una renovación de la enseñanza secundaria y universitaria basada en los nuevos métodos pedagógicos europeos avanzados. Se emprende una educación integral y activa, de naturaleza laica y científica, que desarrolle las capacidades naturales de cada individuo. Dentro de este proyecto se encuentran Joaquín Costa, Laureano Figuerola, Nicolás Salmerón, Eugenio Montero Ríos y con figuras que se adhieren a él como Francisco Pi y Margall, Juan Valera o José de Echegaray. Todos ellos representan el pensamiento crítico de fin de siglo y el núcleo originario de un ideario liberal que tiene una gran influencia entre la intelectualidad burguesa radical de las siguientes generaciones ( en ella se educarán Cossio, Azcárate, Fernando de los Ríos o Manuel Azaña)La ILE, que empieza su andadura en Madrid en la enseñanza secundaria, amplía pronto su actividad a la enseñanza primaria y se crean nuevos centros en Bilbao, Sabadell y Barcelona. Sirve de inspiración para las nuevas instituciones, como la Junta para la Ampliación de Estudios (Gobierno: presidida por Ramón y Cajal ) y la Residencia de Estudiantes. La polémica de la ciencia española. Presenta un enorme retraso respecto al entorno europeo, a pesar de figuras aisladas de gran importancia (Ramón y Cajal). Asistiremos a un intenso conflicto ideológico entre religión y ciencia. Por una parte, el pensamiento católico, representado por Marcelino Menéndez y Pelayo, se oponía a las nuevas corrientes filosóficas y científicas de tipo positivista o evolucionista; por el contrario la corriente liberal y laica que se reclama heredera del racionalismo y defiende la secularización de la sociedad y la vinculación a Europa. LA PRENSALos diferentes medios de prensa, en el siglo XIX, responden a adscripciones ideológicas, es más, muchos de ellos son, órganos de expresión de los partidos políticos o de las corrientes ideológicas de la sociedad española. En el siglo XIX y con la libertad de imprenta es cuando se estimuló el desarrollo de la prensa, que se convirtió en el principal órgano de expresión de las diversas corrientes políticas. La mejora de los medios técnicos favoreció la expansión de la prensa escrita, que se evidenció en el incremento de la tirada del número de ejemplares. Surgió así una prensa de masas, que se convirtió en un instrumento clave de relación entre los ciudadanos y el poder; a través de la prensa se creaban los estados de opinión, se difundían argumentos críticos y se favorecía la progresiva formación de una opinión pública independiente que pasó a ser cada vez más influyente. Este proceso es inseparable de la aparición de una figura esencial: la del intelectual que desde la prensa va a influir en la opinión de la sociedad.Se inician en el reinado de Fernando VII (aunque hay algún diario ya el siglo XVIII) y se van consolidando a lo largo del siglo. Con Isabel II destacan: El Liberal El Guardia Nacional El Eco de la clase obrera ( primer periódico obrero:1855)El Cohete (que se define como periódico revolucionario: Ya en el Sexenio)Con la Restauración : La Emancipación (socialista)El Socialista (semanario)La Emancipación Española y Americana.Diario de BarcelonaLa Vanguardia y la Veu de Catalunya (en catalán)Prensa humorística y satíricaEl régimen de libertades inaugurado por la revolución de 1868 propició un extraordinario florecimiento de una prensa con alto contenido satírico, que se expresaba, sobre todo en los semanarios humorísticos. Este tipo de publicaciones, que han legado algunas de las más inteligentes, claras y críticas visiones de la política del siglo XIX.La prensa humorística tiene una de sus piezas claves en la caricatura y la historieta críticas, realizadas con humor agudo y sátira demoledora. Estos medios consiguieron llegar a los lectores de forma clara y amena, y expresaron sus mensajes de forma sencilla para un público escasamente ilustrado que entendiera mucho mejor un dibujo o una caricatura que densos artículos políticos. Ejs.: La Carcajada, La Esquella de la Torratxa, La Flaca, La Campana de Gracia, La Madeja, El Loro, El Quijote, La Tribuna, Cu-Cut,…..