Transformaciones Económicas y Sociales en España del Siglo XIX: Industrialización, Desamortización y Movimiento Obrero

Transformaciones Económicas y Cambios Sociales en el Siglo XIX

Introducción

El proceso inglés de Revolución Industrial se toma como modelo original. La agricultura adquiere gran importancia debido a grandes reformas que finalizan con la agricultura tradicional y la sociedad feudal. En el caso español, la burguesía liberal y la aristocracia latifundista pactan, con la monarquía como árbitro. Las consecuencias son el desfase español respecto a Europa, debido a una economía carente de equilibrio y el fracaso de la Revolución Industrial hasta bien entrado el siglo XIX.

La Desamortización

Una desamortización es una incautación estatal de bienes raíces de propiedad colectiva, eclesiástica o civil, que se nacionalizan y se venden en subasta, pasando a ser propiedad privada, con plena libertad de uso y disposición. En 1833, tras la muerte de Fernando VII, se inicia el proceso de desamortización por la necesidad de ingresos del Estado debido a la guerra carlista, el clima anticlerical y la presión de hombres ricos con capacidad de compra. En febrero de 1836 se produce la desamortización de Mendizábal, en la cual se venden todos los bienes del clero regular para pagar la deuda pública, pretendiendo sanear la Hacienda Pública. El proceso se aceleró en 1838 y, sobre todo, en 1840, tras la victoria sobre los carlistas. En 1841, con Espartero, se incluyen también los bienes del clero secular en la venta, proceso que se frena en 1844 con el retorno de los moderados. El resultado es que los propietarios y los inversores burgueses acaparan todas las compras, de las cuales solo se abonaba el 20% y el resto en pago aplazado. Este resultado fue nefasto para el Estado. Las consecuencias fueron el desmantelamiento casi completo de la propiedad de la Iglesia y de sus fuentes de riqueza. Se atenuó el problema de la deuda, pero no se resolvió. Durante el Bienio Progresista (1854-1856), por medio de la Ley Madoz, se estableció la venta en subasta pública de toda clase de propiedades rústicas y urbanas pertenecientes al Estado, a la Iglesia y, en general, todos los bienes que permanecieran sin explotar. Fue un intento de completar el proceso anterior, en el cual se obtiene el doble de dinero que la vez anterior. Las consecuencias fueron la ruptura con la Santa Sede, el beneficio de la burguesía y una alianza entre la aristocracia feudal y la burguesía urbana.

III. Industrialización y Modernización de las Infraestructuras

La industria tenía el mismo retraso que la agricultura a mediados de siglo:

  1. Ausencia de mercado interior, debido al bajo nivel de vida de la población española.
  2. La mano de obra sobrante en el campo no podía ocuparse de la industria porque no había demanda.
  3. Ausencia de infraestructuras de transporte, lo que encarecía demasiado el producto.
  4. Política proteccionista, que a la larga propició la falta de competitividad y de mejora técnica.

En el sector textil catalán, entre los años 30 y 60 se producen innovaciones técnicas que benefician al sector. Lo negativo es el empleo de mujeres y niños en pésimas condiciones. Otro elemento importante para el desarrollo es la concentración fabril. El proteccionismo supuso un apoyo, ya que se realizaron inversiones y mejoras técnicas. Durante la guerra de sucesión se produce la quiebra de muchas fábricas, aunque sigue siendo una industria en auge. La siderurgia: se desarrolla menos que la textil, ya que falta un proceso de mecanización. El carbón nacional era de mala calidad, escaso y de alto coste de explotación, lo que propiciaba el aumento del precio del hierro. Minería: gran falta de planificación, de recursos técnicos y problemas de financiación nacional. Otras industrias de consumo: como la harinera, aceitunera, de calzado, cerámica, etc., crecerán a lo largo del siglo, aunque su producción es baja. El auge del ferrocarril: se produce a partir de los años 50 con la Ley General de Ferrocarriles, que establecía condiciones favorables para su construcción y garantizaba inversiones extranjeras. En 1866, la crisis paraliza la construcción hasta 1876.

IV. Crecimiento Demográfico y Cambio Social. El Movimiento Obrero

Entre el segundo y tercer tercio de siglo se produce un gran crecimiento demográfico. Crecen las regiones litorales e industriales como Cataluña y País Vasco, y menos las interiores y agrarias, las dos Castillas y Extremadura. Se produce un éxodo rural a pesar de guerras, epidemias, enfermedades, etc. La sociedad industrial supuso la aparición de nuevos grupos, caracterizados por la movilidad. La fortuna decidía el nivel social del individuo. Se caracterizan por:

Monopolizan los cargos del palacio real y se les conceden muchos títulos. Se casan con burgueses y comerciantes ricos. En lo económico, entran en el consejo de administración de muchas empresas. En lo social, la burguesía imitó los hábitos de los nobles. A partir de 1868 aparecerán en España huelgas y protestas por todo el país, sobre todo de jornaleros andaluces, reivindicando mejoras en los salarios y en los puestos de trabajo. En conjunto, el Sexenio significó una etapa de clara toma de conciencia política y organizativa para el movimiento obrero español a través de su adscripción a la Internacional. Trajo consigo la introducción del anarquismo y del marxismo y su implantación en regiones españolas.

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