Desde un punto de vista social, este siglo viene determinado por la Revolución Industrial, el incremento del proletariado y las nuevas doctrinas sociales. En España, el desarrollo político-social está hipotecado por las secuelas de la Guerra de la Independencia. En el área de la agricultura, dos desamortizaciones van a ser protagonistas del mayor movimiento de la propiedad efectuado en España. La industria española apenas despega de sus focos tradicionales. El desarrollo de los ferrocarriles está determinado por la falta de fluidez de las arcas del Estado. En el terreno educativo, dos grandes iniciativas, el Plan Pidal y la Ley Moyano, generan las bases de una reorganización general de la enseñanza; la acción educativa durante el siglo logra disminuir el número de analfabetos.

La Población de España en el Siglo XIX

La desamortización, la rotura de nuevas tierras, la mejora en la alimentación y la desaparición de las enfermedades tradicionales producen una recuperación económica y demográfica a partir de 1840. No obstante, el crecimiento de la población no es más notable como consecuencia de las altas tasas de mortalidad, el rebrote del cólera y el alto porcentaje de la población religiosa. Las ciudades en este periodo se van consolidando como núcleos de atracción de la población.

Tasas de Natalidad y Mortalidad

En este periodo de la Restauración, la población española se incrementa. El índice de natalidad sigue siendo alto, llegando al 33%, en tanto que el índice de mortalidad alcanza un máximo del 37% en 1885, año de la epidemia del cólera. Las causas de esta fuerte mortalidad, que condiciona el crecimiento vegetativo, se pueden atribuir a una escasa asistencia sanitaria.

Grupos Sociales

– La Nobleza

A lo largo del siglo XIX, la nobleza se reduce, pese al otorgamiento de títulos a hombres que proceden del mundo de los negocios. Sus rentas son las más altas hasta mediados del siglo. La nobleza suele ser rentista y absentista. Los beneficios obtenidos de las tierras se transfieren a los negocios especulativos, lo que acentúa cada vez más los desequilibrios entre los territorios de donde proceden estas rentas y las regiones en las que se invierten.

– La Burguesía

El origen de la riqueza de la burguesía es variado: posesión de tierras, comercio mayorista, acumulación de capital efectuada en las Indias. Su actividad más clara son los negocios. La burguesía se instala en los tradicionales puertos de Barcelona, Sevilla, Valencia, Cádiz o Santander, o en los nuevos puertos francos de Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas.

– Las Clases Medias

Se definen como los grupos sociales que tienen medios de trabajo manual propio, y aquellos que cuentan con formación intelectual y desarrollan su actividad en la prestación de servicios de carácter burocrático, en la enseñanza o en las profesiones liberales. Las clases medias rurales están representadas por pequeños propietarios que trabajan ellos mismos sus campos.

– Las Clases Bajas

Las clases bajas urbanas se identifican con los servicios domésticos, generalmente mujeres. Este grupo social incluye también el artesanado, que va camino de la proletarización. En el medio rural, el proletariado agrícola crece por efecto de las desamortizaciones.

La Economía

– Agricultura

Durante los primeros sesenta años del siglo se aplica el programa político liberal para el campo español, que tiene como metas fundamentales la reorganización de la propiedad agraria y la liberalización del suelo y de la mano de obra. Sus características son: la desamortización eclesiástica y civil, la libertad de salarios y contratación, además del fin de los gremios, el cercamiento de las propiedades, la libertad de arrendamiento, el descenso del cultivo de trigo, el aumento de la exportación de vino, etc.

– Estructura de la Propiedad y Desamortización

La desamortización de los bienes eclesiásticos efectuada por Mendizábal es criticada por economistas de la época, que advierten de las consecuencias sociales de la misma. La más visible es la proletarización de numerosos campesinos. Frente a la medida desamortizadora de Mendizábal, se alzan otros planteamientos, como el de Flores Estrada, economista y antiguo miembro de la Junta Provincial de Asturias, que aboga por el reparto de tierras a los campesinos. La desamortización de Madoz, conocida como civil, busca la financiación del plan de ferrocarriles y la reducción de la deuda pública.

– La Industria y la Minería

La industria algodonera catalana va triplicando su producción, a pesar de que sus fuentes de energía se limitan al agua y a la tracción animal. En la década siguiente empieza a utilizarse el vapor, aunque el proceso de transformación se paraliza por la falta de capitales y por la destrucción de máquinas llevada a cabo por los luditas. Hacia 1860 se establecen en Asturias y en el País Vasco núcleos siderometalúrgicos importantes, que se amplían a la industria naval y posteriormente al ferrocarril.

La Industria y Minería en la Restauración

Durante la Restauración se produce una coyuntura económica favorable. No obstante, este desarrollo económico tiene lugar de una forma poco coordinada, que acentúa los desequilibrios entre las distintas regiones.

– La Zona Cantábrica

La fachada cantábrica conoce un considerable desarrollo económico. Las causas se encuentran en la creación de un importante núcleo siderúrgico en el País Vasco. La alta capacidad de explotación determina un flujo de dinero que constituye la base del capitalismo financiero vasco.

– La Zona Catalana

Cataluña es foco de una importante actividad textil, aunque sufre dificultades debido a la competencia extranjera.

– Otras Zonas

Las Islas Canarias alcanzan una notable actividad comercial, apoyada en la existencia de puertos francos; el puerto de La Luz, en Gran Canaria, y el de Santa Cruz, en Tenerife, ponen en marcha la industria azucarera a partir de la transformación de la remolacha.

– El Ferrocarril

Las importantes inversiones que se precisan para su constitución y la falta de recursos propios facilitan la llegada de capitales extranjeros. Solamente en el País Vasco y Cataluña, la burguesía local realiza inversiones para la creación de una infraestructura comercial de vías.

2ª Fase: Planes de Ferrocarriles. La Ley de Ferrocarriles (1853)

Aporta algunos beneficios importantes. Representa un modelo radial, donde Madrid es el centro y las diversas capitales de provincias son los puntos de enlace. Se implanta un ancho de vía exclusivo para evitar posibles invasiones por tierra. Revolución en el transporte de mercancías: posibilita el transporte de productos perecederos y la conexión entre mercados locales.

Durante la Restauración

La red ferroviaria se extiende, se triplica el número de toneladas de mercancía y el de viajeros transportados.

Educación

España continúa encontrándose en un marco cultural bastante atrasado comparado con otros países europeos. Pero surgen dos iniciativas que pretenden reorganizar la enseñanza y las leyes de educación para hacer frente a las demandas laborales y de transformación pedidas por el pueblo.

El Plan Pidal

Establece 3 grados de enseñanza:

• Nivel básico: a cargo de maestros y que dependen de los ayuntamientos. Tienen salarios irregulares y bajos, por lo que deben realizar otros trabajos y disminuye su calidad como docentes.
• Nivel medio: impartido en institutos y dependen del Estado, ayuntamientos y diputaciones.
• Nivel superior: solo hay diez universidades y escuelas especiales como la de Minas o Bellas Artes.

La Ley Moyano (1857)

La Ley de Instrucción Pública establece que el Estado debe intervenir en la enseñanza. Continúa la división en tres niveles del sistema educativo.

• Nivel básico (primaria): es gratuito y obligatorio.
• Nivel medio: alumnos repartidos en institutos, seminarios y colegios privados.
• Nivel superior: se crean escuelas universitarias de profesorado.

Introducción del pensamiento krausista, de base social y liberal, que supone la reflexión del pensamiento español. Sus representantes fundaron la (ILE) en 1876.