Las transformaciones sociales:
a) La evolución demográfica
La población creció debido a las mejoras en la alimentación y en la sanidad, y con ello baja la tasa de mortalidad, siendo una de las más bajas de Europa. Subió la natalidad bastante y, para poder atender todas las necesidades de una población en aumento, el gobierno, en vez de aumentar el gasto público, no lo hizo, y esto llevó a los servicios públicos a ser muy escasos. El crecimiento de la población provocó escasez de viviendas.
Hubo una masiva emigración rural hacia las grandes ciudades y a Europa occidental. Las migraciones interiores en la década de los 70 fueron impresionantes y, al ser tan alta, tuvo dos consecuencias de gran importancia:
- 1º Al crecer tanto las grandes ciudades, originó en sus áreas metropolitanas las ciudades dormitorio, carentes de infraestructuras adecuadas y de servicios básicos.
- 2º Aparecieron dos realidades opuestas: por un lado, una España que tiende hacia la congestión y, por otro, hacia la despoblación.
b) La modernización de la estructura social
El paso de una sociedad agraria a otra industrial y de servicios, en la que al mismo tiempo se había creado un enriquecimiento general y también una notable desigualdad, se basaba en una estructura social mucho más dinámica que la de la anterior etapa. El desarrollo económico produjo importantes cambios en la estratificación social.
En las clases altas, pierden protagonismo los grandes propietarios agrarios, ganándose la alta burguesía industrial y financiera. Las clases medias son las que tienen mayores cambios, ya que aparecen unas nuevas clases medias formadas por funcionarios, obreros muy preparados, que van a repercutir tanto en calidad como en cantidad. En las clases bajas también se producen dos fenómenos importantes: por un lado, la pérdida del protagonismo campesino y, por otro lado, el gran crecimiento de la clase obrera.
c) La sociedad de consumo
El aumento de la renta per cápita y de los salarios repercutió en una elevación del nivel de vida de la población, con cambios importantes en las formas de consumo. Esta sociedad de consumo trajo, sobre todo entre los más jóvenes, una mentalidad muy distinta a la de entonces, nuevas formas de relación social y nuevas formas de relación entre ambos sexos.
d) El influjo de Europa en la nueva mentalidad de los españoles
Se fueron imponiendo nuevos gustos, modas y costumbres procedentes de Europa. Europa se convierte en un modelo de libertad en lo político y en las formas de vida, que los españoles aspiraban a alcanzar. El resultado de todo ello fue el surgimiento de una nueva mentalidad opuesta a la autoritaria y conservadora.
e) La relajación del régimen y las mejoras sociales
A partir de los años sesenta, el gobierno quiso dar muestras de cierta apertura y flexibilización. Se creó la Seguridad Social, pretendiendo incorporar a la totalidad de la población activa en ella, distinguiendo dos regímenes: el general y varios especiales. Además, se habían eliminado los tribunales militares, siendo sustituidos por un tribunal de orden público. Pero, a partir de 1969, el franquismo entra en crisis y el régimen reacciona volviendo a utilizar de nuevo la represión e intentando dejar atado una dictadura continuista con rey como forma política, una vez que Franco muriera.
Las oposiciones al sistema.
Las características y el tono general de la oposición al franquismo van a ir cambiando a lo largo de los cerca de cuarenta años que dura el régimen. En un primer momento, el protagonismo va a recaer en la oposición exterior, no obstante, la oposición va a presentar algunas características invariables a lo largo del periodo.
— 1939 a 1951: MAQUIS Y GOBIERNO EN EL EXILIO
La oposición interna la protagonizaron los maquis, mientras que en el exilio, en agosto de 1945, se nombra en México un nuevo gobierno republicano. Pero pronto surgieron divisiones internas; el tema central de discusión era si la oposición al general Franco debía plantearse desde unas premisas estrictamente republicanas o no. La estrategia del PSOE llegaba a contemplar la posibilidad de una colaboración con los monárquicos, como querían las potencias democráticas.
— 1951-1962: INICIO DE GRANDES CAMBIOS EN LA POBLACIÓN
El año de 1956 se considera como el punto de inflexión en la oposición al régimen. A partir de ese momento, se evoluciona hacia formas más sociales. En 1956 ocurren disturbios y manifestaciones en el mundo universitario. El movimiento obrero expresará su disconformidad con el régimen por medio de la actividad huelguística. En el País Vasco apareció ya en estas fechas una actitud contestataria en el clero y el nacionalismo se radicalizó profundamente. En 1959 nace ETA; la novedad más importante fue la aparición de nuevos grupos como consecuencia de los sucesos universitarios de 1956, empezando a ganar protagonismo la oposición interior de carácter social y perdiéndolo los partidos políticos, sobre todo, la oposición en el exilio.
— 1962-1975: LA CONSOLIDACIÓN DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES COMO PRINCIPALES OPOSITORES AL FRANQUISMO
Durante la década de 1960 y la primera mitad de la de 1970, la oposición se fue fortaleciendo y las críticas al régimen se extendieron a toda la sociedad, abarcando distintos frentes opositores:
- La conspiración monárquica
- La actuación del movimiento obrero
- En esta segunda fase, marcada también por las acciones terroristas del FRAP y de ETA.
- También nació la oposición en el sector de la Iglesia.
- Fue también durante esta época cuando el PCE y, en menor medida, el PSOE, a pesar del escaso número de militantes reales, se configuraron como partidos más importantes de la clandestinidad.