Transición y consolidación democrática en España: 1975-1996

La Transición Española: De la dictadura a la democracia (1975-1982)

Tras la muerte de Franco, comienza en España un periodo de transición política en el que se promulga la Constitución de 1978 y se establece un sistema democrático, que se desarrolla entre 1975, con la subida al trono de Juan Carlos I, y 1982, con el primer gobierno del PSOE. A partir de 1982 se inicia un periodo de normalidad en el que PP y PSOE se alternan en el poder.

Durante estos años se moderniza el país y se consolida el “Estado de Bienestar”, que con el paso de los años se está viendo amenazado por la crisis económica de 2007, la decadencia de las instituciones públicas y financieras, la corrupción y las protestas sociales.

El inicio de la Transición

El 22 de noviembre de 1975, Juan Carlos I de Borbón fue proclamado rey de España siguiendo la Ley de Sucesión, iniciando así la transición de la dictadura a una monarquía democrática, en la que se fue desmantelando el régimen autoritario a través de una progresiva reforma política. Surgieron diferentes posturas ante el nuevo rey: algunos desconfiaban de él puesto que lo asociaban con Franco, entre los monárquicos había quienes le aceptaban y otros preferían a su padre, y los militares le juraron fidelidad ya que había sido designado por el dictador.

Por otro lado, también hubo diferentes puntos de vista sobre cómo afrontar la transición: los defensores del continuismo, el búnker, deseaban seguir con el franquismo; los grupos y partidos que conformaban la oposición se decantaban por la ruptura democrática; y los aperturistas deseaban restaurar la democracia poco a poco.

El nuevo Gobierno estaba compuesto por hombres procedentes del régimen franquista y con Arias Navarro al frente, sin embargo, su enfrentamiento personal con el rey junto con las dificultades de gobierno haría que fuera un fracaso. Los enfrentamientos entre izquierdas y derechas se materializaron en sucesos como los incidentes de Montejurra protagonizados por terroristas de extrema derecha. Además, los dos organismos más representativos de la oposición, la Junta Democrática liderada por el PCE y la Plataforma de Convergencia Democrática impulsada por el PSOE, se agruparon formando la Coordinación Democrática.

Arias Navarro finalmente dimite el 1 de julio de 1976 y el Consejo del Reino, dirigido por Torcuato Fernández Miranda, propone una serie de candidatos entre los que el rey elige a Adolfo Suárez para sustituirle.

El Gobierno de Adolfo Suárez y la UCD

El pueblo acogió a Suárez con expectación puesto que era un político casi desconocido ante la opinión pública. Al llegar al gobierno comenzó a decretar una serie de leyes para responder a la voluntad de los españoles de avanzar hacia la democracia. Primero concedió una amnistía para liberar a algunos presos políticos y luego presentó un proyecto de Ley para la Reforma Política que se sometió a un referéndum el 15 de diciembre de 1976, en el que fue respaldada por la gran mayoría de los votantes. Esta ley contemplaba la formación de unas Cortes bicamerales divididas en el Congreso de los Diputados, cuyos miembros eran elegidos por sufragio universal, y en el Senado, siendo una parte de sus miembros designados por el rey.

La ley obligaba al gobierno a convocar elecciones generales, pero antes de esto se debían legalizar los partidos políticos. En primera instancia el PCE no estaba entre ellos puesto que Suárez había prometido a los militares no hacerlo, sin embargo, esto podría deslegitimar los resultados. En este contexto, el 24 de enero de 1977, unos pistoleros de extrema derecha asesinaron a cinco abogados del Partido Comunista. Finalmente fue legalizado inesperadamente en abril de 1977 a cambio de renunciar a la bandera republicana y comprometerse a acatar la monarquía.

El 15 de junio de 1977 se celebraron dichas elecciones, ganadas por la Unión de Centro Democrático (UCD), nuevo partido liderado por Adolfo Suárez. A su izquierda quedaba el PSOE de Felipe González y el PCE de Santiago Carrillo y, a su derecha, Alianza Popular de Manuel Fraga.

Esta nueva etapa estuvo marcada por una política de consenso, realizando acuerdos entre las diferentes fuerzas políticas para aprobar las reformas necesarias para construir un sistema democrático. El gobierno se enfrentó a dos desafíos: elaborar una constitución y hacer frente al terrorismo de ETA, además se sufrieron las consecuencias de la crisis del petróleo de 1973. Por otro lado, para contentar a los nacionalismos se restableció la Generalitat y se le concedió la autonomía al País Vasco.

Para estabilizar esta situación se firmaron los Pactos de la Moncloa, una serie de medidas consensuadas para solucionar estas dificultades. También se realizó una reforma tributaria, entrando en vigor el IRPF, y de la Seguridad Social, introduciendo el seguro de desempleo y restableciendo las pensiones de jubilación.

La Constitución de 1978

La Constitución de 1978 fue sometida a referéndum popular el 6 de diciembre, entrando en vigor el 29. Consta de 169 artículos y define España como un Estado social y democrático de Derecho. Sostiene el principio de soberanía nacional, el rey ejerce una función representativa, y se establece la forma de estado como una monarquía parlamentaria; además decreta la no confesionalidad del Estado.

  • Título I: recoge la declaración de derechos y libertades del ciudadano, entre otros la libertad de prensa, y el derecho a la educación o a huelga. Por otro lado, reconoce el castellano como lengua oficial, además de las lenguas propias de cada comunidad. También instaura un Tribunal Constitucional.
  • Título II: establece la separación de poderes y regula las funciones de la corona: el rey es Jefe de Estado y de las Fuerzas Armadas y su cargo es vitalicio y hereditario.
  • Título VIII: plantea la posibilidad de creación de Comunidades Autónomas mediante dos vías: la rápida o artículo 151, creada para Cataluña, País Vasco y Galicia; y la lenta o artículo 143, por la que se conseguía la autonomía en 5 años. Los Estatutos de Autonomía de cada comunidad debían de ser aprobados por las Cortes.

Segundo Gobierno de la UCD

Tras aprobarse la Constitución, las Cortes fueron disueltas y en las elecciones del 1 de marzo de 1979 volvió a ganar la UCD. Durante este segundo gobierno se diseñó el mapa autonómico y municipal, se aprobaron los estatutos vasco y catalán, se aprobó el Estatuto de los Trabajadores, se aprobó la Ley del Divorcio y se ingresó en la OTAN en 1982.

El partido entró en decadencia debido a problemas internos. Felipe González presentó una moción de censura contra Suárez y este empezó a recibir críticas de su propio partido, cuestionando su liderazgo. Finalmente dimitió el 29 de enero de 1981 y le sucedió Leopoldo Calvo-Sotelo. Durante su investidura el 23 de febrero de 1981, el Teniente Coronel Antonio Tejero trató de dar un golpe de Estado irrumpiendo en el Congreso de los Diputados, pero fracasó.

Dos días después fue nombrado presidente y en agosto de 1982 disolvió las Cortes y convocó elecciones que le dieron la victoria al PSOE, iniciando así la consolidación de la democracia.

La consolidación de la democracia: Los Gobiernos del PSOE (1982-1996)

Felipe González gobernó desde 1982 hasta 1996, triunfando en las tres elecciones que hubo en ese periodo de tiempo. A partir de este momento, se considera que España entra en un periodo de normalidad democrática, consolidando un sistema político en el cual el pueblo elige mediante sufragio universal, normalmente cada 4 años, al presidente del gobierno, alternándose PP y PSOE.

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