Transición Democrática en España: Gobiernos y Desafíos (1979-1996)

Los Gobiernos de la Democracia en España (1979-1996)

Introducción

Tras la redacción de la Constitución de 1978, España abandona el franquismo y comienza a funcionar con un sistema democrático que llevará al poder sucesivamente a tres partidos: la U.C.D., el P.S.O.E. y el P.P., entre 1979 y 2004.

1. Gobiernos de la U.C.D. (1979-1982)

1.1. El gobierno de Adolfo Suárez (1979-81)

Cuando las Cortes fueron disueltas, se convocaron nuevas elecciones generales para el 1 de marzo de 1979 para constituir un parlamento ordinario de acuerdo con la constitución recién aprobada.

Las urnas volvieron a dar la victoria a la U.C.D., seguida por el Partido Socialista. A distancia se situaban el Partido Comunista y la Coalición Democrática.

Nueve formaciones regionalistas, encabezadas por CiU, con ocho escaños, entraron en el Congreso. Suárez procedió a la formación de un nuevo Gobierno.

Del espíritu de consenso de la etapa anterior se pasó al de confrontación. Los dos principales partidos de izquierda realizaron una dura oposición. Se recrudecieron los actos terroristas, y las presiones involucionistas añadieron dificultades a las negociaciones de los Estatutos de Autonomía. En Cataluña se restableció la Generalitat. Josep Tarradellas, que era presidente en el exilio, fue confirmado en su cargo. En el País Vasco, el primer lehendakari, provisional, fue Ramón Rubial, líder del partido. En 1979, Cataluña y el País Vasco vieron redactados y aprobados sus estatutos de autonomía de acuerdo con la Constitución.

En abril de 1979 se convocaron las primeras elecciones municipales democráticas. En la mayoría de las grandes ciudades, el triunfo fue para la coalición de izquierda (el PSOE y el PCE se presentaron coaligados), lo que supuso un revés para el Gobierno, al que siguieron otros.

Los problemas principales de Suárez venían del interior de su propio partido. La U.C.D. era una coalición muy poco cohesionada, donde cada líder de un sector intentaba hacer valer sus ideas y donde los enfrentamientos eran frecuentes.

En marzo de 1980 se celebraron las primeras elecciones autonómicas en ambas comunidades, que dieron el triunfo a los nacionalistas en los dos casos: Convergencia i Unió (CiU), con Jordi Pujol a la cabeza en Cataluña, y el Partido Nacionalista Vasco (P.N.V.) en el País Vasco. Estos resultados no hicieron sino incrementar las tensiones en el interior de la U.C.D.

La oposición crecía y en mayo de 1980 Felipe González presentó una moción de censura contra el gobierno de Suárez. Aunque venció el presidente, la figura del líder de la oposición salió reforzada.

Suárez dimitió el día 29 de enero de 1981. El rey designó a Leopoldo Calvo Sotelo como candidato a la presidencia. La segunda ronda para su investidura como presidente del Gobierno quedó fijada para el día 23 de febrero.

1.2. El golpe de Estado del 23 de febrero de 1981

Los ánimos en un ejército, donde la mayoría de sus mandos era de formación franquista, eran tensos. Esa tensión aumentaba ante la escalada terrorista de ETA y la aprobación de los estatutos de autonomía del País Vasco y Cataluña, percibidos como una amenaza contra la unidad de la patria. La ultraderecha, varios sectores militares y grupos reaccionarios pedían abiertamente una insurrección. El momento propicio se presentó el día en el que Leopoldo Calvo Sotelo iba a ser investido presidente. Dirigieron el pronunciamiento: el teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero; el teniente general Milans del Bosch, capitán de la III Región; y el general Alfonso Armada.

Tejero, con un grupo de guardias civiles, entró a tiros en el Congreso secuestrando a los diputados. Entretanto, Milans del Bosch sacaba los tanques en Valencia y declaraba el estado de guerra.

La operación descansaba en dos puntos básicos: la ocupación de Madrid por la División Acorazada Brunete y el apoyo del rey. Pero el rey no estaba con los golpistas. La tarde se desarrolló entre las negativas de varios mandos militares a secundar la insurrección y los contactos de Don Juan Carlos con todas las autoridades militares dando órdenes estrictas de acatar la legalidad democrática.

Hacia la una de la madrugada, el rey se dirigió al país con uniforme de capitán general y confirmó que había ordenado a las autoridades civiles y a la Junta de Jefes de Estado que tomaran todas las medidas necesarias para mantener el orden constitucional.

El golpe fracasó, pero demostró la fragilidad que aún tenía la democracia en España. Millones de ciudadanos salieron a las calles para mostrar su repulsa al golpe.

