Transformaciones Institucionales y Políticas en la España de Franco

Fundamentos Políticos y Transformaciones Institucionales

Franco toleró solo las actividades del nuevo Movimiento Nacional protagonizado por la Falange. Los partidos no existían y Franco no permitió que esta organización obtuviera demasiado poder. Los Estatutos de la Falange daban la Presidencia de la Junta Política y la Secretaría General a Franco. Posteriormente, un decreto le daba también la potestad legislativa. El régimen careció de Constitución. No obstante, se dotó de siete Leyes Fundamentales que permitieron su institucionalización:

  • Fuero del Trabajo (1938): prohibía el sindicalismo de clase y autorizaba como única sindicación la de la Organización Sindical de Falange.
  • Ley Constitutiva de Cortes (julio de 1942): establecía unas Cortes unicamerales elegidas por sufragio indirecto por las Corporaciones y Franco, con la única competencia de deliberar sobre las leyes presentadas por el dictador y, posteriormente, aprobarlas por mayoría.
  • Fuero de los Españoles (julio de 1945): especie de declaración de derechos y deberes de los ciudadanos.
  • Ley de Referéndum Nacional (octubre de 1945): permitía la convocatoria de plebiscitos para que el pueblo aprobara directamente una ley.
  • Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado (julio de 1946): definía al régimen como un reino y autorizaba a Franco a designar a su sucesor.
  • Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958): regulaba todas las tendencias políticas.
  • Ley Orgánica del Estado (1967): establecía de forma definitiva las funciones y organización de las instituciones del estado, otorgando a la Jefatura del Estado un poder omnímodo.

En 1969, Franco designaba a Juan Carlos, hijo del heredero legítimo, D. Juan y nieto del último Alfonso XIII, su sucesor con el título de Rey.

Evolución Política del Régimen

Hasta el verano de 1942, la actitud del Gobierno español fue de apoyo a las potencias del Eje Roma-Berlín-Tokio. Esto se apreció en tres acontecimientos:

  • La adhesión formal del gobierno del bando nacional a dicho Eje nada más producirse la victoria final de Franco.
  • La entrevista Franco-Hitler en Hendaya (Francia) en octubre de 1940.
  • La unidad de voluntarios llamada División Azul, que partió para el frente ruso cuando Hitler invadió la Unión Soviética.

A partir del verano del 42, cuando se iniciaron las derrotas alemanas, España inició un tímido viraje hacia los aliados, sustituyendo a Serrano Súñer en el ministerio de Exteriores, eliminando los alardes fascistas y permitiendo incluso, al final de la contienda, que aviones aliados utilizaran los aeródromos españoles. Los años que van de 1945 a 1948 son los más graves para el régimen. Esta oposición se materializó en dos aspectos: negativa a que entrara en la ONU y los años de mayor penuria económica para la población. Sin embargo, los gobiernos de las democracias occidentales valoraban más el anticomunismo de Franco que su poder dictatorial. A finales de 1950, la ONU levanta su veto al franquismo y Estados Unidos concede su primer crédito al régimen. 1953 fue el año clave en el reconocimiento internacional de la dictadura con la firma de dos acuerdos fundamentales: el Concordato con la Santa Sede y los Acuerdos de Cooperación con Estados Unidos.

La expansión económica de los 60 permitió la definitiva modernización económica y social de España. No obstante, el carácter represor del régimen se mantuvo hasta el final.

La Autarquía Económica

La política económica española de los años cuarenta y cincuenta estuvo condicionada por la situación interior y por las circunstancias exteriores: la larga guerra civil y el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Todos estos factores, más el optimismo oficial que aspiraba a conseguir la autosuficiencia del país en tan solo cuatro años mediante el intervencionismo estatal en todos los aspectos de la economía, condujeron a tener que adoptar un sistema de racionamiento que duró hasta 1952. Esta medida propició la aparición de prácticas fraudulentas y un mercado negro (el estraperlo). Terminado el boicot internacional, la economía española se abrió al exterior, el desabastecimiento cesó, pero resultaba inaplazable un reajuste de la economía.