1.3. El gobierno de Calvo Sotelo

El día 24 de febrero, Calvo Sotelo era nombrado presidente de un gobierno que duraría año y medio y que estaría presidido por las disensiones de la UCD.

Durante su etapa de gobierno tuvo lugar la aprobación de muchos de los estatutos de autonomía. Galicia y Andalucía quedaron constituidas como comunidades históricas, como Cataluña y el País Vasco. En este periodo se produjo también una transferencia continua de competencias del gobierno central a las comunidades autónomas.

Desde el punto de vista social, el hecho más relevante fue la aparición del “escándalo del aceite de colza”, un envenenamiento masivo por la venta fraudulenta de aceite en mal estado. También en 1981 tuvo lugar la aparición del SIDA. Con la aprobación de la ley del divorcio, el Gobierno se ganó la crítica, además, de la Iglesia.

Una de las últimas medidas de Calvo Sotelo fue la tramitación del ingreso de España en la OTAN, que se veía como la antesala al ingreso en la Comunidad Económica Europea. La medida fue criticada por la izquierda. El PSOE llegó incluso a reunir 600.000 firmas contra este hecho y prometió convocar un referéndum si ganaba las elecciones.

El PSOE asistía al reforzamiento del liderazgo de Felipe González y a una mayor moderación en su ideario.

En este contexto, Calvo Sotelo convocó elecciones anticipadas para el 28 de octubre de 1982, que pondrían fin a la etapa centrista e inaugurarían la etapa de gobiernos socialistas que estarían en el poder hasta 1996.

2. Los Gobiernos del PSOE (1982-1996)

Las elecciones del 28 de octubre de 1982 dieron el triunfo al P.S.O.E., con el mensaje electoral del “cambio” y a su líder Felipe González Márquez, y la mayoría absoluta en las Cortes Generales. Esta mayoría absoluta se repitió en 1986 y 1989, unida a la alcanzada en numerosos ayuntamientos y comunidades autónomas.

La segunda fuerza más votada, el Partido en campos como la seguridad, el desarrollo autonómico o las relaciones internacionales.

Izquierda Unida (IU), coalición dirigida por el P.C.E., representó la oposición por la izquierda.

El primer problema que tuvo que tratar el nuevo gobierno fue la grave situación económica, que necesitaba medidas urgentes. Por si fuera poco, en 1979 se inició una nueva crisis del petróleo que conllevó un encarecimiento de los productos. Para solucionar la crisis se tomaron medidas duras: devaluación de la peseta, subida de los tipos de interés, aumento de los impuestos… La medida más espectacular fue el proceso de reconversión industrial, que llevó al cierre de muchas empresas siderometalúrgicas que no eran rentables. También se expropió al holding de Rumasa, una empresa gigantesca que amenazaba quiebra y que hubiera dejado en el paro a miles de personas. El objetivo era sanear la economía, pero las recetas eran muy duras. Tras dos años de ajustes, se inició nuevamente el crecimiento en la segunda década de los ochenta.

Fueron años de reformas. Se reformaron las Fuerzas Armadas para evitar nuevos golpes de Estado. También se reformaron los cuerpos de seguridad del Estado para que fueran eficaces en la lucha contra ETA. En cuanto a las reformas de contenido social, se aprobó la LODE, la nueva ley educativa que creaba los consejos escolares en los centros. También se aprobó la ley del aborto, que fue duramente contestada por la derecha y por la Iglesia católica.

En cuanto a la política exterior, el éxito más notable de esta etapa fue la incorporación de España a la Comunidad Económica Europea, que era como se llamaba entonces la Unión Europea, el día 1 de enero de 1986. Sin embargo, el PSOE dio un gran viraje político en el asunto de la OTAN. Felipe González pasó del NO a apoyar la permanencia en ese organismo. Convocó un referéndum y salió el sí, y el presidente amenazó con dimitir si salía el no (12 de marzo de 1986).

El Partido Socialista repitió mayoría absoluta en las elecciones de 1986. Coalición Popular repitió resultados y Fraga renunció como líder, abriéndose en el partido una larga crisis que acabó en 1989 con la elección de José María Aznar como presidente del partido. Izquierda Unida estuvo a partir de ahora dirigida por Julio Anguita.

Pero el hecho más trascendente es el espectacular crecimiento económico motivado por las medidas llevadas a cabo en la anterior legislatura y la etapa de prosperidad a nivel internacional, que llegaría hasta 1992. La llegada de fondos europeos permitió llevar a cabo una política de inversiones públicas: construcción de autovías, vías férreas, mejora de los servicios sanitarios y educativos…

Sin embargo, la otra cara de la moneda fue el aumento del paro. Estos hechos fueron denunciados por los sindicatos, que el día 14 de diciembre de 1988 convocaron una huelga general que fue seguida masivamente.

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