Plan de Estabilización de 1959

En 1957, una nueva “familia” adepta al régimen entró en el Gobierno: el Opus Dei, ocupando las carteras claves de Hacienda y Comercio. Lejos de los rígidos principios económicos de la Falange, por esto se les llamó tecnócratas. Idearon el Plan de Estabilización Económica de 1959 con tres fines:

  • Estabilidad de los precios.
  • Flexibilización de la actividad económica nacional.
  • Liberalización de las relaciones económicas con el exterior.

Para conseguirlos, el Plan incluía medidas de ajuste. Los resultados inmediatos fueron traumáticos: disminución de los salarios reales, aumento de los precios, quiebra de las empresas no rentables y aumento del paro. No hubo huelgas, sino el inicio de una emigración imparable hacia Europa que se mantendría durante toda la década siguiente.

Los Planes de Desarrollo

Los Planes de Desarrollo fueron tres cuatrienales entre 1964 y 1975. Uno de los aspectos más destacables fue la creación de los llamados “Polos de Desarrollo”: concesión de importantes beneficios a las empresas que se ubicasen en zonas atrasadas pero con posibilidades económicas. Así, entre 1964 y 1972 se crearon 12: La Coruña, Vigo, Villagarcía de Arosa, Oviedo, Logroño, Zaragoza, Burgos, Valladolid, Huelva, Córdoba, Sevilla y Granada.

Milagro Económico Español y sus Deficiencias

La economía española experimentó entre 1960 y 1973 un crecimiento acelerado. El sector que más se desarrolló fue el secundario. El terciario también progresó, sobre todo el subsector turístico. La agricultura mejoró notablemente sus rendimientos mediante la incorporación de maquinaria y fertilizantes. Los puntos negros de este “boom” económico acelerado fueron tres:

  • Reforzamiento de las desigualdades regionales.
  • El empleo no creció.
  • La emigración al exterior se mantuvo.

Por último, tampoco la balanza comercial mejoró. La balanza de pagos solo se pudo equilibrar con tres fuentes esenciales: inversión de capitales extranjeros en España, recepción de divisas enviadas por los emigrantes y entrada de divisas dejadas por los turistas.

Cambios Sociales: Mentalidad de Posguerra y Nueva Mentalidad

Los valores de aquella sociedad fueron los de los vencedores. Ejército, Iglesia y Falange trataron de imponer una concepción de la vida basada en la intolerancia religiosa, la disciplina militar y la virilidad. La nueva mentalidad estuvo determinada por el desarrollismo de los 60, que aceleró los movimientos migratorios. Más de un millón y medio de españoles marcharon a Francia, Alemania y Suiza, países en los que su crecimiento económico demandaba mano de obra. Esta salida evitó el incremento de población en paro, potencialmente conflictiva.

La modificación de la estructura ocupacional de la población, por primera vez en la historia, fue mayor en la industria y en los servicios que en la agricultura, lo que provocó importantes cambios sociales y culturales:

  • El crecimiento de la clase media que pasó a ser la predominante.
  • La aparición y generalización de hábitos de vida propios de una sociedad de consumo.
  • Una mejora sensible de la calidad de vida.

El mismo régimen, mediante la propaganda oficial, incentivaba estos cambios con la esperanza frustrada de aparentar modernidad y lograr una adhesión a la CEE que nunca logró, precisamente porque la apertura cultural y económica no vino acompañada de una democracia política.

Conclusión

La España de Franco fue siempre un régimen totalitario y personalista, pero supo camuflarse en las circunstancias históricas de cada momento. La declaración de la Guerra Fría entre los países capitalistas y comunistas y el claro alineamiento de Franco con los primeros le abrieron las puertas del mundo occidental, sobre todo de Estados Unidos. Sin variar los principios políticos ni la estructura de poder, el régimen intentó adaptarse a los cambios de nuestro entorno. La contradicción entre la cerrazón política y una economía y sociedad pujantes que se iban modernizando, llevaron a la dictadura a un callejón sin salida que solo permitía su evolución hacia la democracia. Aun así, el régimen solo murió realmente con la desaparición física del dictador y la transición hacia la democracia.

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